30 de julio de 2014

“Los vencedores y los vencidos. Marcas de violencia en la colección del Museo de Arte Moderno”

El sábado 2 de agosto a las 17 hs. inaugura la exposición “Los vencedores y los vencidos. Marcas de violencia en la colección del Museo de Arte Moderno”, un proyecto propuesto por Ana María Battistozzi, el cual se gestó durante la dirección de Laura Buccellato al frente del Museo de Arte Moderno.
Diana Dowek. El hambre, 1981, acrílico sobre tela
Esta exposición reúne cerca de 50 obras de gran formato del patrimonio del MAMBA de artistas fundamentales de la historia del arte argentino, en las cuales se pone de manifiesto, de diversas maneras, la dimensión de la violencia a lo largo de los últimos 60 años. Su concreción de esta y la publicación del catálogo ha sido posible gracias al apoyo de la Comisión de Mecenazgo y del trabajo del equipo de Patrimonio y Curaduría del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
Horacio Zabala. Anteproyecto. Carcel flotante para el Río de la Plata, 1973, grafito sobre papel
El arte, sostiene la curadora, ha actuado como caja de resonancia de la violencia de nuestro tiempo. Ese eco ha sido revelado por gran parte del arte y la cultura argentinos en distintos momentos, como consecuencia de acontecimientos históricos o políticos puntuales pero, inclusive, más allá de ellos. Así es posible reconocer uncontinuumque se presenta a través de alusiones explícitas, procedimientos retóricos y en los modos de producción de los artistas a lo largo de las últimas décadas.
Jorge De la Vega. Los vencedores, 1961, óleo sobre tela  (díptico)
La Colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires constituye un corpus que refleja de manera rotunda esa presencia inquietante. “Nacida la institución al año siguiente de la denominada 'Revolución Libertadora', el patrimonio que llegó a conformar no podía crecer al margen de las tensiones entre 'vencedores y vencidos' que se generaron en esa década”, señala Battistozzi.
El  impulso de retorno que ha hecho de la violencia una inminencia siempre al acecho que la sociedad argentina ha empezado a naturalizar, plantea la necesidad de una reflexión y, en este sentido, la producción artística de las últimas cinco décadas tiene mucho por aportar.

Antonio Seguí. Los Generales, 1964, litografía y témpera
Así lo atestiguan las obras de Ananké Assef, Oscar Bony, Ricardo Carpani, Jorge de la Vega, Diana Dowek, León Ferrari, Nicolás García Uriburu, Norberto Gómez, Alberto Greco, Nicolás Guagnini, Alberto Heredia, Enio Iommi, Guillermo Kuitca, Jorge Macchi, Rosalía Myriam Maguid, Nuna Mangiante, Hernán Marina, Gian Paolo Minelli, Luis Felipe Noé, Daniel Ontiveros, Margarita Paksa, Sandro Pereira, Duilio Pierri, Cristina Piffer, Santiago Porter, Alfredo Prior, Dalila Puzzovio, Silvia Rivas, Florencia Rodríguez Giles, Juan  Carlos Romero, Graciela Sacco, Antonio Seguí, Regina Silveira, Gabriel Valansi, Mónica Van Asperen, Edgardo Antonio Vigo y Horacio Zabala.