28 de diciembre de 2016

"Esplendor", una intervención del espacio público de Paola Vega en la Vuelta de Rocha


Triba presenta "Esplendor" de Paola Vega, un trabajo inspirado en Claude Monet por sus pinturas de grandes dimensiones y su trabajo con respecto a la abstracción y la naturaleza, así como en las lumninosas pinturas de Joseph Mallord William Turner.
Se trata de una pintura de dimensiones monumentales que estará iluminada por el sol y la luna y que modifica sus tonos a medida que cambia el clima y la luz del día. Una obra de arte ubicada en el muelle histórico de la Vuelta de Rocha.
Triba apunta a la unión del arte y la naturaleza. Está formado por profesionales de distintas disciplinas con un mismo objetivo: enriquecer el vinculo cultural entre la ciudad y quienes la transitan, a traves de intervenciones en espacios públicos y privados.

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires exhibe dibujos de la Colección del Musée National Picasso de París


El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presenta la exposición "Pablo Picasso: Más allá de la semejanza. Dibujos de la Colección del Musée National Picasso-Paris seleccionados con el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires", con la importante colaboración del Musée national Picasso-Paris.
Se trata de una exposición trascendente para la historia de las exposiciones en la Argentina, al ser la primera muestra retrospectiva en el país dedicada a los dibujos de Picasso con 74 obras únicas: creadas por el artista entre 1897, a sus 16 años, y 1972, un año antes de su fallecimiento, que fueron atesoradas por Picasso en vida y que hoy pertenecen a la Colección del Musée national Picasso-Paris, el cual co-organiza la exhibición en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
Estudio para "Las Mujeres de Argel" según Delacroix, 28 de diciembre de 1954 (París)
, pluma y  tinta china sobre papel de escritura cuadriculado
 Musée national Picasso, Paris. Donación Pablo Picasso, 1979
“Es una alegría ver coronada con esta gran muestra de Picasso la enorme tarea del Museo de Arte Moderno en la difusión de los artistas fundamentales del arte universal”, destacó el ministro de cultura de la ciudad de Buenos Aires, Ángel Mahler.
La exposición, que ha sido curada por Victoria Noorthoorn -directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires- y por Emilia Philippot -curadora de pinturas (1895 - 1921) y de artes gráficas del museo francés-, en calidad de curadora asociada, señala al dibujo como territorio fundamental para las investigaciones artísticas de Picasso. 
Organizada cronológicamente, ofrece un amplio pero preciso abanico de obras sutiles y únicas que juntas logran traducir la organicidad de la mirada cuestionadora del artista que cambió para siempre la historia del arte occidental. Destaca la multiplicidad y simultaneidad de las diversas investigaciones del artista y pone en evidencia a Picasso como artista experimental y eterno investigador.
Tres bañistas, 20 de agosto de 1920 (Juan-les-Pins), pastel sobre papel vélin
 Musée national Picasso, Paris. Donación Pablo Picasso, 1979
 
Se incluyen obras de todas las facetas y líneas de investigación de Picasso. Están allí las obras más realistas e intimistas de sus primeros años, incluida la época azul; sus investigaciones de 1906 a 1908 del llamado “cubismo primitivo”, durante el cual el artista se nutrió de una enorme cantidad de influencias tales como la escultura ibérica y la obra de avanzada de Ingres, Gauguin y Cézanne, entre otros; sus años de experimentación cubista junto a Georges Braque, incluidos los papiers collés; las investigaciones que lo llevaron a un surrealismo temprano; los dibujos relacionados con sus puestas en escena para el Ballet Ruso; los dibujos centrados en la línea “ingresca”, como parte de su proceso de “retorno al orden” e interés por la época grecorromana luego de la Gran Guerra; sus investigaciones surrealistas tal como se despliegan durante los años de auge del nazismo y el franquismo; los dibujos paródicos de la Segunda Guerra; sus estudios de maestros clásicos, especialmente Delacroix, y dibujos y retratos de sus últimos años.
Retrato de Françoise, 1947, carbonilla sobre papel vélin de dibujo
Musée national Picasso, Paris. Donación Pablo Picasso, 1979
La exposición pone en evidencia la monumental empresa de Picasso, dedicado al estudio del hombre y su lugar en el mundo. En el texto curatorial escrito para el catálogo de la muestra, Noorthoorn refiere: “Picasso fue un eterno investigador. De dibujo en dibujo, Picasso estudió, sin pausa, a la figura: estudió tanto su construcción como su deconstrucción, su integridad y su potencial desintegración, su coherencia y su deformación, sin importar cuán semejante a ella, o no, fuese el resultado final. Al intentar asir la verdadera naturaleza del ser humano, Picasso puso en acción un gesto contundente: enel estudio de lo particular —por ejemplo, de un determinado modelo— buscó (y encontró) aquello que podría ser considerado universal en el hombre. Buscó (y encontró) su propia visión sobre la humanidad”.
Tanto Noorthoorn como Philippot coinciden acerca del lugar central que ocupa el dibujo en la obra de Picasso y hacen hincapié en el modo en que el artista elaboraba su pensamiento artístico a través del dibujo. Al respecto, Philippot afirma en su texto para el catálogo cómo Picasso experimenta una pasión por el dibujo “que se impone como un gran laboratorio de formas que revela el flujo de una imaginación en permanente actividad”. Y añade: “En comparación con las demás técnicas, una de las especificidades del dibujo en Picasso radica, por cierto, en la riqueza y la constancia de esta práctica, signo manifiesto de una necesidad primaria: si por momentos abandonó la pintura o la escultura, nunca a lo largo de su extensa carrera dejó de dibujar”.
Violín, otoño de 1912 (París), papeles verjurados blanco y de colores,
papel pintado, papel prensa, papel vélin de embalaje marrón y
papel vélin brillante negro recortados y pegados sobre cartón,
boceto subyacente  con lápiz de grafito, trazos de carbonilla
Musée national Picasso, Paris. Donación Pablo Picasso, 1979
La selección de los 74 dibujos que se exhiben en el Museo de Arte Moderno fue realizada sobre la vastedad y la calidad de las series que se hallan entre los más de 1600 dibujos del gabinete de artes gráficas del museo parisino.
La exposición permanecerá en exhibición hasta el 28 de febrero de 2017 y se puede visitar de martes a viernes de 11 a 19 hs. y los sábados, domingos y feriados de 11 a 20 hs.  en Avenida San Juan 350, Buenos Aires, Argentina. Entrada general: $20.- Martes: gratis.
Mirá las fotos de la exposición en: https://www.facebook.com/mirta.herrero.52.

