Claudia Martínez, óleo sobre lienzo |
"En el año 2003, me inicio en la pintura, mi maestro en este oficio:
Ariel Mlynarzewicz. La identidad de mi trabajo, en sintonía con los
valores abrazados en mi formación, se sostiene en la valorización de la
pintura y del oficio de pintar como lenguaje visceral. Mi preferencia
por las texturas y la vitalidad de los colores me llevó por el camino
del uso del óleo y -en alguna serie- a la inclusión de textiles en los
cuadros. Retratos de personajes emblemáticos para nuestra cultura,
paisajes de mi lugar de origen, la mirada sobre lo cotidiano, son los
disparadores a partir de los cuales experimento, buscando nuevos
lenguajes poéticos. Intento entablar un diálogo con la tradición
pictórica, haciendo una valoración e integración de recursos locales,
autóctonos y personales" expresa Claudia Martínez sobre su obra.
Muchi, instalación |
Por su parte, Muchi estudió en la la Facultad de
Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Desde el 2011, su trabajo escultórico está ligado al
reciclado de materiales desechados en pequeño y mediano formato; y en la
construcción de instalaciones colgantes.
Esta artista cordobesa explora la pintura de manera performática, usando sus manos como la única herramienta para pintar. Juega a buscar infinitas combinaciones y contrastes; y encuentra el placer en esta forma libre e intuitiva. Se siente en armonía reciclando sus soportes. Ella se declara artista colorista, por su insistente búsqueda con el color. Una vez preparado el color ella empapa sus manos y mancha el soporte, generando contrastes y combinaciones de forma intuitiva y desprejuiciada. Ella propone un vínculo más íntimo con el material al involucrar sus manos; piel, además de sentir más precisión con el uso de ellas. Por otro lado, su interés por el reciclado la lleva a reciclar y probar distintos soportes y materiales, como la madera y el cartón. Ella por momentos cubre todo con manchas, creando un ambiguo juego donde el espectador decide entre figura /fondo; y por otros deja ver sus fondos, valorando esta materialidad rescatada. La imagen que finalmente logra es un conjunto estructurado de manchas orgánicas, que definen esta pintura dentro de la abstracción.
Esta artista cordobesa explora la pintura de manera performática, usando sus manos como la única herramienta para pintar. Juega a buscar infinitas combinaciones y contrastes; y encuentra el placer en esta forma libre e intuitiva. Se siente en armonía reciclando sus soportes. Ella se declara artista colorista, por su insistente búsqueda con el color. Una vez preparado el color ella empapa sus manos y mancha el soporte, generando contrastes y combinaciones de forma intuitiva y desprejuiciada. Ella propone un vínculo más íntimo con el material al involucrar sus manos; piel, además de sentir más precisión con el uso de ellas. Por otro lado, su interés por el reciclado la lleva a reciclar y probar distintos soportes y materiales, como la madera y el cartón. Ella por momentos cubre todo con manchas, creando un ambiguo juego donde el espectador decide entre figura /fondo; y por otros deja ver sus fondos, valorando esta materialidad rescatada. La imagen que finalmente logra es un conjunto estructurado de manchas orgánicas, que definen esta pintura dentro de la abstracción.