Rodrigo Alonso, en su texto curatorial denominado “Momentos de una antropología ferroviaria”, expresa:
“Las fotografías de Julián Casella registran las bondades y los sinsabores del trabajo ferroviario. Siendo él mismo empleado del sector, su mirada exhibe las zozobras de una profesión que se debate entre el renacimiento y el olvido. Su proyecto documental busca poner de manifiesto la nobleza de una actividad resiliente, que se sabe condenada por la historia y el destino de un país. No obstante, esto no lo desanima. Quizás por su juventud, o porque anhela un destino otro, ha asumido el desafío de colocar su cámara al servicio de una inquietud que lo interpela políticamente, pero que también, lo seduce y fascina.
“Las fotografías de Julián Casella registran las bondades y los sinsabores del trabajo ferroviario. Siendo él mismo empleado del sector, su mirada exhibe las zozobras de una profesión que se debate entre el renacimiento y el olvido. Su proyecto documental busca poner de manifiesto la nobleza de una actividad resiliente, que se sabe condenada por la historia y el destino de un país. No obstante, esto no lo desanima. Quizás por su juventud, o porque anhela un destino otro, ha asumido el desafío de colocar su cámara al servicio de una inquietud que lo interpela políticamente, pero que también, lo seduce y fascina.
Aunque el artista se interesa por la historia de la actividad ferroviaria en la Argentina, sus fotografías se focalizan en los pequeños acontecimientos laborales. Nos muestran a los trabajadores en sus actividades cotidianas, en sus haceres grupales y solitarios, en las tareas que los ocupan y al mismo tiempo los definen como sujetos sociales. Siempre aparecen rodeados de locomotoras, rieles, estaciones, señales, máquinas. Su mundo es, por derecho, el mundo del trabajo, y es desde allí desde donde nos interpelan.
Para llevar adelante su proyecto, Casella se aparta momentáneamente de ese mundo al cual pertenece y se posiciona como artista. Sus imágenes poseen una marca autoral incontestable. Le otorgan al trabajador una estatura heroica mediante procedimientos que son estrictamente fotográficos, como el congelamiento de las acciones y la aguda tridimensionalidad que transforman a los modelos en estatuas, el punto de vista contrapicado que agranda sus figuras, la iluminación contrastada que les otorga carácter dramático. Este apartamiento autoral no implica un alejamiento espacial. Por el contrario, todas las tomas están realizadas desde las cercanías de las escenas, y esa proximidad las excluye del mero registro otorgándoles la sensibilidad de la mejor mirada documental.
Julian Casella nació el 14 de Enero de 1992 en la ciudad de Buenos Aires (Argentina). Fotógrafo, estudió en el Fotoclub Buenos Aires y en la Escuela Fotográfica Diego Ortiz Múgica.
Ha sido distinguido en premios, convocatorias y concursos: Primer Premio Concurso de Fotografía “Restaurantes de Buenos Aires” de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés en 2015; Mención Concurso de Fotografía “Gente de mi Ciudad” del Banco Ciudad, 2015; Segundo Premio estimulo de fotografía “Francisco Ayerza” de la Academia Nacional de Bellas Artes, 2015; ganador de la convocatoria Concurso Fotografías del Bicentenario (SOFSE, Trenes Argentinos), 2016 y ganador de la convocatoria “Arte Joven 2016 BADA Directo de Artista” del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Ha sido distinguido en premios, convocatorias y concursos: Primer Premio Concurso de Fotografía “Restaurantes de Buenos Aires” de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés en 2015; Mención Concurso de Fotografía “Gente de mi Ciudad” del Banco Ciudad, 2015; Segundo Premio estimulo de fotografía “Francisco Ayerza” de la Academia Nacional de Bellas Artes, 2015; ganador de la convocatoria Concurso Fotografías del Bicentenario (SOFSE, Trenes Argentinos), 2016 y ganador de la convocatoria “Arte Joven 2016 BADA Directo de Artista” del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La muestra se puede visitar en Arenales 1239 PA “P”, Rue des Artisans, Buenos Aires, Argentina.