16 de diciembre de 2016

La galería MCMC presenta la muestra “Pop & Post Pop”


La galería MCMC reúne a destacadas figuras del Pop Art argentino como Delia Cancela, Eduardo Costa, Edgardo Giménez, Marta Minujín y Juan Stopanni, en la muestra titulada “Pop & Post Pop”, bajo la curaduría de María José Herrera. 

El arte Pop (apócope de popular en ingles) se introdujo en Buenos Aires en los años sesenta como un lenguaje nuevo que se gestaba en medio de una revolución estética muy similar a la que se vivía en Europa y Estados Unidos entonces. Eran tiempos de bonanza económica y de una nueva generación que se declaraba harta de la seriedad y el elitismo; que impugnaba los valores establecidos y pretendía instalar otros que pudieran darle sentido a un “nuevo humanismo”. El Pop se estableció como un arte joven, efímero y vitalista, que desdibujó los perfiles de los géneros y disciplinas, criticó el buen gusto y se nutrió de repertorios ajenos al arte como los medios de comunicación o la moda. 

En junio de 1965, Pierre Restany publicó en la revista Planeta una artículo sobre la situación del arte argentino bajo el título, “Buenos Aires y el nuevo humanismo” donde con entusiasmo describía una nueva generación de artistas jóvenes a la que consideraba auténtica iniciadora de un fenómeno de ruptura en la vida artística del país. Según Restany lo que separaba a este grupo de artistas de sus mayores no era la edad sino “un estado de espíritu”. Esta nueva generación, con una imaginería inspirada en el folclore de Buenos Aires, apuntaba hacia un auténtico “reportaje a la calle”. Entre los artistas citados se encuentran Marta Minujín, Delia Cancela, Juan Stoppani y Edgardo Giménez. 

En palabras del crítico francés, los artistas de esta nueva generación eran: “Alternativamente directores de teatros, prestidigitadores, juglares de feria, reporteros de la vida social, fetichistas de lo cotidiano, son a la vez ‘pop’ y ‘naifs’, y también algo más que les da un aire de familia muy especial”. Ellos hicieron de la cultura popular y masiva su material creativo favorito, ingresando productos de consumo y procedimientos creativos relacionados con los medios de comunicación masiva a las galerías de arte y espacios legitimados, apoyados además por instituciones específicamente creadas para fomentarla como fue el Instituto Torcuato Di Tella (ITDT).
En su relación con los medios masivos de comunicación, el Pop argentino produjo no solo pinturas u objetos, sino también instalaciones, happenings y diversas experiencias de tipo conceptual. Los medios masivos fueron utilizados por su valor de íconos de la época. Tanto las instalaciones de Marta Minujín como las experimentaciones de Eduardo Costa o los afiches de Giménez, aluden a los objetos de consumo masivo que invadieron la cotidianeidad a través de la publicidad y el marketing y a los productos de la industria cultural (historietas, fotonovelas, televisión), que resultaban mas accesibles a la comprensión de todos.
Los artistas Pop también diseñaron moda, objetos e incluso actuaron como modelos. El dúo conformado por Delia Cancela y Pablo Mesejean estuvo desde los inicios vinculado a la moda e introdujeron, al igual que Costa, un nuevo campo para la creación de obras de arte: el de los textos y fotografías de moda. Sus imágenes y creaciones fueron publicadas en revistas de moda líderes; desafiando a la institución de la moda al colarse en ella y hacerla reflexionar sobre sus cánones y posibilidades.

“Pop & Post Pop” reúne filmes, pinturas, esculturas, dibujos, documentos, fotografías y objetos, seleccionados por María José Herrera, que despiertan después de mas de cincuenta años una inusitada curiosidad y asombro como lo hicieron entonces. La exposición irradia un “alegre aire de Kermes” , donde el sonido, las imágenes, el color, la ambigüedad y la sorpresa dominan la escena, evidenciando la efervescente creatividad y voluntad de los artistas de permanecer en la historia a través de sus creaciones.

14 de diciembre de 2016

La galería de arte del Banco Nación exhibe una selección de su Salón Nacional de Pintura que abarca de 2003 a 2015


Juan Astica. “Vertical 03”, óleo sobre tela, 2008
La galería de arte “Alejandro Bustillo” exhibe una selección de las obras destacadas del Salón Nacional de Pintura del Banco de la Nación Argentina, de las ediciones comprendidas entre el año 2003 y el 2015. 
Este espacio supo ganarse su lugar de referencia dentro del panorama contemporáneo de las artes visuales. Con 16 años de historia y con más de ocho ediciones, este certamen ha sido el confluente de las más variadas producciones de artistas de todo el territorio nacional. 
El Salón, impulsado desde sus inicios por la Fundación del BNA, se renueva constantemente para cumplir su compromiso de contribuir en el estímulo y la difusión de la producción artística nacional.
La muestra se puede visitar desde el día 14 de diciembre hasta el 30 de enero del año próximo, de lunes a viernes de 10 a 15 horas, con entrada libre y gratuita, en el hall principal de la casa central, ubicado en la planta baja de  Rivadavia 325, Buenos Aires, Argentina.

