29 de mayo de 2014

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presenta la exposición antológica del artista Eduardo Costa, Moda ficción, naturaleza, joyas y bicicletas.

La presente exposición antológica permite recorrer más de 40 años de trayectoria de Costa, a través de numerosas piezas realizadas en distintas ciudades -Buenos Aires, Nueva York, Río de Janeiro-, que lo han tenido como protagonista de la escena artística local e internacional.
A lo largo de su historia, Costa ha desplegado diferentes estrategias artísticas para incorporar las múltiples formas de lo real retenerlas, aunque sea de manera fragmentaria, en múltiples formatos: piezas sonoras, performances, moda, diseño, joyas, ready-mades  y pinturas.
Cada una de sus obras incluye a otras que las resignifican y potencian. De esta forma, se genera un conjunto de múltiples vasos comunicantes que conforman una enciclopedia dispersa, en la cual caben la naturaleza, la moda, la revisión de tópicos de las vanguardias históricas, la música pop, la literatura oral, el métier del joyero y hasta una pinacoteca redefinida en objetos realizados con pintura sólida. Así, fragmentos de un diálogo casual devienen en un poema;una mariposa atrapada en alas de plástico que duplican las suyas se transforma en una joya que ilustra las revistas de moda; un caracol muestra su forma perfecta para funcionar como un anillo, y las ramas de un árbol se modelan para convertirse en un exclusivo brazalete. Diferentes objetos y acciones artísticas se establecen en un equilibrio complejo y, a la vezarmónico.
Para esta ocasión, el artista instaló su taller en la sala del museo para que los espectadores puedan observar en directo cómo se van enhebrando cada una de estas continuidades.
Costa es un creador que irrumpió a mediados de los años 60 en la escena porteña (los años de oro del Instituto Di Tella) con propuestas que se conocieron como Arte de los medios, esto es, una forma estética y táctica en lacual la información, el evento y la ficción dieron un paso más allá delhappening, lo que se definió entonces como la desmaterialización de la obra de arte. Fue autor, junto con Roberto Jacoby y Raúl Escari, del manifiesto Un arte de los medios de comunicación (1966) del llamado Arte de los medios que incluyó, entre otros trabajos, el happening ficticio conocido como Happening para un jabalí difunto, una acción que se materializó en los propios medios de comunicación.
Con posterioridad a este celebrado debut -más específicamente desde el suceso conocido como The Fashion Show Poetry Event, realizado en Nueva York en 1969 y que contó con la participación de Andy Warhol, Alex Katz, Claes Oldenburg y Marisol Escobar, entre otros- puso en marcha una visión aún más personal de la moda, de su circulación, de sus accesorios, de su difusión y de sus sistemas visuales.
Cada vez que un lector vuelva a hojear las páginas de la edición neoyorquina de la célebre revista Vogue de febrero de 1968 y se encuentre con la serie Fashion Fiction I, cuya fotografía fue tomada por Richard Avedonexperimentará muy posiblemente la misma sensación de seducción e incomodidad que aún hoy sentimos frente a esta imagen-ícono producida por Costa. En parte escultura, ornamento y prótesis, estas joyas calcan la anatomía humana y, al mismo tiempo que la modelan, le dan una nueva existencia,cubriendo el cuerpo con una piel con las cualidades divinas del oro. Orejas, dedos de manos y pies, y cabellos dorados cosifican el cuerpo y lo convierten en objeto de deseo.
Una de las características que recorre toda la producción de Costa es el permanente desafío al canon moderno, entendido como la pureza de las formas y su aislamiento de todo residuo del mundo exterior. En cambio, el valor de sus obras se afirma en su condición porosa y contaminada a medida que el artista busca deliberadamente retener las múltiples formas de lo real, apelando siempre al juego, al humor y a la parodia.
Otro importante capítulo dentro de su producción son las pinturas volumétricas. Si bien siendo muy joven había realizado algunos ensayos de pintura académica, el «descubrimiento» de la pintura se produce de forma azarosa en 1994. El hallazgo accidental de un pote seco de pintura acrílica amarilla se ubica en el inicio de una larga serie de obras que llegan hasta nuestros días. Costa descubrió en aquel rastro de pintura seca una presencia corpórea que le permitió imaginar otros caminos para la pintura. Sus pinturas son pinturas hechas de pintura: una forma tautológica que derriba los códigos fijados por la tradición ilusionista.
Cuando hoy se le pregunta a Costa acerca de qué es el arte, responde: "Estoy tratando de averiguarlo. Algunas palabras conectadas al problema serían: expresión, creación, elaboración, desarrollo, trabajo y edición". Una precisa síntesis del trabajo de este gran artista.
La muestra se  puede visitar hasta el 14 de setiembre de 2014, de martes a viernes de 11 a 19 hs. y sábados, domingos y feriados de 11 a 20 hs. en Avenida San Juan 350, San Telmo, ciudad de Buenos Aires.