El Centro Cultural Recoleta y Gachi Prieto Gallery presentan "Fondo de ojo", una muestra de Andrés Waissman. La propuesta esta inserta dentro de un programa anual de exhibiciones de artistas consagrados, en este caso Andrés Waissman, una figura emblemática del universo simbólico del arte contemporáneo latinoamericano. Su obra constituye una búsqueda filosófica y política, además de plástica: un verdadero pensamiento en imágenes
Como dice Daniela Gutiérrez, "Andrés Waissman con sus virutas de acero y sus nuevas pinturas en blanco y negro presenta el estadío actual de un cuerpo de obra que ha madurado atento al mundo saturado, complejo, pero aún cartografiable. Ir más lejos, en el pulso de Waissman, es ir siempre más hondo, como el sabio Tiresias, es vidente y ciego. Estas virutas como nidos o matrices, envuelven los restos de la ilusión técnica, las multitudes de la historia, los migrantes sonámbulos, la chatarra oxidable, el denso desecho de la promesa industrial.
Cada tela, como contracción de una pupila dilatada, es potencia de un mundo. La pintura blurrificada, parece imantar al ojo con formas mitológicas y a la vez plenamente contemporáneas. El artista ha regresado al silencio anterior a toda palabra, une el grito primitivo a lo fundacional de un lazo social que todavía no cuaja. Lo innominable obrando contra la nada. Waissman conoce de geología, de la mutación de las capas sucesivas de memoria en arte ético. Sabe que sólo puede haber sociedad si las llagas de la historia esculpen la retina y se dejan pintar, así: simples, potentes y bellísimas, como pliegues de porvenir, explosiones iniciales, movimiento, oleaje, estremecimiento".
La muestra inaugura el 17 de junio en la sala C del Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, CABA, y cierra el 11 de julio.
Como dice Daniela Gutiérrez, "Andrés Waissman con sus virutas de acero y sus nuevas pinturas en blanco y negro presenta el estadío actual de un cuerpo de obra que ha madurado atento al mundo saturado, complejo, pero aún cartografiable. Ir más lejos, en el pulso de Waissman, es ir siempre más hondo, como el sabio Tiresias, es vidente y ciego. Estas virutas como nidos o matrices, envuelven los restos de la ilusión técnica, las multitudes de la historia, los migrantes sonámbulos, la chatarra oxidable, el denso desecho de la promesa industrial.
Cada tela, como contracción de una pupila dilatada, es potencia de un mundo. La pintura blurrificada, parece imantar al ojo con formas mitológicas y a la vez plenamente contemporáneas. El artista ha regresado al silencio anterior a toda palabra, une el grito primitivo a lo fundacional de un lazo social que todavía no cuaja. Lo innominable obrando contra la nada. Waissman conoce de geología, de la mutación de las capas sucesivas de memoria en arte ético. Sabe que sólo puede haber sociedad si las llagas de la historia esculpen la retina y se dejan pintar, así: simples, potentes y bellísimas, como pliegues de porvenir, explosiones iniciales, movimiento, oleaje, estremecimiento".
La muestra inaugura el 17 de junio en la sala C del Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, CABA, y cierra el 11 de julio.