19 de julio de 2016

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presenta las exposiciones “Ana Gallardo: Un lugar para vivir cuando seamos viejos” y “Argentina Lisérgica” en el MAR Museo de Arte Contemporáneo, en Mar del Plata


El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires anuncia la inauguración de las primeras exposiciones de su Programa de Itinerancias en otros museos del país, cuya primera sede será el Museo MAR. Las inauguraciones de “Ana Gallardo: Un lugar para vivir cuando seamos viejos” y “Argentina Lisérgica” tendrán lugar el viernes 22 de julio en el museo ubicado en Félix U. Camet y López de Gomara, de Mar del Plata.
En esta ocasión, se presenta al público marplatense un recorrido por los últimos diez años de producción de la artista rosarina Ana Gallardo, y una selección de obras de artistas nacionales, situadas en las décadas del 60 y el 70, que forman parte del patrimonio del Moderno, el principal museo dedicado al arte moderno y contemporáneo de la Argentina.


"Ana Gallardo: Un lugar para vivir cuando seamos viejos" revisa la última década de producción de la artista. Gallardo relata historias de vida a través de las cuales indaga sobre las condiciones de marginación en la Latinoamérica contemporánea. A través de obras en diversos soportes -dibujos, videos, instalaciones y registro de acciones- que elaboran una denuncia a veces tácita, a veces explícita, la artista establece una tensión muy personal entre vivencias íntimas y problemáticas sociales, en contextos específicos de abandono o indiferencia que busca transformar. Así lo señala la artista: "En los actos cotidianos y las relaciones afectivas percibo hechos artísticos. En los momentos de intimidad y confianza siento que se produce lo que llamo obra”. 

"Argentina lisérgica" -que se exhibió entre octubre de 2013 y junio de 2015 en el Museo de Arte Moderno– propone un viaje hacia la psicodelia, a través de la iconografía y los escenarios artísticos de otro tiempo: el encuentro entre el pop extremado de los sesentas y tempranos setentas con la geometría blanda, el arte cinético y lumínico local y las experiencias pictóricas de la Nueva Figuración. Aquí la psicodelia se reconstruye a partir del reconocimiento de sus múltiples derivas estilísticas, sus referencias populares y estrategias visuales, pero también en la insinuación de sus precursores y sus herencias, que se extienden desde el surrealismo criollo a las omnipresentes vanguardias internacionales.