13 de diciembre de 2016

Arte en dos ruedas: doce bicicletas intervenidas por reconocidos artistas se presentaron en el Museo de Arte Moderno


Fundación Global en el marco de la Ley de Mecenazgo Cutural, la Subsecretaría de Movilidad Sustentable de la Ciudad de Buenos Aires, junto con el Banco Ciudad de Buenos Aires presentan “Arte en dos ruedas” un proyecto que promueve, a través del arte, el uso de la bicicleta como medio de transporte cotidiano. La reconocida artista plástica Nora Iniesta estuvo a cargo de la selección en la convocatoria y la curaduría de las 12 bicicletas intervenidas por Dalila Puzzovio, Renata Schussheim, Karina El Azem, Lux Lindner, Benito Laren, Juan José Cambre, Marino Santa Maria, María Silvia Corcuera, Anna Lisa Marjak, Ricardo Blanco, y Milo Lockett. 

“El proyecto Arte en dos Ruedas nos pone en contacto con la creatividad y el imaginario de artistas de indiscutido talento. Entregar a cada uno la misma pieza para ser intervenida, fue un desafío. Muestra la diversidad y la pluralidad de esos mundos singulares; de ese lenguaje propio, de esa imagen reconocible que ya es marca del artista. Y gracias a ellos, la bicicleta como vehículo, se torna entonces en un hecho artístico. El arte todo lo transforma y re-significa un objeto de uso.” afirma Nora Iniesta, curadora del proyecto Arte en dos Ruedas.

Ricardo Blanco, Nora Iniesta y Benito Laren
Las obras sobre ruedas fueron presentadas –solo tres a modo adelanto- en Expo Bici en La Rural y en el MAMBA el 13 de diciembre, para finalmente ser subastadas días posteriores a beneficio de diferentes ONGs de la ciudad.

Fundación Global es una organización independiente, apartidaria y sin fines de lucro que trabaja desde hace más de veinte años para lograr mejorar la calidad de vida de los argentinos, a través de la promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y el fortalecimiento de los vínculos cooperativos y solidarios entre los diferentes actores sociales, públicos y privados.

12 de diciembre de 2016

C’est MOI, un nuevo espacio de decoración situado en el barrio de Recoleta


A fines de noviembre se inauguró C’est MOI, un nuevo espacio de decoración situado en el barrio de Recoleta. En C’est MOI diseño y arte combinados se utilizan para trasformar espacios, redefiniendo el lugar y creando una nueva identidad.

Los ambientes cálidos y sofisticados, decorados con detalles personales que le dan vida, incorporan el arte y la creatividad.
En su atelier de arte y diseño, al que se accede al primer piso de Libertad 1630 por medio de una hermosa escalera, C’est Moi desarrolla proyectos integrales de decoración. 

Los horarios de atención son de lunes a viernes de 10 a 19 hs. y los sábados de 10 a 18 hs.

El Museo de Arte Popular José Hernández presenta la exposición “La devoción privada en Sudamérica. Imaginería Popular”


Hasta el 29 de enero de 2017 se puede visitar en el Museo de Arte Popular José Hernández, la exposición “La devoción privada en Sudamérica. Imaginería Popular”, compuesta por las colecciones de Eduardo Janeir, Juan Carlos Montamat y Sergio Barbieri que, además, esta a cargo de la curaduría.

Todas las piezas que se exhiben fueron creadas para la devoción privada. Ninguna, por sus dimensiones, ha sido pensada para el retablo de una iglesia. Los artesanos imagineros recibían los encargos de aquellas personas que practicaban esa religiosidad doméstica que llevaba, generalmente, a tener en un rincón de la vivienda una o varias imágenes junto a estampas, candeleros, fotos familiares y un sinfín de cosas más. Una verdadera “capilla" que remedaba a las existentes en las iglesias. Esas imágenes movían a la devoción, acompañaban, ayudaban y protegían con su presencia a los que vivían allí.
Fueron realizadas, en muchos casos, con herramientas precarias de factura casera y con los materiales que poseía el imaginero en su entorno natural: cardón o maguey como las del noroeste; madera de árboles frutales o de higuerón, en las mendocinas; alabastro en el Perú o terracota en Brasil. Todas poseen un gran encanto y belleza.


El artista popular es producto del medio donde vive. Las creaciones de arte popular son aquellas realizadas para uso y deleite de una comunidad. El uso lo determina la tradición, las costumbres y las prácticas cotidianas. El deleite nace de aquellos objetos que, además de su practicidad como herramientas de trabajo o de uso en general, poseen el agregado peculiar y único que le aporta el artesano-artista. En el caso particular de la imaginería el creador debe apoyarse y respetar la iconografía de la figura representada.
El aporte personal de cada artífice configura uno de los elementos más atractivos de esta producción.
La muestra se puede visitar de martes a viernes de 13 a 19 y sábados, domingos y feriados de 10 a 20 horas en Av. del Libertador 2373, Buenos Aires, Argentina.

9 de diciembre de 2016

Se inauguró el Museo Expresionista Valladares


El miércoles 30 de noviembre se presentó al público la Fundación para la Investigación e Integración Audiovisual, integrada por Natalio R. Saal, Mauricio H. Libster, Pablo J. Selemin, Juan Carlos Tassitani, Luis A. Fischetti, Manuel Cáceres, Lautaro R. Dores y Edmund A. Valladares. Asesor Horacio Bauer. 

