Un gran número de amantes del arte, que desbordó largamente la capacidad de la Galería Isabel Anchorena y se extendió a la vereda, acudió la noche del jueves a la inauguración de la muestra “Sincronismo Tácito”, de Eugenio Cuttica.
La belleza de sus pinturas de niñas apenas esbozadas entre trigales, campos de tulipanes o tatuada en el costado de un manso buey, sus retratos de personajes con los ojos cerrados despertaron evidente entusiasmo y admiración. Son imágenes reconocibles y de enorme atractivo que consiguen establecer una secreta conexión con los espectadores.
Eugenio Cuttica nació en Buenos Aires en 1957 y está considerado uno de los más destacado exponentes del arte argentino contemporáneo. Comparte su tiempo entre Buenos Aires y Nueva York y desde su taller neoyorkino está alcanzando una importante proyección internacional.
Estudió Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires y Pintura y Escultura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Un componente importante de su formación fue haber sido asistente de Antonio Berni. Durante los últimos treinta años, expuso en galerías, museos y centros culturales y ha participado, asimismo, de salones y ferias de arte internacionales. En el exterior, su obra se exhibió en Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda, Chile, Brasil y Colombia, entre otros países.
Estudió Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires y Pintura y Escultura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Un componente importante de su formación fue haber sido asistente de Antonio Berni. Durante los últimos treinta años, expuso en galerías, museos y centros culturales y ha participado, asimismo, de salones y ferias de arte internacionales. En el exterior, su obra se exhibió en Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda, Chile, Brasil y Colombia, entre otros países.