Desde el miércoles 15 de julio dos grandes artistas visuales tendrán su espacio dentro del Centro Cultural Kirchner. La Planta Baja –en el Área Noble- cobijará sendas obras de los maestros Gyula Kosice y León Ferrari en un homenaje a dos figuras emblemáticas de las artes plásticas argentinas.
Hasta el 25 de octubre se podrá visitar el “Cilindro luminoso y esfera”, la obra que Gyula Kosice creó en 1989 (acero inoxidable y luz, cilindro: 270 x 65 cm, esfera: 40 cm de diámetro), y “Opus 113”, de León Ferrari, que data de 1980 (alambre de acero inoxidable 228 x 66,3 x 65 cm).
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Gyula Kosice. "Cilindro Luminoso y esfera", acero inoxidable y luz, 1989 |
A partir de su decisiva participación en la revista Arturo en 1944, Kosice es un referente fundamental del arte abstracto invencionista y concreto. Fundador del movimiento Madí en 1946 con los uruguayos Rhod Rothfuss y Carmelo Arden Quin, Kosice sigue siendo un activo utopista interestelar: “El hombre no ha de terminar en la Tierra”, declaraba en Arturo. Desde su proyecto de Ciudad Hidroespacial, hasta sus esculturas recientes, él ha creado un nuevo universo de formas en las que el agua y la luz proponen una poética de esperanza en un futuro más allá de las miserias terrenales. En 1989 –año en que construyó “Cilindro luminoso y esfera”- fue nombrado en Francia “Caballero de las Artes y las Letras”.
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León Ferrari. "Opus 113", alambre de acero inoxidable, 1980 |
La obra de León Ferrari constituye una de las propuestas más potentes y creativas del arte argentino contemporáneo. Desde sus “escritos en el aire” y esculturas de alambre en los tempranos años sesenta, hasta sus ensamblajes, cajas, botellas, instalaciones y collages, Ferrari desplegó una obra crítica radical y perturbadora a lo largo de más de medio siglo. Ampliamente reconocido como artista conceptual, fue también un delicadísimo constructor de geometrías, con una reflexión espacial-estética que vinculó con la música de modos originales. “Opus 113” pertenece a esta línea de reflexión espacial - musical, que retomó durante su exilio en San Pablo desde fines de los años ’70 y culminó en sus Percantas, a las que definió como “máquinas para dibujar sonidos”. En ese contexto, sus complejas estructuras de alambre adquirieron también una connotación carcelaria, como una vuelta desde la abstracción sobre aquellas desoladoras arquitecturas fantásticas de Piranesi.
Las obras se podrán
visitar de viernes a domingos, de 14
a 20 hs. con entrada libre y gratuita en la planta baja del Centro Cultural Kirchner,
Sarmiento 151, Buenos Aires, Argentina.