La Fundación está compuesta por artistas, empresarios, coleccionistas y científicos, con el objetivo de crear el Museo Expresionista Valladares, único en el país.  Además de contener las obras de un artista prestigioso y reconocido, con distinciones de todos los países del mundo, siempre tuvo como objetivo resaltar e integrar el arte, moderno y contemporáneo expresionista aunando la pintura, el dibujo, la escultura, el cine, la música. 
En el museo ya se exhiben, no sólo las pinturas del maestro Valladares sino también la de jóvenes artistas plásticos con larga experiencia en el metier, dentro de la misma concepción que se mencionó previamente. Al iniciarse el acto tomó la palabra el vicepresidente de la Fundación, Dr. Mauricio H. Libster para resaltar los objetivos que llevaría adelante la Fundación. Asimismo hizo uso de la palabra el Sr. Luis A. Fischetti destacando el motivo que fue lo que unió al grupo que es el de la pasión por la forma en que siempre se encaró el tema del arte, como parte de la cultura y la pasión con que siempre fundamenta estos propósitos, todo el grupo, coincidentes con el maestro Valladares. 
Edmund Valladares entrega el Diploma de Honor al artista Yaco Nowens
 
A la presentación asistió el presidente de la SAAP Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, Carlos Tesarollo, quien presentó una carta de adhesión de la Asociación que preside.
Durante el acto recibieron Diplomas de Honor, profesionales de la crítica del arte, científicos, ensayistas, hombres de la cultura en general tales como: Rosa Faccaro, Adoilfo Martínez, Mauricio Neumann, Yaco Nowens, Jaqueline Texier,  Marité Ponisio, Horacio Bauer y Nora Lafon. 
Se destacó que este evento se tome como la carta de presentación, a partir de allí se iniciarán los programas que se llevarán a cabo, entre exhibición plástica, conferencias, como así también la constitución de la Asociación de Amigos, a partir del año próximo.

Mirá todas las fotos en: https://www.facebook.com/mirta.herrero.52.

6 de diciembre de 2016

Últimas exposiciones del año en el espacio de arte de la Fundación OSDE


El espacio de arte de la Fundación OSDE inauguró las últimas exposiciones del año: “Víctor Cúnsolo (1898-1937) Una geografía del silencio” curada por María Teresa Constantin, con curaduría adjunta de Carolina Cuervo, Susana Nieto y Gabriela Vicente Irrazabal y “Gráfica del anarquismo argentino (1893-1939)”, colección CeDInCI con curaduría de Haracio Tarcus y Verónica Tejeiro. Así mismo se presentan las intervenciones “el tutor” de los artistas Julián d’Angiolillo y Séverine Hubard con curaduría de Lucie Haguenauer en  las salitas y la intervención en vidriera “mudables” de Ariadna Pastorini. Todas podrán visitarse hasta el 14 de enero de 2017, de lunes a sábado de 12 a 20 hs. con entrada libre y gratuita, en Suipacha 658, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Visitas guiadas: miércoles a las 18 y sábados a las 17 hs.
Festejando con estas muestras el cierre del año Bicentenario y los 10 años del Espacio de Arte de la Fundación OSDE. 


Víctor Cúnsolo. El taller, 1922, óleo sobre tela
 
Treinta y un años han pasado desde la última muestra dedicada al pintor Víctor Cúnsolo. La actual exposición cuenta con 36 obras, desarrolladas en apenas algo más de una década,  acompañadas por pinturas de sus contemporáneos, grabados (obras de Adolfo Bellocq, Facio Hebequer, Víctor Rebuffo, entre otros), fotografías (de Gastón Bourquin y anónimos) y prensa. En palabras de la curadora: “Una geografía del silencio ofrece desandar aspectos del universo visual de un período. Un contexto en imágenes: pintura, grabado y fotografía -al que se suma la muestra paralela de gráfica anarquista- para la obra de un artista que permite además observar un barrio y su propio devenir.”
 
Fortunato Lacámera. Marina, 1930, óleo sobre cartón 
 
Si bien la exposición no propone un recorrido cronológico, el comienzo coincide con las primeras pinturas de Cúnsolo, acompañadas aquí, por otros artistas que abordan el paisaje boquense (Lazzari, Lacámera, Del Prete, entre otros), durante los  primeros años de la década del veinte, coincidentes con su paso por el “Bermellón” y sus primeras exposiciones de Cúnsolo: exhibición de sus obras en el Salón de la Mutualidad (1924) y su primera exposición individual en La Peña (1927).
 

Víctor Cúnsolo. Paisaje de Chilecito, 1932, óleo sobre cartón
 
Vemos, en consonancia con la transformación del barrio, los cambios en la imagen de la obra de Cúnsolo, que dan cuenta de la devoción por lo urbano, el mundo del trabajo y la vitalidad portuaria. Algunas de estas obras formaron parte de las exposiciones individuales del artista realizadas en la emblemática asociación de Amigos del Arte en 1927 y 1931.
La Vuelta de Rocha, Calle Magallanes, y La Isla Maciel, quedan representadas en obras de las que poco a poco va quitando todo rastro de personajes, hasta culminar en sus marinas entre bruma y silencio.
El final de la exposición coincide con los últimos trabajos realizados por el pintor durante su estadía en Chilecito y La Rioja, lugar al que se trasladó en busca de clima aptó para su salud. 


La Protesta. Suplemento semanal dirigido por Emilio López Arango y Diego Abad de Santillán

En paralelo a la muestra “Víctor Cúnsolo (1898-1937) Una geografía del silencio”, se expone “Gráfica del anarquismo argentino (1893-1939)” -con material del acervo de la colección CeDInCI- exhibición que pone énfasis en la producción gráfica que el anarquismo desplegó en nuestro país durante sus décadas de esplendor con una amplia gama de recursos gráficos: desde periódicos a diarios, revistas a folletos, grandes afiches a pequeños volantes. El CeDInCI se propuso exhibir aquí algunas de las piezas más valiosas de su patrimonio documental, aspirando contribuir al conocimiento público de ese momento de efervescencia social, signado por el encuentro entre vanguardias artísticas y vanguardias políticas. 


La dupla artística compuesta por Julián d’Angiolillo y Séverine Hubard presenta en las salitas del espacio de arte de la Fundación OSDE la intervención “el tutor”, con curaduría de Lucie Haguenauer.
El título del proyecto hace alusión tanto a los aparatos ortopédicos que nos ayudan a mantenernos erguidos, como a las varillas que dirigen y orientan el crecimiento vertical de las plantas. Partiendo de esta doble referencia, Hubard y d’Angiolillo se apropian de la arquitectura de las salitas por medio de construcciones que duplican y facetan tanto ese espacio, como los lugares de paso previos: la calle Suipacha, el hall de entrada del edificio y la escalera que nos conduce al primer piso, donde se encuentran las salitas. Allí escenifican una sala de espera con reminiscencias médicas, nos hacen adentrarnos en construcciones complejas, nos sorprenden con sonidos y proyecciones de imágenes performáticas en las que son los propios artistas quienes ponen el cuerpo.

