El peso de una piedra es una video instalación de Lucas Turturro con curaduría de Malena Souto Arena que se presentar desde el 8 al 30 de setiembre en el Centro General Cultural San Martín.
 Compuesta por un sistema de múltiples pantallas y construida por 
archivo fílmico y videográfico de los grandes funerales argentinos, El Peso de una Piedra
 despliega el montaje de un funeral multitudinario en el que un muerto 
nunca puede descansar en paz. Las calles porteñas se tiñen bajo el velo 
de la caravana conmovida, las coronas y paraguas bajo la lluvia, los 
soldados y curas, conforman una comunidad fantasmagórica en esta confusa
 sinfonía que pareciera velar a un único muerto.  Así es el viaje 
infinito, cíclico y demoníaco de este féretro que el pueblo carga como 
Sísifo, héroe del absurdo, carga su piedra. 
Esta
 obra persiste e insiste en un gesto creador que articula la trayectoria
 y el pulso del trazo estético de Lucas Turturro: el trabajo de 
apropiación y remontaje de material de archivo. Apropiarse de un 
archivo, supone de por sí, un gesto rebelde, un acto insurgente que 
cuestiona los cimientos de la propiedad privada e intelectual. El 
creador se apodera de un registro ajeno para señalarlo, violentarlo, 
deconstruir su lógica y subvertir su sentido. En este territorio 
apátrida, las imágenes se sitúan en el centro del recinto y se 
preguntan, si algo de renovador yace en este gesto destructivo que les 
otorga otro valor y les ofrenda una nueva lectura.  
Construida por archivo fílmico y videográfico de los grandes funerales argentinos, El Peso de una Piedra despliega el montaje de un funeral multitudinario en el que un muerto nunca puede descansar en paz. Las calles porteñas se tiñen bajo el velo de la caravana conmovida, las coronas y paraguas bajo la lluvia, los soldados y curas, conforman una comunidad fantasmagórica en esta confusa sinfonía que pareciera velar a un único muerto. Así es el viaje infinito, cíclico y demoníaco de este féretro que el pueblo carga como Sísifo, héroe del absurdo, carga su piedra.  
Esta obra persiste e insiste en un gesto creador que articula la trayectoria y el pulso del trazo estético de Lucas Turturro: el trabajo de apropiación y remontaje de material de archivo. Apropiarse de un archivo, supone de por sí, un gesto rebelde, un acto insurgente que cuestiona los cimientos de la propiedad privada e intelectual. El creador se apodera de un registro ajeno para señalarlo, violentarlo, deconstruir su lógica y subvertir su sentido. En este territorio apátrida, las imágenes se sitúan en el centro del recinto y se preguntan, si algo de renovador yace en este gesto destructivo que les otorga otro valor y les ofrenda una nueva lectura. 
Así como el muerto renace una y otra vez, en esta obra cada imagen debe morir para renacer en otro campo semántico. Este último es usted, el visitante, que junto al artista se erige como protagonista y sujeto de enunciación de la obra. Fundará en camaradería al creador una nueva mirada y activará el sentido último de la obra gracias al recorrido de su cuerpo que volverá a resignificar, la cantidad de veces que lo desee, las imágenes desplegadas en el espacio de exhibición
Así como el muerto renace una y otra vez, en esta obra cada imagen debe morir para renacer en otro campo semántico. Este último es usted, el visitante, que junto al artista se erige como protagonista y sujeto de enunciación de la obra. Fundará en camaradería al creador una nueva mirada y activará el sentido último de la obra gracias al recorrido de su cuerpo que volverá a resignificar, la cantidad de veces que lo desee, las imágenes desplegadas en el espacio de exhibición
