El 23 de junio a las 18 hs. el Centro Cultural Recoleta inaugura las siguientes exposiciones:
“La Tierra tiembla” de Gabriela Golder en la sala J La propuesta de esta artista se construye entre el relato y la acción. Un circuito dialéctico por obras en video y videoinstalaciones que recorren imágenes dantescas y serenas, repletas e ilusoriamente vacías y calmas. Una disección de gestos y textos.
Entre las obras de Golder está la videoinstalación Ensayo para Ulrike, en la que dos niñas de once años leen una adaptación del texto “Yo, Ulrike, grito”, de Darío Fo y Franca Rame, que narra la situación que vivió Ulrike Meinhof, presa en una cárcel alemana entre 1972 y 1976.
“La vida en rojo” de Julia Mensch en la sala C
Se trata de un proyecto iniciado en 2008, que tiene como punto de partida la vida privada y política de la familia de la artista. Partiendo de la premisa de que lo biográfico es político, Mensch realizó una investigación artística sobre la historia del comunismo en el siglo XX, el uso de documentos personales para reflexionar sobre la historia y el presente, y el cambio de representación de las imágenes y las palabras en diferentes tiempos y contextos.
Cuenta la artista que hace unos años la televisión de sus abuelos empezó a funcionar mal. Los colores de la pantalla se habían transformado en una variación de rojos y magentas. No azul o verde, sino rojo. Y que al decirles que el aparato no funcionaba bien, Rafael e Isabel no estuvieron de acuerdo, para ellos funcionaba perfectamente. Esta anécdota dio el nombre a La vida en rojo.
Cuenta la artista que hace unos años la televisión de sus abuelos empezó a funcionar mal. Los colores de la pantalla se habían transformado en una variación de rojos y magentas. No azul o verde, sino rojo. Y que al decirles que el aparato no funcionaba bien, Rafael e Isabel no estuvieron de acuerdo, para ellos funcionaba perfectamente. Esta anécdota dio el nombre a La vida en rojo.
“Bonheur” de Carolina Magnin en la sala Prometeus
La instalación toma como base visual y conceptual el primer minuto de la película Sans Soleil (1983), del director Chris Marker. Es un trabajo in situ que consiste en una impresión fotográfica de 20 metros que ocupa el largo de la sala haciendo referencia al timeline original del film, a la disposición y características del espacio.
Esta primera parte de la película plantea la idea de una situación que para el narrador representa la felicidad y la sitúa al comienzo del film entre imágenes negras. Los momentos de extrañeza y oscuridad que se filtran en los momentos de felicidad y cotidianidad es la idea que se instala en Bonheur.
Para esta obra, la autora toma el concepto de unheimlich, del filósofo decimonónico Friedrich W. J. von Schelling que describió lo extraño-inquietante como aquello que debía haber quedado oculto, pero que no obstante se manifiesta.
Para llevar a cabo ésta mega exposición, la autora de “Bonheur” destaca el gran beneficio que brinda la tecnología “al poder ampliar las posibilidades en la materialización de una idea, ofreciendo más opciones a las ya existentes y así aumentando la diversidad en la producción”. Cabe destacar que la Fundación Epson acompaña a la artista en esta exposición, colaborando con la impresión de las imágenes que la componen.
La instalación toma como base visual y conceptual el primer minuto de la película Sans Soleil (1983), del director Chris Marker. Es un trabajo in situ que consiste en una impresión fotográfica de 20 metros que ocupa el largo de la sala haciendo referencia al timeline original del film, a la disposición y características del espacio.
Esta primera parte de la película plantea la idea de una situación que para el narrador representa la felicidad y la sitúa al comienzo del film entre imágenes negras. Los momentos de extrañeza y oscuridad que se filtran en los momentos de felicidad y cotidianidad es la idea que se instala en Bonheur.
Para esta obra, la autora toma el concepto de unheimlich, del filósofo decimonónico Friedrich W. J. von Schelling que describió lo extraño-inquietante como aquello que debía haber quedado oculto, pero que no obstante se manifiesta.
Para llevar a cabo ésta mega exposición, la autora de “Bonheur” destaca el gran beneficio que brinda la tecnología “al poder ampliar las posibilidades en la materialización de una idea, ofreciendo más opciones a las ya existentes y así aumentando la diversidad en la producción”. Cabe destacar que la Fundación Epson acompaña a la artista en esta exposición, colaborando con la impresión de las imágenes que la componen.
“Mitominas. 30 años después” en la sala 4, 13 y espacio escalera
Esta exposición propone revisitar las exposiciones de arte feminista Mitominas 1 (1986) y Mitominas 2 (1988) que se llevaron a cabo en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, actual Centro Cultural Recoleta, al cumplirse 30 años de haberse realizado la primera de ellas. Ambas “Mitominas” reunieron a artistas plásticas/os, performances, artistas de teatro, bailarinas/es, escritoras/es y numerosas/os intelectuales y personalidades de la cultura para pensar cómo las mujeres han sido reflejadas a través de mitos, que resultaron transmisores de estereotipos de género. Todas/os ellas/os fueron convocada/os por la artista Monique Altschul para transformar esos mitos.