La intervención performática “mudables” de Ariadna Pastorini utiliza diferentes géneros textiles, los interviene y transforma por medio de pliegues y superposiciones que luego se expanden al espacio de la vidriera; juega con la idea de transformación del espacio por medio de formas cambiantes, mudables.
A su vez, Pastorini realizará dos acciones performáticas dentro del espacio transfigurado de la vidriera. La acompañarán, por fuera de la vidriera, dos músicos el día de la inauguración y luego, el miércoles 14 de diciembre a las 18 horas, cuatro performers invitados.

El día de la Virgen inaugura una muestra de pequeños altares en el Museo de Arte Popular José Hernández


El jueves 8 de diciembre a las 18.30 horas el Museo de Arte Popular José Hernández inaugura la exposición Yo te cuido. Pequeños altares de vírgenes de cerámica realizados por la artesana Paulina Rucco.

La exposición permite percibir otra concepción del territorio y el tiempo, donde la propuesta es demorarse, reflexionar y buscar en la profundidad de nuestras propias relaciones con la Madre (la de cada uno, la naturaleza y la Virgen).

“Un altar, un retablo.... piezas que nacen de la tierra; de la gran madre.
En estas obras, el rol del otro es el de hijo. Hijo de la Madre Tierra, hijo de estas vírgenes que se deja envolver con la mirada amorosa y protectora de la madre.”
 

Paulina Rucco se dedica a las artes del fuego. En esta serie; por su vinculación con el tema, eligió a la Madre Tierra como material: la arcilla, que a través del fuego se eterniza y se convierte en cerámica. En el jardín del museo podrán además disfrutar de una obra colectiva impulsada por ella, el Mandala de la Tierra, realizada en forma participativa, reciclando vidrios rotos de un temporal en la provincia de Buenos Aires (entre otros materiales).

5 de diciembre de 2016

El MACBA presenta “Salón Francés”


Con la curaduría de Marie Sophie Lemoine, se exhibe en el MACBA “Salón Francés”, donde se presentan obras de las artistas francesas Vera Molnar, Ode Bertrand, Geneviève Claisse, Cécile Bart, Véronique Joumard, Suzanne Lafont, Tania Mouraud, Orlan y Valérie Belin.

Según expresa Domitille d’Orgeval (fregmento):

"La selección aquí realizada hace honor a nueve artistas francesas: Vera Molnar, Geneviève Claisse, Ode Bertrand, Tania Mouraud, Orlan, Suzanne Lafont, Cécile Bart, Véronique Joumard y Valérie Belin. De diferentes generaciones (sus creaciones se extienden a lo largo de un período que va de los años 50 hasta la actualidad), tienen en común una ausencia de concesiones en su práctica artística y una total fidelidad a sus comienzos.
Dado que el punto de vista adoptado por la curadora de la exposición, Marie Sophie Lemoine, no es ni femenino ni feminista, la intención no es en absoluto situar el concepto de género en el centro de esta selección. Por otra parte, si bien no se trata de un enfoque exhaustivo, la vitalidad y la diversidad de la escena artística francesa están perfectamente ilustradas, con un abanico de propuestas que va desde la abstracción geométrica de Vera Molnar hasta el arte carnal de Orlan, desde las imágenes silenciosas y desencarnadas de Valérie Belin hasta las vibraciones lumínicas de Véronique Joumard. 

Vera Molnar. Deploiement, 1958-2006, acrílico sobre lienzo
La radicalidad del compromiso plástico de Vera Molnar (nacida en 1924 en Budapest), decana de la muestra, se mide en el proceso de reducción al que ha sometido el conjunto de su producción. Procurando establecer “una ciencia del arte”, somete sus cuadros geométricos a la dialéctica del orden y del azar (mediante el recurso a la cuadrícula y a sistemas de clasificación, de ordenamiento y de perturbación). Consiste en elaborar programas matemáticos simples, calcados sobre el funcionamiento de los primeros cerebros electrónicos, y luego realizar series de transformaciones de formas. Con toda lógica, en 1968 la artista opta por la verdadera computadora, de la cual es una de las pioneras en Francia. Desde hace unos veinte años, Vera Molnar se dedica a un nuevo juego con el ordenador. Fabrica imágenes, las compone de manera subjetiva, a mano, con las formas y los materiales que desea, y luego programa la computadora para que desarrolle todas las variaciones posibles. De ello da testimonio su texto Solo d’un trait noir, que enumera las posibilidades del trazo, y del cual se transcribe aquí un fragmento: “…Una línea que describe codos, zigzags, meandros… Una línea que se repliega, se encierra, se retuerce, se arrastra… Una línea, como un currículum vítae, a imagen del conjunto de mis actividades pasadas: compendio de mi vida”.

Ode Bertrand. Sceau 23, 25 y 26, óleo sobre lienzo
Ode Bertrand (nacida en 1930 en Paris), preocupada por la expresión del ritmo, ha hecho igualmente de la línea recta su mejor aliada. En una entrevista con Anne Tronche, confía: “…en mi pintura, hay al principio la constitución de un orden, pero éste llama rápidamente a lo que denomino el “caos”, es decir, un hecho que altera su puro equilibrio”. Esa relación de fuerza está particularmente presente en la serie Sceau (1990), donde las líneas negras, más o menos gruesas, se cortan y se entrecruzan de modo tal que determinan esquemas triangulares con trazados incesantemente replanteados.

