La
I Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur ya está
en marcha y Buenos Aires será uno de los centros que la acogerá, entre
las 32 ciudades del mundo de 16 países, que estarán conectadas de manera
simultánea a través del arte y la tecnología, en lo que ya se aventura
como el evento más potente, multicultural y global que se desarrolla desde finales del 2015 y concentrará sus exhibiciones entre los meses de septiembre y diciembre de este año.
Reúne obras de más de 300 artistas de los cinco continentes que se expondrán en 84 sedes. Habrá piezas montadas en diferentes museos, centros culturales, edificios y zonas emblema del espacio público de varias ciudades.
Entre muchos otros se destaca la presencia de Christian Boltanski en el Museo Nacional de Bellas Artes; Pedro Cabrita Reis, Bernardí Roig y Marie Orensanz en el espacio público; Mariana Tellería, Iván Argote y Tatiana Trouvé en el MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo; Shirley Paez Leme, Angelika Markul y Charly Nijensohn en el Centro Cultural Kirchner; Vik Muniz y Guillermo Kuitca en la Embajada de Brasil. A lo que se suman varias colecciones entre ellas la del Museo de Arte Contemporáneo de Ginebra y del Museo Reina Sofía de España.
Una de las propuestas más novedosas de BIENALSUR es que ha trazado una cartografía propia. Esto es: un territorio y recorrido específico que tiene en el antiguo Hotel de Inmigrantes de Puerto Madero su KM 0. Un nodo que luego se abre al diseño de un corredor en Buenos Aires, al país y a una Sudamérica expandida casi a escala planetaria.
Este nuevo universo cartográfico se propone eliminar fronteras temporales y espaciales mediante la simultaneidad que permite la tecnología. A través de pantallas se podrá participar al mismo tiempo de distintas muestras y eventos relacionados en ciudades que pese a la distancia espacio-temporal estarán interconectadas y el espectador podrá sentirse parte de todo un nutrido entramado cultural que intenta integrar a las diferentes sedes simultáneas a través de la cultura.
Este nuevo universo cartográfico se propone eliminar fronteras temporales y espaciales mediante la simultaneidad que permite la tecnología. A través de pantallas se podrá participar al mismo tiempo de distintas muestras y eventos relacionados en ciudades que pese a la distancia espacio-temporal estarán interconectadas y el espectador podrá sentirse parte de todo un nutrido entramado cultural que intenta integrar a las diferentes sedes simultáneas a través de la cultura.
En Buenos Aires algunos de los espacios que estarán intervenidos por la Bienal serán la vieja Confitería del Águila -nueva sede de MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo- en proceso de recuperación -dentro del ex zoológico porteño en vías de transformarse en un Ecoparque Interactivo-, distintas Sedes del MUNTREF, el MALBA, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Casa del Bicentenario, Fundación PROA, el Centro Cultural Kirchner, la Usina del Arte, además de fachadas de edificios emblemáticos, plazas y aeropuertos.
Además, BIENALSUR se hará presente en Tigre, Caseros, Rosario, Córdoba, San Juan, Tucumán, Salta y Bahía Bustamante (Chubut). Y de allí el camino continúa, por Uruguay (Montevideo); Paraguay (Asunción); Chile (con sedes en Santiago de Chile, Valdivia y Valparaíso); Brasil (con sedes en San Pablo, Río de Janeiro, Porto Alegre, Sorocaba); Perú (Lima); Ecuador (Guayaquil); Colombia (Bogotá y Cúcuta).
En el continente africano la parada es Ouidah, en Benín. En Europa se suman España (con sedes en Madrid y Palma de Mallorca); Francia (con sedes en París y Marsella); y finalmente, en Asia, se une Japón (Tokio).
BIENALSUR está pensada a partir de generar una red global de colaboración asociativa institucional que elimine distancias y fronteras, y reivindique la singularidad en la diversidad; se propone un extenso territorio construido a partir del posicionamiento en un “Sur Global”.
Más del 95% de las obras que forman parte de la Bienal fueron seleccionadas tras un intenso proceso que incluyó dos convocatorias internacionales abiertas. La idea de este llamado libre y abierto fue la de invitar a artistas y curadores a pensar proyectos específicos e inéditos y, así, se recibieron más de 2500 propuestas provenientes de 78 países. Durante esas convocatorias se observó la presencia recurrente de proyectos que dialogan fuertemente tanto dentro como fuera del mundo del arte.
BIENALSUR pretende generar un verdadero ejercicio procesual en la creación artística e intelectual y en materia de curaduría se propone salir del molde tradicional en tanto se ponen en cuestión los criterios habituales puestos en juego en las muestras de arte contemporáneo. La curaduría de BIENALSUR posee cinco grandes líneas de trabajo en las que se integran los diferentes proyectos: Acciones e interferencias en el espacio público; Curadurías a partir de la obra seleccionada del llamado abierto internacional en el que falló un jurado también internacional; Colección de colecciones; Proyectos asociados; y Arte en las fronteras.
BIENALSUR se propone inundar los territorios e invadir los espacios públicos, sin embargo, no busca situarse como un injerto que se impone a las comunidades sino por el contrario, pretende trabajar para que las piezas o las intervenciones que se den en cada lugar emerjan del trabajo de los artistas con las sociedades atendiendo a sus diversidades culturales y regionales.
En el continente africano la parada es Ouidah, en Benín. En Europa se suman España (con sedes en Madrid y Palma de Mallorca); Francia (con sedes en París y Marsella); y finalmente, en Asia, se une Japón (Tokio).
BIENALSUR está pensada a partir de generar una red global de colaboración asociativa institucional que elimine distancias y fronteras, y reivindique la singularidad en la diversidad; se propone un extenso territorio construido a partir del posicionamiento en un “Sur Global”.
Más del 95% de las obras que forman parte de la Bienal fueron seleccionadas tras un intenso proceso que incluyó dos convocatorias internacionales abiertas. La idea de este llamado libre y abierto fue la de invitar a artistas y curadores a pensar proyectos específicos e inéditos y, así, se recibieron más de 2500 propuestas provenientes de 78 países. Durante esas convocatorias se observó la presencia recurrente de proyectos que dialogan fuertemente tanto dentro como fuera del mundo del arte.
BIENALSUR pretende generar un verdadero ejercicio procesual en la creación artística e intelectual y en materia de curaduría se propone salir del molde tradicional en tanto se ponen en cuestión los criterios habituales puestos en juego en las muestras de arte contemporáneo. La curaduría de BIENALSUR posee cinco grandes líneas de trabajo en las que se integran los diferentes proyectos: Acciones e interferencias en el espacio público; Curadurías a partir de la obra seleccionada del llamado abierto internacional en el que falló un jurado también internacional; Colección de colecciones; Proyectos asociados; y Arte en las fronteras.
BIENALSUR se propone inundar los territorios e invadir los espacios públicos, sin embargo, no busca situarse como un injerto que se impone a las comunidades sino por el contrario, pretende trabajar para que las piezas o las intervenciones que se den en cada lugar emerjan del trabajo de los artistas con las sociedades atendiendo a sus diversidades culturales y regionales.
La agenda completa de BIENALSUR podrá consultarse en www.bienalsur.org.