Dentro del marco de una política llevada a cabo por la directora ejecutiva del Museo Nacional de Bellas Artes, la Doctora Marcela Cardillo, comprometida en exponer obras de la colección que no fueron exhibidas con anterioridad, se presenta en el Museo la acuarela sobre seda del destacado artista chino Chang Dai-Chien (1899-1983), "Flor de loto", realizada según una técnica que alcanzó enorme relevancia en Japón. Se trata de un kakemono, es decir una caligrafía o pintura colgada en el sentido vertical, usualmente dentro del cubículo elevado llamado tokonoma.
Esta obra fue donada por el artista en mayo de 1952, cuando se encontraba en Argentina invitado por el Instituto Cultural Argentino-Chino y por razones políticas decidió exiliarse en Argentina temporariamente.
Chang Dai-Chien se inició en la pintura en Japón y continuó su formación en Shangai. Su relevancia en el arte del siglo XX surge por haber logrado, a partir de los estilos históricos de Oriente, establecer nexos con la modernidad artística occidental. Es célebre su encuentro, en 1956, con Picasso en Niza.
Chang fue uno de los más importantes pintores chinos del siglo XX, influyó en las jóvenes generaciones de artistas y su obra goza hoy de fama universal.