Cuando Geneviève Claisse (nacida en 1935 en Quiévy) habla de su pintura, expresa bastante rápidamente su adhesión al principio de “libertad”, tanto en la manera en la que encara su carrera artística como en la evolución de su repertorio plástico: “Mis formas son libres por sí mismas”, afirma. Ese sentimiento de libertad se manifiesta muy bien a través de la serie de los Triangles, cuyos ángulos cortantes y sus inflexiones oblicuas penetran activamente el espacio e invitan a un verdadero vuelo de la mirada. En oposición a los triángulos, en los Cercles explota con virtuosismo la dinamogenia de los colores asociados a las formas circulares.
Cecile Bart. 3 pinturas gliceroftálicas sobre voile tergal, 2015, 2001 y 1999
Perteneciente a otra generación, Cécile Bart (nacida en 1958 en Dijon) ha trabajado desde sus comienzos con la geometría. Pero muy pronto sintió la necesidad de salir de las dos dimensiones del cuadro, y a fines de la década de 1980 desarrolló su herramienta de investigación, las Peintures/écrans. Abstractas y monocromas, éstas consisten en telas de voile tergal tensadas en bastidores, teñidas con colores aplicados con pincel en varias capas, para no afectar su transparencia. Interviniendo concretamente en el espacio arquitectónico, Bart las dispone de diversas maneras (fijadas al piso o suspendidas), y da lugar así a una coreografía cromática que, según el lugar que ocupen, nunca es la misma.

Intimamente ligada al color, la luz es uno de los componentes esenciales del trabajo de Véronique Joumard (nacida en 1963 en Grenoble). Esta artista, que considera la luz eléctrica como único tema de la obra, manifiesta su originalidad exhibiendo todo; es decir, el conjunto de los elementos que aseguran su buen funcionamiento: la lámpara, pero también el cable que lleva la electricidad hasta ella desde el tomacorriente. 

Suzanne Lafont. Embarras, 2003, impresión inkjet, 6 fotografías
El trabajo fotográfico de Suzanne Lafont (nacida en 1949 en Nîmes) sumerge al espectador en universos que no cesan de señalar el apego de la artista al lenguaje y a la ficción. Su obra, que tuvo un auge importante a comienzos de la década de 1990, abreva en diversas fuentes: el cine, el teatro, pasando por la fotografía y la literatura. El talento de Suzanne Lafont se revela también en su puesta en escena de imágenes que muy tempranamente se esmeró en hacer salir de su soporte convencional para ocupar el espacio de la exposición, con el fin de trabajarlas por secuencias o en movimiento, como conjuntos: “Si las imágenes se disponen generalmente junto con los elementos textuales, una alternancia de proyecciones, de impresiones fotográficas y de serigrafías sobre papel define diversas propuestas espaciales, rigurosas. Experiencia poco corriente: el espectador encuentra tantos dispositivos diferentes como obras”. Mediante esa ampliación de su campo de acción, Suzanne Lafont practica un incesante desplazamiento de sentido y de formas y afirma la idea de que una imagen solo tiene significado en relación con un contexto dado.

Más abiertamente político, el arte de Tania Mouraud plantea la pregunta del compromiso del artista en la sociedad y su responsabilidad ante la historia: “Si política significa interrogar la realidad, desenmascarar los prejuicios, acorralar la ideología, hacer un enfoque de la realidad, entonces mi trabajo es esencialmente político”, declara la artista. Conocida principalmente por sus escrituras en blanco y negro, que despliega con fuerza en el espacio urbano a partir de fines de los años 70 desde los 2000 Tania Mouraud se dedica cada vez más al video. Por medio de esta nueva práctica, pone de manifiesto, con una emoción y una fuerza exacerbadas, una temática a la que es muy afecta: la destrucción del hombre por el hombre.    
    
Orlan. Serie African SelfHybridization, 2000-2003
Igualmente insumisa, Orlan (nacida en 1947 en Saint-Étienne), desde fines de los años 60, se concentra en el cuerpo femenino y sus potencialidades de transformación interrogando los estereotipos de belleza a partir de un ideal estético predeterminado. Entre 1978 y 1988 emprendió así un trabajo sobre la iconografía barroca, corriente de la historia del arte que le interesa por su carga subversiva subyacente.
A partir de 1998, con la serie Refiguration/Self-Hybridation, la artista recurre al morphing para transformar virtualmente su rostro según los cánones de belleza dominantes en otras civilizaciones: “Emprendo actualmente una vuelta al mundo de los estándares de belleza entre los precolombinos (deformaciones del cráneo, estrabismo, nariz postiza…). Con ayuda de la computadora, hibrido mi propia imagen con la de esculturas que presentan esos caracteres para crear otra propuesta, otro modelo de belleza”. Esas bellezas mutantes, que encarnan una forma de mestizaje de los saberes y de las culturas, ofrecen un eco fascinante e inquietante a las teorías de lo virtual y de la clonación.
Valerie Belin. Bob #3, 2012, edición especial, impresión látex
Valérie Belin (nacida en 1964 en Boulogne-Billancourt), con sus fotografías, ha elaborado una estética del artificio donde los sujetos representados ya no remiten a una identidad definida, sino a clichés, estereotipos que la artista “se dedica a deconstruir creando una perturbación que cuestiona su evidencia”. La artista se hizo famosa, en 2003, con la serie Mannequins, cuyas bellezas puramente plásticas encarnan el estereotipo por excelencia. Si, de lejos, esas caras con sonrisas congeladas y desprovistas de interioridad parecen verdaderas, a medida que uno se aproxima a ellas se instala la duda: ya no se sabe qué corresponde a lo natural o a lo artificial, al ser o al objeto.

