El
miércoles 19 de junio a las 19 hs. se inaugura en
Galería Vasari la muestra de pinturas "Comiéndose
a Raúl" de Fabián Burgos, uno de los artistas
más interesantes y originales de la generación
del 90, cuya obra se caracteriza por explorar hasta el fondo las
posibilidades de la abstracción geométrica.
La exposición está integrada por una serie de obras recientes realizadas en técnicas diversas, que lo muestran como un artista del presente, de cuyo discurso artístico emana un clima de época: fin de las utopías y vanguardias y, a cambio, modalidades más eclécticas desde la práctica del arte.
La exposición está integrada por una serie de obras recientes realizadas en técnicas diversas, que lo muestran como un artista del presente, de cuyo discurso artístico emana un clima de época: fin de las utopías y vanguardias y, a cambio, modalidades más eclécticas desde la práctica del arte.
Fabián Burgos nació en Buenos Aires en 1962 y
estudió en el taller de Luis Felipe Noé durante
dos años, y luego continuó en el taller de Ahuya
Szlimowicz. En 1991 ingresó a la Beca de la
Fundación Antorchas, coordinada por Guillermo Kuitca.
Participó en numerosas exposiciones colectivas y realizó muestras individuales en el Centro Cultural Recoleta, en otros importantes espacios de Buenos Aires y, reiteradamente, en la Annina Nosei Gallery, Nueva York, USA. Obtuvo, entre otras distinciones, el Segundo premio Aerolíneas Argentinas a las Artes Visuales 2002 y el Subsidio Anual a la Creación de la Fundación Antorchas.
Participó en numerosas exposiciones colectivas y realizó muestras individuales en el Centro Cultural Recoleta, en otros importantes espacios de Buenos Aires y, reiteradamente, en la Annina Nosei Gallery, Nueva York, USA. Obtuvo, entre otras distinciones, el Segundo premio Aerolíneas Argentinas a las Artes Visuales 2002 y el Subsidio Anual a la Creación de la Fundación Antorchas.
"Sintonizo con aquellos que desarrollaron un trabajo basado
en el encuentro con la belleza a partir de la búsqueda del
concepto de verdad como medida espiritual", dijo hace unos
años en una entrevista. Y ese pensamiento sigue rigiendo su
relación con el arte que, para él, es una "experiencia metafísica".
Tal vez por eso, Burgos ha hecho de la ambigüedad y el medio
tono una regla de oro de su trabajo. "Yo odio la
provocación –dice-. Para mí, cuando
buscás provocar lo único que lográs es
fijar ideas. Para mí, el arte verdaderamente revolucionario
es silencioso."
Así y todo, cree en la capacidad transformadora del arte. "Sé que es una cursilería pretender que el arte puede cambiarle la vida a alguien –acepta-, pero si no creo en eso, ¿para qué pinto?. Me pongo una verdurería o me voy a trabajar a la ferretería de mis viejos."
La muestra se puede visitar hasta el 19 de julio, de lunes a viernes de 11 a 20 hs. en Esmeralda 1357, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.a
Así y todo, cree en la capacidad transformadora del arte. "Sé que es una cursilería pretender que el arte puede cambiarle la vida a alguien –acepta-, pero si no creo en eso, ¿para qué pinto?. Me pongo una verdurería o me voy a trabajar a la ferretería de mis viejos."
La muestra se puede visitar hasta el 19 de julio, de lunes a viernes de 11 a 20 hs. en Esmeralda 1357, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.a