El jueves 18 de junio a las 19 hs. el artista Hugo Echarri inaugura en el Centro Cultural Borges la exposición "Vigilar y Castigar", inspirada en el libro del mismo nombre del célebre ensayista francés Michel Foucault que obligó a repensar y reformular los paradigmas penales vigente en los países de Occidente.
La muestra, curada por Julio Sapolnik, coincide con el 40º aniversario de la publicación de esa obra y propone una original aproximación desde las artes visuales a los conceptos de Foucault, en particular aquel que dice: “Es feo ser digno de castigo pero poco glorioso castigar”.
La serie de pinturas, dibujos, instalaciones y videos que se exhiben muestran una vez más la capacidad expresiva del artista.
Con un dibujo de fuerte contenido social y un acertado empleo del color y del claroscuro, Echarri elabora imágenes de gran dramatismo ante las cuales ningún espectador podría permanecer indiferente.
La muestra, curada por Julio Sapolnik, coincide con el 40º aniversario de la publicación de esa obra y propone una original aproximación desde las artes visuales a los conceptos de Foucault, en particular aquel que dice: “Es feo ser digno de castigo pero poco glorioso castigar”.
La serie de pinturas, dibujos, instalaciones y videos que se exhiben muestran una vez más la capacidad expresiva del artista.
Con un dibujo de fuerte contenido social y un acertado empleo del color y del claroscuro, Echarri elabora imágenes de gran dramatismo ante las cuales ningún espectador podría permanecer indiferente.
Dice el artista sobre su muestra: “…Cuando creíamos que entrábamos en la era del respeto por los derechos inalienables del hombre han retornado –súbitamente- las crucifixiones, las hogueras, las ejecuciones masivas, un repertorio de métodos de torturas viajes y nuevas, y una nueva vigilancia constante, invasiva y tenebrosa por su sofisticación tecnológica que convierte al hombre nuevamente en lobo del hombre”
Y continua: Ello me devolvió a la lectura de esa obra magistral de Michel Foucault, que da título a mi muestra, y proponer una interpretación plástica muy libre de la misma a través de trabajos en pintura, dibujo, instalaciones o video-instalaciones , que exprese la sinrazón –y el espanto- que producen en nuestro ser más íntimo y racional las sofisticadas formas de vigilancia y castigo a que estamos sometidos, directa o indirectamente, los habitantes de la nave Tierra en pleno siglo XXI”.
Por su parte, escribe el curador: “Un rostro en primer plano ocupa el centro de la composición. Los ojos cerrados para no ver que lo hiere y la boca abierta para expulsar el grito de dolor. Es imposible no encuadrar la imagen dentro de la memoria general de la cultura La contemplación de la pintura de Echarri también evoca el paso del tiempo: desde la cabeza seccionada del Chacho Peñaloza a mediados del siglo XIX, hasta las decapitaciones de Estado Islámico en el siglo XXI.”
Y continua: Ello me devolvió a la lectura de esa obra magistral de Michel Foucault, que da título a mi muestra, y proponer una interpretación plástica muy libre de la misma a través de trabajos en pintura, dibujo, instalaciones o video-instalaciones , que exprese la sinrazón –y el espanto- que producen en nuestro ser más íntimo y racional las sofisticadas formas de vigilancia y castigo a que estamos sometidos, directa o indirectamente, los habitantes de la nave Tierra en pleno siglo XXI”.
Por su parte, escribe el curador: “Un rostro en primer plano ocupa el centro de la composición. Los ojos cerrados para no ver que lo hiere y la boca abierta para expulsar el grito de dolor. Es imposible no encuadrar la imagen dentro de la memoria general de la cultura La contemplación de la pintura de Echarri también evoca el paso del tiempo: desde la cabeza seccionada del Chacho Peñaloza a mediados del siglo XIX, hasta las decapitaciones de Estado Islámico en el siglo XXI.”
Hugo Echarri estudió con prestigiosos maestros, como Helios Gagliardi, Bernardo Di Bruno y René Pietrantonio, pero se reivindica “como un artista autodidacta, que abreva en los viejos y nuevos maestros del dibujo y la pintura que admira: Leonardo, Caravaggio, Turner, Van Gogh, Francis Bacón, entre los extranjeros, y Castagnino, Policastro, Raúl y Carlos Alonso, Guillermo Roux y Miguel Dávila entre los nuestros”.
Ha realizado exposiciones individuales en diversos espacios, pero ganó notoriedad con sus últimas dos muestras el Centro Cultural Borges: “Plegaria por el Gauchito Gil”, notable aproximación al mítico personaje del interior argentino, y “Queremos tanto a Woody”, un audaz y original abordaje a la obra y la multifacética personalidad del genial director neoyorquino que tuvo gran repercusión en nuestro país y en el exterior.
La muestra permanecerá hasta el 12 de julio y se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 21 hs. y domingos de 12 a 21 hs. en el Centro Cultural Borges, Viamonte 525, Buenos Aires, Argentina.
Ha realizado exposiciones individuales en diversos espacios, pero ganó notoriedad con sus últimas dos muestras el Centro Cultural Borges: “Plegaria por el Gauchito Gil”, notable aproximación al mítico personaje del interior argentino, y “Queremos tanto a Woody”, un audaz y original abordaje a la obra y la multifacética personalidad del genial director neoyorquino que tuvo gran repercusión en nuestro país y en el exterior.
La muestra permanecerá hasta el 12 de julio y se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 21 hs. y domingos de 12 a 21 hs. en el Centro Cultural Borges, Viamonte 525, Buenos Aires, Argentina.