El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presenta la exposición “Gabinete Heredia: Selección de obras del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires”, dedicada al artista Alberto Heredia (1924-2000), inaugurada el 15 de julio en Avenida San Juan 350.
La exposición reúne una selección puntual de 50 obras de Heredia que forman parte de la donación de 500 obras de su autoría, legada póstumamente por Alberto Heredia al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Ofrece al público una nueva oportunidad de apreciar la obra este artista, a través de un arco temporal que va desde 1960 hasta 1996 y que se despliega como un gabinete de curiosidades.
La exposición reúne una selección puntual de 50 obras de Heredia que forman parte de la donación de 500 obras de su autoría, legada póstumamente por Alberto Heredia al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Ofrece al público una nueva oportunidad de apreciar la obra este artista, a través de un arco temporal que va desde 1960 hasta 1996 y que se despliega como un gabinete de curiosidades.
En el conjunto, llama la atención la serie "Lenguas y Amordazamientos", realizada durante los años 70, donde se exhiben bocas y lenguas amordazadas con trapos y vendas violentamente torturadas, como una clara alegoría de la censura impuesta por la dictadura militar. Esta es solo una de las series exhibidas, entre las cuales se encuentra también un conjunto de "Copas Melba" y obras de sus series "Plateada" y "Negra".
Alberto Heredia sabía que los caminos que le ofrecía el arte a través de la producción escultórica y objetual se constituirían en un poder capaz de incomodar y desestabilizar las convenciones de la sociedad burguesa. Como un hacedor degradado, o como un “objetista urbano”, su producción combinó humor negro, ironía y sarcasmo como un modo de interpelar a los objetos y despojarlos del productivismo a los que los somete la industria del consumo. “Hay que alejar al espectador de la superficialidad que domina el mundo”, afirmaba desechando cualquier posicionamiento puramente estético.
Alberto Heredia sabía que los caminos que le ofrecía el arte a través de la producción escultórica y objetual se constituirían en un poder capaz de incomodar y desestabilizar las convenciones de la sociedad burguesa. Como un hacedor degradado, o como un “objetista urbano”, su producción combinó humor negro, ironía y sarcasmo como un modo de interpelar a los objetos y despojarlos del productivismo a los que los somete la industria del consumo. “Hay que alejar al espectador de la superficialidad que domina el mundo”, afirmaba desechando cualquier posicionamiento puramente estético.
Sin título, serie “Copa Melba”. c. 1975 - 1995. Foto Viviana Gil. Copa de vidrio, elementos de plástico, policromados. Donación del artista, Colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 2008. |
Heredia dejó el bronce por el desperdicio, lo eterno por lo perecedero, lo dominante por lo subalterno. Fue dueño de una imaginería revulsiva y dramática que plasmó, como un bricoleur, con materiales de desecho: cartón corrugado, rollos de papel higiénico, maderitas, sogas, vendas, alambre tejido, trapos, latas, muñecos diseccionados, pelos, prótesis dentarias, medallitas religiosas o muebles anacrónicos. “No podemos practicar un arte estetizante, sin contenido”, afirmaba. Corrió el velo para mostrar lo ominoso sin hipocresía. Interpeló al espectador haciendo aparecer lo repugnante, las zonas intermedias o de “insoportable” ambigüedad.
La relación de Alberto Heredia con el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires es de larga data: en 1960 participó en la Primera Exposición Internacional de Arte Moderno en su, por entonces, nueva sede del Teatro General San Martín de Buenos Aires. Luego, el museo le dedicó una gran retrospectiva en 1998. Hoy, el museo se enorgullece de exhibir la presente selección de obras de este gran artista, en una revitalización de su patrimonio permanente, volviendo a poner estas obras al alcance de toda la sociedad.