Mezclando los estilos y las generaciones, las propuestas plásticas aquí reunidas favorecen las aproximaciones, los cruces, lo cual contribuye a enriquecer su propósito. Así, Suzanne Lafont y Tania Mouraud, nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con el mundo, a través de dispositivos visuales de una gran riqueza polisémica. Las creaciones de Orlan y de Valérie Belin presentan muchos puntos en común: esta última, que ha construido su corpus fotográfico en torno de la materialidad del cuerpo y de la vanidad de las apariencias, coincide con el trabajo de reflexión emprendido por Orlan sobre la deconstrucción de la identidad femenina y los estereotipos. Minimalistas y depuradas, las instalaciones de Cécile Bart y Véronique Joumard extienden el campo de lo visible más allá de los límites materiales del cuadro, atrayendo al espectador ya no únicamente en el campo de la mirada, sino también en el del espacio y el tiempo. Finalmente, ciertas fronteras entre las artistas resultan más porosas de lo que se piensa, cuando, por ejemplo, se advierte la voluntad recurrente de crear efectos de tensión, de perturbación o de extrañeza utilizando procedimientos muy diversos, como la apropiación (Valérie Belin, Suzanne Lafont), o valiéndose de la oposición de contrastes formales (Vera Molnar, Ode Bertrand, Geneviève Claisse), o de desplazamientos semánticos o perceptuales (ORLAN y Véronique Joumard). Es, pues, en la permeabilidad de las categorías y los estilos, estimulando intelectual y estéticamente, como la mirada sobre la escena artística femenina francesa actual que se nos ofrece marca su pertinencia."

La exposición se puede visitar hasta el 26 de febrero, de lunes a viernes de 11 a 19 horas y los sábados y domingos de 11 a 19.30 horas en el MACBA, Avenida San Juan 328, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

Art Lounge + MB: 17 artistas, un jardín


“Hay una isla en pleno corazón de Buenos Aires, una casa que alberga el arte y un jardín con un espejo de agua. Allí se detuvo el tiempo. El aprecio por el arte es tradición en la Argentina y, desde fines del siglo XIX hasta principios del XX, los coleccionistas de la sociedad criolla abrían sus casas con afán didáctico. En esa época surgió además el gusto por las calles, plazas y parques arbolados y los jardines florecidos que hoy embellecen a Buenos Aires. La visión conjunta del arte y la naturaleza moviliza impresiones sensoriales intensas y estimula la sensibilidad.
Las aficiones botánicas del misionero Andrés Paredes configuran obras donde la estética se cruza con la ciencia. El entramado de la selva ocupa el interior luminoso de una caja blanca donde, con la pericia de un entomólogo, el artista dispuso mariposas amarillas de su tierra natal. Sus ondulantes maderas caladas emulan la vegetación y se desplazan entretanto con la libertad de un gesto poético, hacia los muros exteriores.
Las luces y sombras del follaje de los árboles ostentan la armonía de la naturaleza; no se divisa el horizonte desde el jardín, pero se adivina.
'Construyendo el sueño de la vuelta' se titulan los barcos de Alberto Bastón Díaz que, realizados en hierro y papel de diario, avivan recuerdos de la infancia. Sus esculturas aparecen varadas en un astillero, pero despiertan la evocación de todos los puertos y buques que habitan nuestra memoria.

En plena primavera, la belleza del jardín potencia la belleza del arte. Rogelio Polesello nos ha dejado la lección de un maestro: una figura suavemente redondeada de un color cobre incomparable se curva sobre sí misma con aerodinámica gracia. Luego, con las tonalidades del arcoíris el artista pintó las transparencias y reflejos de sus esculturas de acrílico, y así configura un cuadro que es una reflexión sobre su propia obra. En la misma línea abstracta y con aparente simplicidad, Natalia Cacchiareli traza una serie de rombos. El color es protagonista. Después de estudiar la paleta de Monet y de varios contemporáneos, Cacchiareli incorporó el amarillo y los tonos tierra que nunca había usado, realizó pruebas y más pruebas y hoy estrena sus nuevos colores.


El predominio tecnológico de la vida actual provoca reacciones diversas, algunos artistas incorporan estos avances mientras otros salen a buscar valores estéticos del pasado. En los paisajes de Vicente Grondona los ritmos provienen del viejo Impresionismo. Si bien sus paisajes son monocromáticos, reiteran, con su pincelada alucinada y también exasperada, la agitación de una naturaleza palpitante. Federico Villarino utiliza por su parte, el paisaje como base o fondo de sus abstracciones, el verdadero motivo de la obra. Las imágenes de los bosques poseen su propio carácter y una identidad autónoma, pero sobre ellos flotan, ingrávidas como naves en el espacio, las estructuras geométricas.

Al igual que los pintores viajeros que visitaban tierras exóticas y regresaban con sus estudios y apuntes, Santiago Gasquet se internó en el universo de las enciclopedias botánicas y de allí volvió con las imágenes icónicas de unas plantas medicinales. La nítida objetividad de estos dibujos se contrapone al barroquismo excesivo de sus bellísimas plumas, también representativas de lo lejano y distante.


Vivencias, experiencias, ideas y visiones; miedos y deseos; ensoñaciones y creencias, afloran en los lienzos de Máximo Elizondo. En sus pinturas es posible rastrear vertientes estéticas que se cruzan. Hay un cuadro rojo con la potencia dramática del expresionismo, pero hay, también, imágenes alegres y juguetonas influenciadas por el comic, el salvajismo de El Aduanero Rousseau y los primitivos. Sin prejuicios, Elizondo se afianza en lo propio.

La fragilidad de un pequeño ciervo está presente en la escultura de Desirée De Ridder. A través del encanto y la seducción que ejercen sus piezas de cerámica esmaltada, De Ridder invita a preservar la naturaleza en riesgo de extinción. ¿Arte político? Sí. Pero lejos de los discursos altisonantes. La elocuencia de las esculturas reside en la capacidad de punzar el sentimiento.

La silueta estilizada y casi abstracta de un inmenso pájaro rojo irradia su energía en el jardín. Pablo Dompe oscila entre la figuración y la abstracción y sus esculturas de mármol revelan la intensa relación que establece con la naturaleza del material. Su obra trae gratas resonancias de las grandes obras que habitan los museos y depara la experiencia de la llamada “persistencia del arte antiguo”. El arte no se resigna a perder su pasado.


