Del 13 de julio al 29 de agosto de 2011 en la sala 1 de la planta baja, Malba – Fundación Costantini presenta una nueva edición de su programa Contemporáneo, dedicado al arte actual, local y regional. En esta ocasión, se exhibe una selección de 25 fotografías de Guillermo Giambiagi (Buenos Aires, 1957), realizadas entre 2008 y 2011, que hace foco en la antigua casa de veraneo familiar del artista y revela su búsqueda obsesiva de ciertos objetos y su pasado.
En ese volver al pasado familiar, Cristina Schiavi -curadora de la exposición- reconoce una plasticidad más propia de la pintura, influencia quizás del tío abuelo Carlos Giambiagi (1664-1750), también presente en la muestra con un óleo de los años 50, que retrata casualmente un jarrón con flores, uno de los motivos centrales de Naturaleza Quieta. “Su acento pictórico nos recuerda también otros rincones con flores (más barrocos), realizados por pintores holandeses del siglo XVII como Hans Bollongier y Rachel Ruysch”, explica Schiavi y agrega: “Es un coleccionista de detalles, de sus relaciones reales y posibles. Y es de esa extraña relación, la inmovilidad y la atmósfera pictórica de donde proviene el placer y la potencia de sus imágenes”, afirma la curadora.
Al mismo tiempo, se presenta una nueva exposición temporaria que reúne una selección de dibujos históricos y pinturas recientes del artista Ricardo Garabito (Trenque Lauquen, 1930), uno de los grandes exponentes del arte argentino del siglo XX.
La muestra incluye 32 dibujos realizados por el artista entre 1972 y 1982, prácticamente inéditos, ya que sólo se exhibieron en 1980 en la galería Ática. Se trata de obras sobre papel realizadas con diversas técnicas (lápiz, témpera y acuarela), que tienen como tema central la figura humana, son retratos cargados de humor e ironía. Además se exhibe un conjunto de 15 óleos, realizados entre 1998 y 2011, con naturalezas muertas y elementos cotidianos.
En la selección de dibujos, Garabito busca resaltar el gesto, al que llega luego de una observación profunda de la naturaleza y el comportamiento humano. En palabras de Samuel Oliver -ex director del Museo Nacional de Bellas Artes y amigo del artista- son retratos imaginarios de personas a las que podemos identificar. “Sus modelos son esos desconocidos que suelen rodearnos, que pasan a nuestro lado, pero que dejan en la retina del artista, como a través de una red, la esencia que los caracteriza. Los comprende, no los juzga, a lo sumo los trata un poco en broma y ejerce sobre ellos su peculiar humorismo”, explica Oliver en el texto reproducido en el catálogo de la exposición.
Esta muestra también permanecerá en exposición hasta el 29 de agosto de 2011, en la sala 3 del primer piso.