Mariano Sapia está exponiendo en el Pabellón de Bellas Artes de la UCA, Edificio San José, Alicia Moreau de Justo 1600 PB.
La exposición, curada por Cecilia Cavanagh, nos pone en contacto con situaciones que nos son ampliamente conocidas, como la circunstancia cotidiana de transitar por las calles de la ciudad y enfrentarnos a la multitud y al movimiento de los vehículos que circulan por sus arterias; el clima, la sensación de apuro, de muchedumbre, y de variopinta mezcolanza de gente y de situaciones diversas que existe en las estaciones ferroviarias de nuestra ciudad; la yuxtaposición de esquinas de la Avenida Santa Fe; galpones de barrio; jóvenes que juegan al fútbol; un baile popular; cartoneros que recogen desechos; inundaciones; la parada de colectivo. Y a su vez, no podemos dejar de observar que su mirada se entrega también al filtro de lo mágico a través de pequeñísimos desvíos en la forma y el color "normales".
Sapia hace visible un mundo silente, con fidedignos testimonios que abarcan desde la tenebrosa soledad, hasta la arrogancia y el esplendor de un grupo de personas. Las diversas escenas conforman una amplia imagen de la caótica experiencia de la vida ciudadana, de la sofocante y empalagosa vida barrial, de la triste desolación y las muchas alegrÌas de nuestro entorno suburbano.
Parte de su propósito consiste en conseguir una mayor conexión entre el arte y la vida, el dibujo simple de su autenticidad y la expresividad en el contraste colorístico. Emplea la coloración y la línea de un modo simbólico y emotivo, que hace sus imágenes especialmente misteriosas al retratar a los seres anónimos de la calle. La individualidad se pierde en estas visiones donde la carga de la masa deshumaniza al individuo. Sus figuras aparecen anónimas porque éste es su propósito.
Parte de su propósito consiste en conseguir una mayor conexión entre el arte y la vida, el dibujo simple de su autenticidad y la expresividad en el contraste colorístico. Emplea la coloración y la línea de un modo simbólico y emotivo, que hace sus imágenes especialmente misteriosas al retratar a los seres anónimos de la calle. La individualidad se pierde en estas visiones donde la carga de la masa deshumaniza al individuo. Sus figuras aparecen anónimas porque éste es su propósito.