María Noel intervine con gesto sensible y distintas técnicas las páginas de un Catálogo Razonado de Chardin, una edición numerada en papel Madagascar, publicada en Paris en 1937. El papel impreso arrastra su propia historia y cierta melancolía. Fue un noble documento artístico. Noel superpone sus manuscritos de puño y letra y unas pinceladas expresivas, en las mismas páginas transcribe “Two English Poems” de Borges. De este modo, con su hermosa escritura y su arte, agrega capa sobre capa de intensa significación.

Las pinturas de Gilda Picabea poseen curvas que se deslizan y giran veloces alrededor de un eje mientras otras se fragmentan. Los verdes se conjugan con los amarillos y las abstracciones se resuelven en la energía de un gran acorde. La obra se acerca a la música.

Con tinta negra, el pulso firme y un corazón amable, Máximo Pedraza pinta un partido de golf. Las peripecias del juego son, como sugiere el artista, metáfora de la vida misma; el obscuro campo de juego es el mundo y, la condición nocturna del paisaje, profundiza la significación del planteo existencial.

El collage de materiales de Dalia Alvarez Kaireles (aluminio, vidrio, madera, acrílico arenado y anodizado) brilla como una joya. La pieza cuelga de la pared, es abstracta y tiene un bajorrelieve densamente elaborado donde contrastan las opacidades y los reflejos. Las redondeces rodeadas de acrílicos cumplen la función de una guarda decorativa.

Dora Isdatne presenta su obra en un cubo de cristal abierto al cielo en medio del living. Así mismo parodia lo natural con sus bosques, frutos y semillas artificiales.
Lo falso no pretende confundirse con lo verdadero sino destacar la función del artificio ornamental.
Los diseños de Poggio se adaptaron con facilidad a la arquitectura neutra de la casa que mira al jardín. Las formas en permanente expansión de la naturaleza y el arte coinciden e induce esforzarse para “ver”, en el sentido más amplio del término."

El Museo Nacional de Bellas Artes festeja sus 120 años con numerosas actividades gratuitas


Durante el mes de diciembre, el Museo Nacional de Bellas Artes celebra los 120 años de su creación con una serie de actividades especiales de entrada gratuita, organizadas con el apoyo de la Asociación Amigos de la institución. Se inaugurará una exposición histórica que evoca los tiempos fundacionales del Museo, y habrá obras de teatro, mesas redondas, conciertos, visitas guiadas y actividades para chicos.

Creado en 1895 por un decreto de José Evaristo Uriburu, en la Navidad de 1896 abría sus puertas el Museo Nacional de Bellas Artes en el edificio del Bon Marché de la calle Florida (hoy, Galerías Pacífico). Su creador, Eduardo Schiaffino -pintor, crítico, historiador del arte, uno de los fundadores de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, en 1876, y del Ateneo, en 1893-, postulaba la autonomía del arte nacional. Bajo su impulso, nacía una institución que abrió en el país un camino para construir la memoria visual propia, puesta en diálogo con la escena artística mundial.
Las primeras donaciones que recibió el Museo fueron las colecciones de Adriano Rossi y José Prudencio de Guerrico, en 1895, además de obras pertenecientes a artistas y coleccionistas amigos de Schiaffino. De esta manera, el patrimonio inicial del museo estuvo compuesto por 163 obras.

El lunes 12 de diciembre tendrán lugar los festejos centrales, a partir de las 20 horas, con la inauguración de la muestra conmemorativa “120 años de bellas artes”, en el segundo piso del museo, y la actuación del Sexteto Irreal en las terrazas del edificio.
Curada por Ángel Navarro, la exposición celebra el grupo fundacional de obras, la acción de Schiaffino y de los donantes de entonces, así como también el rol central del estado en la consolidación institucional y el trabajo realizado desde hace 85 años junto con la Asociación de Amigos.

Los martes 13 y 20, y los miércoles 14 y 21 a las 18.30 horas, el cuarteto de cuerdas Gianneo tocará en vivo en la sala 5 del museo, donde interpretará obras de Alberto Ginastera y Ludwig van Beethoven. Asimismo, los mismos días a las 20 horas, se realizará la visita guiada “El nervio óptico”, una versión teatral del libro homónimo de María Gainza, en el que la autora combina fragmentos de la historia del arte con datos autobiográficos.

El miércoles 14, en la sala Antonio Berni, se realizará una jornada sobre la historia del museo, coordinada por Laura Malosetti Costa. A las 11, especialistas dialogarán sobre los inicios de la institución, desde su fundación hasta 1950 y a las 15, la charla girará en torno a las últimas décadas del Museo, desde 1950 hasta la actualidad. A las 18, tendrá lugar la segunda edición del ciclo “Obras escogidas”, coordinado por Laura Isola, en la que la escritora y crítica cultural María Moreno realizará un recorrido por sus obras preferidas de la colección y compartirá con el público sus gustos, motivos literarios, y sus ideas sobre las artes visuales y la literatura.

El viernes 16, sábado 17 y domingo 18, a las 20.30 horas se presentará la obra de teatro “Apátrida, doscientos años y unos meses” en el Auditorio de la Asociación Amigos del MNBA. Ambientada en 1891, la obra, escrita, dirigida y protagonizada por Rafael Spregelburd, cuenta también con la actuación de Federico Zypce. En ella, un grupo de artistas argentinos comandados por Eduardo Schiaffino pretende fundar –con una modesta exhibición en la calle Florida– un arte nacional.

Para los más chicos, el sábado 10 y el domingo 11, de 15.30 a 17 horas habrá un paseo para explorar entre cuadros, tapices, personajes y artistas. Los niños se embarcan en la aventura de completar misiones y descubrir los secretos de las obras, para luego pintar en el taller. Más tarde, a las 17, personajes y autores invitan a conocer la historia detrás de las imágenes en “Cuadros de fiesta”.

Además, todos los martes y miércoles del mes, incluyendo el 6 y 7 de diciembre, a las 14 horas se realizará la visita “Había una vez un museo”, un recorrido por el Bellas Artes desde sus orígenes, a través de los grandes momentos que marcaron su historia y su colección.