12 de julio de 2014

Claudio Roncoli celebra sus 10 años en el arte e inaugura el Espacio Modos con la muestra "El tiempo es arena en mis manos"


El reconocido artista Claudio Roncoli celebra sus 10 años con el arte en el Espacio Modos con la muestra “El tiempo es arena en mis manos”, que expone obras de su última producción en la sala principal, y una serie de tapas de revistas Life intervenidas, que se podrá visitar hasta el 3 de agosto, con entrada libre y gratuita, de martes a sábados de 12 a 20 hs. en Nicaragua 5041,  Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Además, habrá un programa de actividades complementarias en el marco de la muestra, que incluye una charla con el artista, una clínica de obra y un ciclo de cine con películas que dialogan con la muestra, especialmente programadas por el artista.
Actividades complementarias:
Charla con el artista, martes 15 de julio a las 19 hs.
Workshop / Clínica de obra, sábado 26 de julio de 14 a 19 hs. Cupos limitados. Más información escribiendo a: info@roncoli.net o info@modosweb.com.
Ciclo de cine en relación a la obra de Roncoli:
Jueves 17 de julio a las 20 hs. "Belleza americana" (1999), de Sam Mendes.
Jueves 24 de julio a las 20 hs. "The Truman show" (1998), de Peter Weir.
Jueves 31 de julio a las 20 hs. "Desayuno en Tiffany´s" (1961), de Blake Edwards.
“Una palabra asociada a una imagen fuerte resume una idea y se transforma en arte porque su habilidad para manejar el color y texturizar imágenes preexistentes le otorga al conjunto un vuelo propio e inconfundible. Un Roncoli de estos años es bien reconocible. Tiene un carácter que difícilmente pase inadvertido. El American Dream de Claudio Roncoli empieza en realidad en su obra, en esas escenas que recrean la atmósfera de los años cincuenta y sesenta, donde todo parece ser una promesa de prosperidad y éxito. Imágenes rescatadas de los grandes seminarios de la época, íconos de entonces de entonces que, trasladados al universo Roncoli, adquieren una nueva dimensión”, afirma el Director de Art Democracy, Guillermo González Taboada, en el prólogo del catálogo.
Mirta Herrero y Claudio Roncoli
Claudio Roncoli nació en Buenos Aires en 1971. Estudió diseño gráfico en la UBA y trabajó como director de arte en importantes agencias publicitarias. En 1995 egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, y desde 2004 -año en el que inaugura su primera muestra profesional e individual en la galería Praxis de Buenos Aires- se dedica plenamente al arte. A partir de ese momento, ha recorrido el país y parte del mundo con su obra, en numerosas exposiciones grupales e individuales en galerías, centros culturales, museos y ferias de Argentina y países como Perú, Bolivia, Estados Unidos, Uruguay, Inglaterra, Italia, España, México, Canadá y Cuba.
La obra de Roncoli, dueña de un lenguaje propio, único y reconocible, atravesada por el juego (su padre era dueño de una juguetería), lo naive, la marca publicitaria, la ironía y los colores brillantes, lo ha situado en un lugar fundamental del ambiente cultural y el mercado de arte contemporáneo argentino y extranjero.
Producidas a partir de una original técnica mixta intervenida que parte de collage digital que luego imprime en tela, black out o madera, e interviene con acrílico aplicado con espátula o salpicado, sus obras le sirven para profundizar y explorar nuevos rumbos entre la ironía y el humor. Roncoli se pregunta en cada trabajo: ¿realmente elegimos lo que comemos, vestimos, manejamos y deseamos?, y deja al descubierto cómo casi todo en nuestra forma de vida está impuesto por el capitalismo, las modas y los medios de comunicación.
Su iconografía está íntimamente ligada al costado más lúdico de la sociedad de consumo y bienestar y a las herramientas publicitarias características de las décadas del 50, 60 y 70, así como a las imágenes de revistas famosas masivamente a principios de los ’80 como Para Ti, Paris Match, LIFE y Reader’s Digest, fuente principal para construir sus obras, en las que se encuentran mujeres hermosas, amas de casa, niños, hombres fuertes y seductores, figuras icónicas del pop, artistas, escenas de guerra y hasta figuras de glitter. La conjunción del mundo del arte con el de la publicidad que existe en sus obras es un factor determinante: elementos decorativos conforman una atmósfera seductora entre irreal, idealizada, feliz, nostálgica e impostada que, desde una perspectiva fresca, juega con los límites entre arte y publicidad, plástica y fotografía, ironía e inocencia.