Nestor Morena, Verónica Gómez, Cristina Santander y Silvia Di Marco |
La muestra permanecerá hasta el 29 de junio de 2011.
José María Scarnato y Cristina Santander |
Por esa razón, el título de la misma es Ebenezer, una palabra que significa "hasta aquí me ayudó Dios".
La característica de la misma es que la artista incursiona desde las técnicas tradicionales del grabado y la pintura a obras de gran envergadura en acrílico como material tridimensional.
Por ejemplo: Minotauro, inclusión en acrílico, medidas: 210 x 370 x 16 cm. Pesa nada menos que 1500 kgs. y está iluminado por leds que producen variaciones de color dentro de la misma obra, muy atrayentes.
"El título de la muestra está simbolizado en la obra Ânge du Cadran - Ángel del Tiempo. Es una obra inspirada en la que se encuentra en la fachada de la Catedral de Chartres, en Francia. He utilizado el acrílico con inclusiones, el acrílico espejado, donde podemos ver nuestro rostro reflejado dentro de la obra. También es una alusión bíblica, ya que San Pablo dijo que ahora vemos por espejo, y es la forma en que nos conocemos a nosotros mismos, inversa a nuestra propia imagen" comenta Cristina Santander.
Por ejemplo: Minotauro, inclusión en acrílico, medidas: 210 x 370 x 16 cm. Pesa nada menos que 1500 kgs. y está iluminado por leds que producen variaciones de color dentro de la misma obra, muy atrayentes.
"El título de la muestra está simbolizado en la obra Ânge du Cadran - Ángel del Tiempo. Es una obra inspirada en la que se encuentra en la fachada de la Catedral de Chartres, en Francia. He utilizado el acrílico con inclusiones, el acrílico espejado, donde podemos ver nuestro rostro reflejado dentro de la obra. También es una alusión bíblica, ya que San Pablo dijo que ahora vemos por espejo, y es la forma en que nos conocemos a nosotros mismos, inversa a nuestra propia imagen" comenta Cristina Santander.
La Bordadora de Sueños
"Es difícil ajustarse a una línea de tiempo si hablamos del trabajo de Cristina. Dividirlo en etapas es un intento ridículo, pues Santander danza entre las décadas con mucha frescura, va y vuelve, retoma y descarta. Le divierten las relecturas, faltarse cariñosamente el respeto a sí misma, reinventarse con agilidad. Pocos artistas tienen ese sentido del humor y valentía. Calificada usualmente como grabadora, a Cristina la tienen sin cuidado las nomenclaturas. Repasando el origen del grabado, la artista cuenta con ojos soñadores que antiguamente era oficio de mujeres, a las que llamaban bordadoras”.
"Es difícil ajustarse a una línea de tiempo si hablamos del trabajo de Cristina. Dividirlo en etapas es un intento ridículo, pues Santander danza entre las décadas con mucha frescura, va y vuelve, retoma y descarta. Le divierten las relecturas, faltarse cariñosamente el respeto a sí misma, reinventarse con agilidad. Pocos artistas tienen ese sentido del humor y valentía. Calificada usualmente como grabadora, a Cristina la tienen sin cuidado las nomenclaturas. Repasando el origen del grabado, la artista cuenta con ojos soñadores que antiguamente era oficio de mujeres, a las que llamaban bordadoras”.
"Ese carácter femenino ha trascendido los siglos y sigue presente en su imaginario. Pero la tradición no le pesa, no la vuelve conservadora. Santander es una artista que ha elegido no solamente el grabado como medio de expresión, al que ha llevado al límite de lo experimental, sino el diseño de objetos- desde menaje hasta prendedores- el dibujo, la pintura, los backlights, la escultura en acrílico y bronce y el teatro. Si bien el grabado lejos está de ser la diva en las pasarelas del arte contemporáneo, y hay claros indicios de que ha perdido la batalla ante otras producciones más espectaculares, mastodónticas o bienaleras, Cristina Santander, impermeable a las modas febriles, se comporta, en cualquier disciplina que emprenda, como una diva".
"La actitud de Cristina es contagiosa, hay generosidad en su gesto, un gesto donde se combinan el conocimiento exhaustivo de la técnica y una despreocupación total por seguir recetas. Un desparpajo alocado e irrespetuoso que no resigna la veneración por lo clásico sino que la utiliza como tierra firme desde donde impulsarse y saltar más alto". Verónica Gómez, mayo de 2011.
"La actitud de Cristina es contagiosa, hay generosidad en su gesto, un gesto donde se combinan el conocimiento exhaustivo de la técnica y una despreocupación total por seguir recetas. Un desparpajo alocado e irrespetuoso que no resigna la veneración por lo clásico sino que la utiliza como tierra firme desde donde impulsarse y saltar más alto". Verónica Gómez, mayo de 2011.
El Museo de Bellas Artes de Luján está ubicado en la actualidad, en un sector conocido como "La Recova" en donde converge junto al Complejo Museográfico "Enrique Udaondo" y la "Basílica de Luján".
Este nuevo complejo edilicio data del año 1982, hallándose ubicado en la calle 9 de Julio 863, y posee una superficie cubierta de 1172 m2, la cual está compuesta de: Planta Baja, Entre Piso y Planta Alta. El Salón Mayor denominado "Sala J. Paladino" consta de 379,5 m2 y permite según lo requieran las distintas actividades instalar paneles móviles, lográndose con ello un enfoque pictórico-exponencial que merced a la regulación de la iluminación permite una mejor visión de la gama policromática de las obras.
A continuación y hacia el fondo, encontramos la "Sala Casals" que consta de 62 m2 franqueada en su frontispicio y en forma lateral por sendas puertas corredizas. En la otra ala del Museo se encuentra la "Sala Aime" que consta de 31 m2 la cual complementa a las otras Salas, ya que permite otro tipo de exposición simultánea dando un toque dinámico al tener la posibilidad de cambiar al ambientación.
Este nuevo complejo edilicio data del año 1982, hallándose ubicado en la calle 9 de Julio 863, y posee una superficie cubierta de 1172 m2, la cual está compuesta de: Planta Baja, Entre Piso y Planta Alta. El Salón Mayor denominado "Sala J. Paladino" consta de 379,5 m2 y permite según lo requieran las distintas actividades instalar paneles móviles, lográndose con ello un enfoque pictórico-exponencial que merced a la regulación de la iluminación permite una mejor visión de la gama policromática de las obras.
A continuación y hacia el fondo, encontramos la "Sala Casals" que consta de 62 m2 franqueada en su frontispicio y en forma lateral por sendas puertas corredizas. En la otra ala del Museo se encuentra la "Sala Aime" que consta de 31 m2 la cual complementa a las otras Salas, ya que permite otro tipo de exposición simultánea dando un toque dinámico al tener la posibilidad de cambiar al ambientación.