El martes 5 de julio a las 18 hs. en el Espacio Multiarte – SIGEN se realaizará la inauguración y presentación del libro "Argentina, 18 de julio de 1994", con fotografías de Julio Menajovsky, Daniela Java, Claudio Herdener, Eduardo Longoni, Centro Mark Turkow, Página 12, Agencia Argentina de Noticias, Ámbito Financiero, Clarín, Noticias Argentinas.
"Esto sucedió el 18 de julio de 1994 en Argentina. Las imágenes que componen este libro son el testimonio de los fotoperiodistas en su calidad de testigos. Es un registro visual de la tragedia preservando su historia con imágenes que van desde el momento del atentado hasta la marcha de los paraguas que se realizó el 21 de julio en la Plaza de los Dos Congresos.
Los límites de la documentación fotográfica son foco y eje de discusión sobre qué es pertinente publicar y qué no. En Estados Unidos, después del atentado a las Torres Gemelas, se fue muy riguroso en la indicación de no mostrar determinadas imágenes porque podrían tener un fuerte impacto sobre la ciudadanía. Sin embargo, no hay que olvidarse que las fotografías son la imagen contundente de lo que sucedió. No se puede tapar el sol con la mano. No son las fotografías las que son duras, implacables, dolorosas, agobiantes e intolerables, sino lo que representan, que no es otra cosa que el hecho en sí.
Sumado a la falta de justicia, estas fotos no muestran lo acontecido el 18 de julio de 1994, sino que son la representación cotidiana de un hecho impune.
Recorrer estas páginas es reencontrarse con la desesperación, el dolor, los heridos, los muertos, los que intentaban ayudar, los destrozos, el derrumbe, los escombros, los familiares y amigos, la búsqueda de sobrevivientes, los partes médicos, la movilización, los paraguas y un cartel, que por encima de todo, mostraba la bandera argentina manchada con sangre.
La construcción de la memoria es a veces guiada por un péndulo que va transitando permanentemente los extremos de su recorrido y delimitando sus necesidades. El equilibrio entre emoción y entendimiento es uno de los caminos posibles. Hace tiempo, sentí que era necesario volver al momento de la tragedia y encontrarnos con esas imágenes para no olvidar de qué hablamos cuando nos referimos al atentado a la AMIA.
No creo que como muestra valga un botón, ni que una imagen valga más que mil palabras. El Universo de unos y otros, está dado por la dimensión de lo que se relata, y la narración de la realidad supera siempre la imaginación más creativa.
Lo sucedido hace 17 años es parte de nuestra historia como país y es de esas tragedias que debe constituirnos y convertirse en parte de nuestra identidad, porque somos lo que recordamos. Y estas imágenes son parte de nuestro álbum familiar.
Ojalá que estas instantáneas del dolor se conviertan en compromiso.
Más memoria, más futuro." Elio Kapszuk, director del espacio de arte AMIA.
Los límites de la documentación fotográfica son foco y eje de discusión sobre qué es pertinente publicar y qué no. En Estados Unidos, después del atentado a las Torres Gemelas, se fue muy riguroso en la indicación de no mostrar determinadas imágenes porque podrían tener un fuerte impacto sobre la ciudadanía. Sin embargo, no hay que olvidarse que las fotografías son la imagen contundente de lo que sucedió. No se puede tapar el sol con la mano. No son las fotografías las que son duras, implacables, dolorosas, agobiantes e intolerables, sino lo que representan, que no es otra cosa que el hecho en sí.
Sumado a la falta de justicia, estas fotos no muestran lo acontecido el 18 de julio de 1994, sino que son la representación cotidiana de un hecho impune.
Recorrer estas páginas es reencontrarse con la desesperación, el dolor, los heridos, los muertos, los que intentaban ayudar, los destrozos, el derrumbe, los escombros, los familiares y amigos, la búsqueda de sobrevivientes, los partes médicos, la movilización, los paraguas y un cartel, que por encima de todo, mostraba la bandera argentina manchada con sangre.
La construcción de la memoria es a veces guiada por un péndulo que va transitando permanentemente los extremos de su recorrido y delimitando sus necesidades. El equilibrio entre emoción y entendimiento es uno de los caminos posibles. Hace tiempo, sentí que era necesario volver al momento de la tragedia y encontrarnos con esas imágenes para no olvidar de qué hablamos cuando nos referimos al atentado a la AMIA.
No creo que como muestra valga un botón, ni que una imagen valga más que mil palabras. El Universo de unos y otros, está dado por la dimensión de lo que se relata, y la narración de la realidad supera siempre la imaginación más creativa.
Lo sucedido hace 17 años es parte de nuestra historia como país y es de esas tragedias que debe constituirnos y convertirse en parte de nuestra identidad, porque somos lo que recordamos. Y estas imágenes son parte de nuestro álbum familiar.
Ojalá que estas instantáneas del dolor se conviertan en compromiso.
Más memoria, más futuro." Elio Kapszuk, director del espacio de arte AMIA.
La muestra permanecerá expuesta en Espacio Multiarte – SIGEN, Corrientes 381, hasta el 29 de julio de 2011.