La galería Cecilia Caballero arte contemporáneo está presentando la muestra "La dolencia de la luz" de Nicolás Domínguez Nacif.
"La dolencia de la luz habla de mi experiencia con el color, con la luz y con el dolor.
Del esplendor que se produce en el descenso. De la belleza que surge en la descomposición. La luz pura es fulgor total, cuando se descompone surge el fenómeno más majestuoso del universo, el color.
Estas acuarelas son como mi civilización imaginaria y privada. Nacen desde el miedo, la incertidumbre total de estar a punto de arruinarlo todo, pero igual seguir, seguir, creyéndolo un fracaso. Para mi estas pinturas revelan una caída, un descenso. Cuando el papel esta en blanco es como la luz pura, no puede haber nada más ideal, mas total. No está sujeto a ningún tipo de apreciación o conceptualización, es lo mas real y concreto. Ahí está todo latente, esta todo siendo sin serlo. Animarse a tocarlo es mucho, solo puedo arruinarlo ¿qué soberbia, que ansiedad o vanidad, me llevan a hacerlo? ¿La búsqueda de lo sublime? Me siento banal ¡ya está! ¡Me entrego al artificio! Pero es tan insoportable sentir que desde un comienzo es un fracaso (por el sinsentido lo digo) que aunque parezca raro, lo que me reconforta es que sé que por mucho que me cueste voy a insistir en él. Y que de casualidad llegue un amigo y me diga: ¡qué bueno que esta! ¡Me encanta eso que se chorrea! ¡Me encantan esas rectas que no lo son! Entonces bueno… me planteo la duda.es como estar aprendiendo a soltar un poco lo que yo quiero, entregarme a ese fracaso y perseverar en lo que tal vez no lo sea.
De cada pintura una caída, de cada caída una batalla, de cada batalla una rendición.
Del esplendor que se produce en el descenso. De la belleza que surge en la descomposición. La luz pura es fulgor total, cuando se descompone surge el fenómeno más majestuoso del universo, el color.
Estas acuarelas son como mi civilización imaginaria y privada. Nacen desde el miedo, la incertidumbre total de estar a punto de arruinarlo todo, pero igual seguir, seguir, creyéndolo un fracaso. Para mi estas pinturas revelan una caída, un descenso. Cuando el papel esta en blanco es como la luz pura, no puede haber nada más ideal, mas total. No está sujeto a ningún tipo de apreciación o conceptualización, es lo mas real y concreto. Ahí está todo latente, esta todo siendo sin serlo. Animarse a tocarlo es mucho, solo puedo arruinarlo ¿qué soberbia, que ansiedad o vanidad, me llevan a hacerlo? ¿La búsqueda de lo sublime? Me siento banal ¡ya está! ¡Me entrego al artificio! Pero es tan insoportable sentir que desde un comienzo es un fracaso (por el sinsentido lo digo) que aunque parezca raro, lo que me reconforta es que sé que por mucho que me cueste voy a insistir en él. Y que de casualidad llegue un amigo y me diga: ¡qué bueno que esta! ¡Me encanta eso que se chorrea! ¡Me encantan esas rectas que no lo son! Entonces bueno… me planteo la duda.es como estar aprendiendo a soltar un poco lo que yo quiero, entregarme a ese fracaso y perseverar en lo que tal vez no lo sea.
De cada pintura una caída, de cada caída una batalla, de cada batalla una rendición.
Lo galáctico, lo cósmico, lo matemático azaroso, una geometría despreocupada e inconsciente que surge de la divagación. Imagino un gran tejido universal que nos relaciona a todos los seres, que se superpone en velos y velos. A medida que más se superponen estos, el color se intensifica, se oscurece, se enfría. Detrás de todos ellos está el resplandor impoluto.
No sé si en realidad es un descenso, no sé si la luz está arriba o abajo, en el centro o en el costado. Hay diferentes tradiciones, diferentes recetas que en algún momento abrigué con certeza. Lo que me queda: el dejarme llevar por la no forma para ir encontrando variadas posibilidades. La relación con el color es azarosa, con esto digo inconsciente, guiada por una idea débil que en realidad no me interesa mucho ya que lo que más me interesa en estas pinturas, es el estar ahí, la experiencia y la sorpresa." Nicolás Domínguez Nacif
No sé si en realidad es un descenso, no sé si la luz está arriba o abajo, en el centro o en el costado. Hay diferentes tradiciones, diferentes recetas que en algún momento abrigué con certeza. Lo que me queda: el dejarme llevar por la no forma para ir encontrando variadas posibilidades. La relación con el color es azarosa, con esto digo inconsciente, guiada por una idea débil que en realidad no me interesa mucho ya que lo que más me interesa en estas pinturas, es el estar ahí, la experiencia y la sorpresa." Nicolás Domínguez Nacif
Se puede visitar hasta el 19 de agosto en Av. Alvear 1761 - local 9, Ciudad de Buenos Aires.