Para la segunda propuesta del proyecto salitas, el Espacio de Arte de la Fundación OSDE presenta "Encarnación ingrávida", obra de la artista Mónica Van Asperen, que se exhibe del 2 al 31 de mayo.
La intención de la intervención de Van Asperen, es generar a través de diferentes materialidades, una reflexión en torno a la levedad, el peso y la luz. Con sus tres piezas, Nap, El Sauce y Encarnación ingrávida -obras en tela, vidrio y hierro- la artista genera un universo poético, "un paracosmos lúdico", como ella misma las define.
Los distintos materiales utilizados permiten, con sus cualidades, crear un paisaje tamizado por la intervención de la luz. El emplazamiento y el vacío son la manera en que las obras se relacionan y generan diálogos internos: la transparencia del vidrio soplado sostenido por estructuras de hierro y la liviandad de telas pintadas, generan un espacio poético único.
Mónica Van Asperen nació en 1962. Luego de estudiar música y matemáticas, ingresa a la carrera de Diseño Gráfico (UBA), en donde se gradúa en 1989. La reflexión en torno al cuerpo, el diseño textil y la utilización del vidrio soplado son algunos de los elementos que caracterizan la producción de este artista multidisciplinaria.
A lo largo de su carrera obtuvo varias becas, entre las que se destacan: Instituto de Diseño de Copenhague (1998); Fundación Antorchas (2000); Fondo Nacional de las Artes (2001) y Vidriería San Carlos (2011/2012).
Recibió, entre otros, los siguientes premios: Premio a la artista joven del año de la Asociación de Críticos (2001); Premio Konex a la trayectoria (2002); Premio Leonardo del MNBA (2002); Primer premio de Escultura, Salón Nacional de Artes Visuales (2005).
La intención de la intervención de Van Asperen, es generar a través de diferentes materialidades, una reflexión en torno a la levedad, el peso y la luz. Con sus tres piezas, Nap, El Sauce y Encarnación ingrávida -obras en tela, vidrio y hierro- la artista genera un universo poético, "un paracosmos lúdico", como ella misma las define.
Los distintos materiales utilizados permiten, con sus cualidades, crear un paisaje tamizado por la intervención de la luz. El emplazamiento y el vacío son la manera en que las obras se relacionan y generan diálogos internos: la transparencia del vidrio soplado sostenido por estructuras de hierro y la liviandad de telas pintadas, generan un espacio poético único.
Mónica Van Asperen nació en 1962. Luego de estudiar música y matemáticas, ingresa a la carrera de Diseño Gráfico (UBA), en donde se gradúa en 1989. La reflexión en torno al cuerpo, el diseño textil y la utilización del vidrio soplado son algunos de los elementos que caracterizan la producción de este artista multidisciplinaria.
A lo largo de su carrera obtuvo varias becas, entre las que se destacan: Instituto de Diseño de Copenhague (1998); Fundación Antorchas (2000); Fondo Nacional de las Artes (2001) y Vidriería San Carlos (2011/2012).
Recibió, entre otros, los siguientes premios: Premio a la artista joven del año de la Asociación de Críticos (2001); Premio Konex a la trayectoria (2002); Premio Leonardo del MNBA (2002); Primer premio de Escultura, Salón Nacional de Artes Visuales (2005).
Desde 1992 participa de muestras colectivas e individuales tanto en el país, como en el extranjero.