22 de octubre de 2013

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat festeja su quinto aniversario con una exposición de Luis F. Benedit

FMC calentando el horno con Pettoruti, 1991
Acuarela sobre papel
La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, celebrando su quinto aniversario, inaugura la muestra "Luis F. Benedit. Genealogías del campo argentino" con la curaduría de Rodrigo Alonso, que tendrá lugar en su sede ubicada en Olga Cossetini 141, Puerto Madero,  el día 22 de octubre de 2013 a las 19 horas.  
La muestra podrá  visitarse de martes a domingos de 12 a 20 horas hasta el 12 de enero de 2014.
Los miércoles acceso gratuito para menores de 12 años, jubilados, estudiantes y docentes con acreditación. Reducida de $20 para el público en general. 
Visita guiada con el curador Rodrigo Alonso
El campo es uno de los temas más recurrentes en la obra de Luis Fernando Benedit (1937-2011). Abordado desde diferentes perspectivas y en los más variados formatos (dibujos, acuarelas, objetos, pinturas, instalaciones) atraviesa toda su producción desde los inicios de la década de 1960 hasta sus últimos trabajos. Así, esta exposición se constituye en una suerte de retrospectiva centrada en un tópico singular, eje transversal de toda su carrera artística.  
El gaucho chino, 1963. öleo y esmalte sobre hardboard
Para Benedit, el campo no es un mero motivo iconográfico ni un territorio idealizado. Por el contrario, una parte importante de su producción se enfoca en la historia y los determinantes políticos y económicos que caracterizan sus orígenes y evolución en nuestro país. Por esto, no puede decirse que su obra aborde el campo sin más, sino que es más correcto decir que se centra en el campo argentino. 
El primer caballo, 1991. Madera, cuero, resina epoxi, esmalte
El primer núcleo de la exposición está dedicado a este acercamiento histórico, económico y político. Incluye obras que hacen referencia a la conquista española, a la llegada de los primeros caballos a la Argentina, a la Campaña del Desierto y su proyecto de acopio de tierras para la explotación, y a tensiones políticas como la lucha de Lisandro de la Torre contra los monopolios ganaderos. También aparecen aquí notas sobre la instrumentación y tecnologización del campo como medio para aumentar su rentabilidad económica.
Pelea de gauchos, 1985, y Los duelilstas, 1986
La sección central presenta al campo argentino como escenario de un debate estético. Por años, Benedit estudia el trabajo de los retratistas de las costumbres y situaciones campestres locales, como Juan León Pallière o Florencio Molina Campos, a quienes rinde frecuentes homenajes. Pero en tanto artista contemporáneo formado en los lenguajes de la modernidad, no deja de notar el conflicto entre su figuración naturalista y las exigencias de experimentación formal de las vanguardias metropolitanas. Un conjunto de trabajos plantea la dislocación entre las búsquedas plásticas modernistas de artistas como Juan del Prete, Emilio Pettoruti o los integrantes del grupo Madí, y las imágenes tradicionales del universo rural.
Serie Madí
Finalmente, un último núcleo presenta al campo argentino como ámbito con una cultura propia: los gauchos, sus herramientas, entretenimientos y hábitos; el caballo como compañero y eje de las tareas campestres; los ranchos y su arquitectura singular, pueblan este sector de la exposición que reivindica al medio rural como espacio de cultura y de saberes específicos.  
Autorretrato, 1998. Escultura realizada en:
resina epoxi, óleo, esmalte, tela, metal, cuero, plexi
Luis Fernando Benedit nació en Buenos Aires en 1937. Hijo de un abogado dedicado a la política y al campo, estudió arquitectura y se dedicó a la pintura de manera autodidacta. En 1961 realizó su primera exposición en la Galería Lirolay. En 1963 viajó por Europa y se radicó en Madrid. En 1966 realizó una exposición en París y regresó a Buenos Aires. Un año más tarde exhibió un conjunto de pinturas en las que cobraron protagonismo los animales y la vida rural, retratados en formas cercanas al cómic, con colores exaltados y superficies planas obtenidos con esmalte industrial. Viajó a Roma con una beca del gobierno italiano para estudiar arquitectura paisajística y comenzó a interesarse por las transformaciones de los entornos naturales. Allí realizó su primera obra artística con animales vivos.
Manea, 1990. Plexi, madera, resina epoxi, óleo, esmalte
Progresivamente, se orientó hacia la ciencia y la tecnología. En 1970 representó a la Argentina en la Bienal de Venecia con Biotrón, un ambiente de acrílico con abejas y flores artificiales. Dos años después fue invitado a realizar una exposición individual en el Espacio de Proyectos del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En 1971 conformó el Grupo de los 13 (luego Grupo CAYC) convocado por Jorge Glusberg. Durante los setentas realizó acuarelas con diseños para la reproducción artificial de numerosos animales. En 1975 expuso en Amberes y en la Whitechapel de Londres. En 1977 obtuvo el Gran Premio Itamaraty en la XIV Bienal de San Pablo con el Grupo CAYC. En paralelo con su actividad artística llevó adelante proyectos arquitectónicos. En 1979/80 recicló un convento y asilo de ancianos para transformarlo en el Centro Cultural Buenos Aires (hoy Centro Cultural Recoleta), junto a Clorindo Testa y Jacques Bedel. 
Tres años más tarde diseñó la Galería Ruth Benzacar, que remodeló en 1990 agregando un segundo subsuelo.
Basilisco, 1991. Madera, plexi, resina epoxi, esmalte, espejo
A mediados de los ochenta su trabajo se focalizó en las costumbres gauchas y en las litografías de Juan León Pallière, artista viajero que relevó estas costumbres en la Argentina durante el siglo XIX. A finales de la década inició un cuerpo de obras sobre la Patagonia que tomó como base las investigaciones que el naturalista Charles Darwin realizara entre 1831 y 1836. En 1989 organizó una exposición dedicada a Florencio Molina Campos en el Museo Nacional de Bellas Artes y participó de la edición de un libro sobre su producción. Durante los noventa expuso en las principales capitales del mundo, e integró los envíos a la Bienal de San Pablo (1991), La Habana (1991), Johannesburgo (1995) y Kwangju (1995). En 1996, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires presentó una extensa retrospectiva de su obra.
Mortero B, 1990. Madera, plexi y granos de maiz
En estos años se multiplicaron sus instalaciones basadas en informaciones e investigaciones históricas que denominó obras-informes. También trabajó con huesos de vaca y caballo con los que elaboró obras artísticas y objetos de diseño, y desarrolló un conjunto de piezas sobre la cultura equina que presentó en la exposición Equinus Equestris, realizada en el Museo de Arte Latinoamericano en 2009. Mientras preparó una exposición de sus trabajos como diseñador para la Fundación YPF, falleció en Buenos Aires el 12 de abril de 2011.