6 de diciembre de 2016

Últimas exposiciones del año en el espacio de arte de la Fundación OSDE


El espacio de arte de la Fundación OSDE inauguró las últimas exposiciones del año: “Víctor Cúnsolo (1898-1937) Una geografía del silencio” curada por María Teresa Constantin, con curaduría adjunta de Carolina Cuervo, Susana Nieto y Gabriela Vicente Irrazabal y “Gráfica del anarquismo argentino (1893-1939)”, colección CeDInCI con curaduría de Haracio Tarcus y Verónica Tejeiro. Así mismo se presentan las intervenciones “el tutor” de los artistas Julián d’Angiolillo y Séverine Hubard con curaduría de Lucie Haguenauer en  las salitas y la intervención en vidriera “mudables” de Ariadna Pastorini. Todas podrán visitarse hasta el 14 de enero de 2017, de lunes a sábado de 12 a 20 hs. con entrada libre y gratuita, en Suipacha 658, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Visitas guiadas: miércoles a las 18 y sábados a las 17 hs.
Festejando con estas muestras el cierre del año Bicentenario y los 10 años del Espacio de Arte de la Fundación OSDE. 


Víctor Cúnsolo. El taller, 1922, óleo sobre tela
 
Treinta y un años han pasado desde la última muestra dedicada al pintor Víctor Cúnsolo. La actual exposición cuenta con 36 obras, desarrolladas en apenas algo más de una década,  acompañadas por pinturas de sus contemporáneos, grabados (obras de Adolfo Bellocq, Facio Hebequer, Víctor Rebuffo, entre otros), fotografías (de Gastón Bourquin y anónimos) y prensa. En palabras de la curadora: “Una geografía del silencio ofrece desandar aspectos del universo visual de un período. Un contexto en imágenes: pintura, grabado y fotografía -al que se suma la muestra paralela de gráfica anarquista- para la obra de un artista que permite además observar un barrio y su propio devenir.”
 
Fortunato Lacámera. Marina, 1930, óleo sobre cartón 
 
Si bien la exposición no propone un recorrido cronológico, el comienzo coincide con las primeras pinturas de Cúnsolo, acompañadas aquí, por otros artistas que abordan el paisaje boquense (Lazzari, Lacámera, Del Prete, entre otros), durante los  primeros años de la década del veinte, coincidentes con su paso por el “Bermellón” y sus primeras exposiciones de Cúnsolo: exhibición de sus obras en el Salón de la Mutualidad (1924) y su primera exposición individual en La Peña (1927).
 

Víctor Cúnsolo. Paisaje de Chilecito, 1932, óleo sobre cartón
 
Vemos, en consonancia con la transformación del barrio, los cambios en la imagen de la obra de Cúnsolo, que dan cuenta de la devoción por lo urbano, el mundo del trabajo y la vitalidad portuaria. Algunas de estas obras formaron parte de las exposiciones individuales del artista realizadas en la emblemática asociación de Amigos del Arte en 1927 y 1931.
La Vuelta de Rocha, Calle Magallanes, y La Isla Maciel, quedan representadas en obras de las que poco a poco va quitando todo rastro de personajes, hasta culminar en sus marinas entre bruma y silencio.
El final de la exposición coincide con los últimos trabajos realizados por el pintor durante su estadía en Chilecito y La Rioja, lugar al que se trasladó en busca de clima aptó para su salud. 


La Protesta. Suplemento semanal dirigido por Emilio López Arango y Diego Abad de Santillán

En paralelo a la muestra “Víctor Cúnsolo (1898-1937) Una geografía del silencio”, se expone “Gráfica del anarquismo argentino (1893-1939)” -con material del acervo de la colección CeDInCI- exhibición que pone énfasis en la producción gráfica que el anarquismo desplegó en nuestro país durante sus décadas de esplendor con una amplia gama de recursos gráficos: desde periódicos a diarios, revistas a folletos, grandes afiches a pequeños volantes. El CeDInCI se propuso exhibir aquí algunas de las piezas más valiosas de su patrimonio documental, aspirando contribuir al conocimiento público de ese momento de efervescencia social, signado por el encuentro entre vanguardias artísticas y vanguardias políticas. 


La dupla artística compuesta por Julián d’Angiolillo y Séverine Hubard presenta en las salitas del espacio de arte de la Fundación OSDE la intervención “el tutor”, con curaduría de Lucie Haguenauer.
El título del proyecto hace alusión tanto a los aparatos ortopédicos que nos ayudan a mantenernos erguidos, como a las varillas que dirigen y orientan el crecimiento vertical de las plantas. Partiendo de esta doble referencia, Hubard y d’Angiolillo se apropian de la arquitectura de las salitas por medio de construcciones que duplican y facetan tanto ese espacio, como los lugares de paso previos: la calle Suipacha, el hall de entrada del edificio y la escalera que nos conduce al primer piso, donde se encuentran las salitas. Allí escenifican una sala de espera con reminiscencias médicas, nos hacen adentrarnos en construcciones complejas, nos sorprenden con sonidos y proyecciones de imágenes performáticas en las que son los propios artistas quienes ponen el cuerpo.

La intervención performática “mudables” de Ariadna Pastorini utiliza diferentes géneros textiles, los interviene y transforma por medio de pliegues y superposiciones que luego se expanden al espacio de la vidriera; juega con la idea de transformación del espacio por medio de formas cambiantes, mudables.
A su vez, Pastorini realizará dos acciones performáticas dentro del espacio transfigurado de la vidriera. La acompañarán, por fuera de la vidriera, dos músicos el día de la inauguración y luego, el miércoles 14 de diciembre a las 18 horas, cuatro performers invitados.