8 de septiembre de 2014

Mock galería presenta las muestras de Luján Candria y Ezequiel Black

Mock galería presenta las muestras “El abismo de la pérdida” de Luján Candria y “Biografía no autorizada” de Ezequiel Black, con la curaduría de Máximo Jacoby. 

Inauguración: 11 de setiembre a las 19 hs. en Suipacha 1217, Buenos Aires, Argentina.
Se puede visitar de lunes a viernes de 13 a 19 hs. con entrada libre y gratuita, hasta el 10 de octubre de 2014.

“El abismo de la pérdida” es un proyecto que equilibra espacios de producción e investigación guiados por la tensión entre opuestos y complementarios constituyentes para el ser humano en su desarrollo. En este proceso, Lujan Candria utiliza el video y la fotografía como medio y lenguaje.
Construye una acumulación basada en la suma de imágenes, muchas de ellas repetidas y diferentes, al mismo tiempo, donde el paisaje natural y el íntimo, cotidiano y hogareño, juegan entre sí para aludir a estados de la memoria subjetiva, a borrosos recuerdos que devienen en nostalgia. La exposición se alimenta de diversas herramientas para generar una experiencia de identificación e introspección, desde lo inteligible sumado una paleta cromática, tanto visual como sensible.
Palabras de la artista:
“En el silencio nocturno del día y en la soledad de la noche imágenes resbaladizas en la memoria, se iluminan y centellean en la retina. Recuerdos fragmentados que se repiten, que se mezclan, se desvanecen y logran reaparecer para fusionarse en el entorno; transformándose en sensaciones teñidas de melancolía, que una vez más son reflejos de inmensidades y de abismos, eco de lo que vendrá y preludio de lo que dejará de ser.”

“Biografía no autorizada”
Como en el armado de cualquier biografía, el proyecto nace como una red de hechos, operaciones y reflexiones cruzadas. El relato se ubica entre el diario privado y el retrato generacional, una descripción particular que se torna universal en el trabajo artístico y ofrece un programa colectivo de múltiples interpretaciones e identificaciones. Para esto se apropia de sistemas narrativos y formales como la publicidad, el diseño, la poesía o manualidades escolares, para manifestar historias, mandatos y estados de ánimo.
Varios de sus trabajos asemejan un formato insular y dan al conjunto el espesor de un archipiélago de objetos simbólicos, que marca la ambigüedad entre la crudeza del gesto intimista y la experiencia social compartida. 
En la obra las palabras se definen y cargan de sentido por los materiales elegidos, las formas/tiempos de construcción y el lector especifico. En este modelo, Black afirma la imposibilidad de separar texto de contexto y la originalidad o procedencia de las frases se vuelve difusa en la sensación de familiaridad e identificación con el contenido. El cuestionamiento a los textos pueden ser pensamientos del autor, citas que perdieron sus comillas, máximas familiares, remeras ingeniosas, tuits propios o ajenos.
La obra es atractiva y amigable en la superficie pero se hace permeable en la lectura a sensaciones y reflexiones críticas, gracias a estrategias similares a las que utilizan medios de comunicación y las redes sociales. En ese terreno conviven los deseos y las decepciones: el horror, la psicodelia, la ironía, el poder, el amor y la muerte.
Lejos del autorretrato sordo y solitario, Ezequiel Black reinventa su propia biografía para convertirla en un espacio de encuentro.