La fotógrafa Karina Azaretzky presenta su muestra individual "Trama" en el Espacio de Arte de AMIA,
el próximo martes 20 de agosto a las 18.30 hs. en Pasteur 633. La
muestra podrá visitarse hasta el 21 de setiembre, de lunes a jueves de
10 a 18 y viernes de 10 a 16 hs.
"La memoria es inexacta. Es engañosa, inconstante y caprichosa. Y, como la fotografía, recoge apenas un referente de lo que fue, sin permitirnos sostener fehacientemente si algo ha sucedido, o no, tal como lo recordamos.
Sobre estas particularidades de la memoria reflexiona Karina en este ensayo en el que transita por los rincones de una casa tantas veces visitada y revisitada durante su infancia.
Una puerta abierta nos invita a comenzar el recorrido. Mientras teje y desteje, anudando y desanudando sobre la trama de su propia historia, Karina nos guía con la precisión de una arqueóloga, la paciencia de una coleccionista, la libertad de una exploradora y la curiosidad de un detective. Nos lleva por una especie de laberinto espacial, donde va enhebrando recuerdos con olvidos, realidades con ficciones y observaciones con indagaciones.
En cada rincón yace algo oculto, ya sea en la oscuridad, ya sea cubierto por una trama. En cada rincón, algo que ha olvidado.
Y es allí, en las sombras de lo que no alcanza a recordar, en los detalles de lo que no podemos ver, donde se alojan sus vivencias más íntimas y esenciales: los olores, los sabores, los sonidos… las sensaciones de la niñez.
Es justamente allí, en esas zonas más profundas e insondables, donde nos conectamos con el ser que realmente somos. Es en lo que queda, cuando ya hemos olvidado, que surge el mayor potencial creativo, la comunicación más valedera, lo más verdadero de lo cierto.
Las imágenes de este ensayo proponen un homenaje a los recuerdos de su infancia, una celebración a la evocación de su pasado. Incitan, también, con sus juegos de luz y sombra, de opacidades y transparencias, a preguntarnos sobre la memoria en cuanto proceso de la mente." Silvia Mangialardi
Sobre estas particularidades de la memoria reflexiona Karina en este ensayo en el que transita por los rincones de una casa tantas veces visitada y revisitada durante su infancia.
Una puerta abierta nos invita a comenzar el recorrido. Mientras teje y desteje, anudando y desanudando sobre la trama de su propia historia, Karina nos guía con la precisión de una arqueóloga, la paciencia de una coleccionista, la libertad de una exploradora y la curiosidad de un detective. Nos lleva por una especie de laberinto espacial, donde va enhebrando recuerdos con olvidos, realidades con ficciones y observaciones con indagaciones.
En cada rincón yace algo oculto, ya sea en la oscuridad, ya sea cubierto por una trama. En cada rincón, algo que ha olvidado.
Y es allí, en las sombras de lo que no alcanza a recordar, en los detalles de lo que no podemos ver, donde se alojan sus vivencias más íntimas y esenciales: los olores, los sabores, los sonidos… las sensaciones de la niñez.
Es justamente allí, en esas zonas más profundas e insondables, donde nos conectamos con el ser que realmente somos. Es en lo que queda, cuando ya hemos olvidado, que surge el mayor potencial creativo, la comunicación más valedera, lo más verdadero de lo cierto.
Las imágenes de este ensayo proponen un homenaje a los recuerdos de su infancia, una celebración a la evocación de su pasado. Incitan, también, con sus juegos de luz y sombra, de opacidades y transparencias, a preguntarnos sobre la memoria en cuanto proceso de la mente." Silvia Mangialardi