Treinta años, después 19 artistas se unen para homenajear aquellas exposiciones y poner al día problemáticas vinculadas al arte y las cuestiones de género.
Esta muestra, con curaduría de María Laura Rosa, estará acompañada de actividades especiales de carácter gratuito: ciclo de cine de Narcisa Hirsch, en el que se proyectarán dos cortos de media hora cada uno, con curaduría de T. García Iglesias, los viernes 24 de junio, 1, 8, 15, 22 y 29 de julio de 18 a 20 horas en el Microcine. Además se realizarán mesas debate sobre temas de género, los jueves de julio de 18 a 20 horas en el CeDIP.
Esta exposición propone revisitar las exposiciones de arte feminista Mitominas 1 (1986) y Mitominas 2 (1988) que se llevaron a cabo en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, actual Centro Cultural Recoleta, al cumplirse 30 años de haberse realizado la primera de ellas. Ambas “Mitominas” reunieron a artistas plásticas/os, performances, artistas de teatro, bailarinas/es, escritoras/es y numerosas/os intelectuales y personalidades de la cultura para pensar cómo las mujeres han sido reflejadas a través de mitos, que resultaron transmisores de estereotipos de género. Todas/os ellas/os fueron convocada/os por la artista Monique Altschul para transformar esos mitos.
Treinta años, después 19 artistas se unen para homenajear aquellas exposiciones y poner al día problemáticas vinculadas al arte y las cuestiones de género.
Esta muestra, con curaduría de María Laura Rosa, estará acompañada de actividades especiales de carácter gratuito: ciclo de cine de Narcisa Hirsch, en el que se proyectarán dos cortos de media hora cada uno, con curaduría de T. García Iglesias, los viernes 24 de junio, 1, 8, 15, 22 y 29 de julio de 18 a 20 horas en el Microcine. Además se realizarán mesas debate sobre temas de género, los jueves de julio de 18 a 20 horas en el CeDIP.
"La casa de cañas" de Víctor Quiroga
“Tucumán en Bicentenario” de Leonel Marchesi y Víctor Quiroga en las salas 5 y 6
El bicentenario de la independencia de nuestro país es el pretexto desde el cual trabajan estos dos artistas. Con obras de diferentes formatos, esta muestra es una mirada de "la tucumanía" desde lo artístico.
Marchesi y Quiroga sugieren una interpretación plástica que supera el mero hecho histórico para proponer un viaje creativo hacia el territorio del norte argentino, lugar en el que se gestó la patria.
En la sala 5, Marchesi presenta “Festejo patrio”, donde incorpora con su obra tridimensional, insólitas y potentes instalaciones. Así, se hace presente La pollera amarilla, el Súper gaucho i´chala y un verdadero “altar rezador”, como su particular manera de interpretar la realidad.
Por su parte, Quiroga en la sala 6, propone Tucumán donde nació la patria, obras en óleo sobre tela y técnica mixta, con personajes, paisajes y folclore donde lo telúrico se mezcla con el esplendor de un extraordinario realismo mágico.
El bicentenario de la independencia de nuestro país es el pretexto desde el cual trabajan estos dos artistas. Con obras de diferentes formatos, esta muestra es una mirada de "la tucumanía" desde lo artístico.
Marchesi y Quiroga sugieren una interpretación plástica que supera el mero hecho histórico para proponer un viaje creativo hacia el territorio del norte argentino, lugar en el que se gestó la patria.
En la sala 5, Marchesi presenta “Festejo patrio”, donde incorpora con su obra tridimensional, insólitas y potentes instalaciones. Así, se hace presente La pollera amarilla, el Súper gaucho i´chala y un verdadero “altar rezador”, como su particular manera de interpretar la realidad.
Por su parte, Quiroga en la sala 6, propone Tucumán donde nació la patria, obras en óleo sobre tela y técnica mixta, con personajes, paisajes y folclore donde lo telúrico se mezcla con el esplendor de un extraordinario realismo mágico.
“Todo lo que se escribe puede ser una pintura (Pinturas Parlantes III)” de Gustavo Marrone en la sala 8.
En esta muestra el autor utiliza textos e imágenes que, a modo de reflexiones, invaden el trabajo pictórico en una combinación de recursos expresivos.
Esta presentación de Gustavo Marrone continúa dos proyectos anteriores de imbricación entre palabra e imagen sobre temas que ocupan el imaginario poético de artista. Se trata de una serie de pinturas en óleos y esmaltes sobre tela realizadas en España y Argentina entre los años 2006 y 2015 que dan cuenta de la fuerza de la imagen como disparador textual.
"La instalación propuesta para Todo lo que se escribe puede ser una pintura (Pinturas Parlantes III) es una catársis de mi trabajo pictórico con la ciudad que vuelvo a habitar, las relaciones atravesadas por la tecnología y la imposición de la agenda del poder sobre nuestra cotidianeidad y subjetividad."
En esta muestra el autor utiliza textos e imágenes que, a modo de reflexiones, invaden el trabajo pictórico en una combinación de recursos expresivos.
Esta presentación de Gustavo Marrone continúa dos proyectos anteriores de imbricación entre palabra e imagen sobre temas que ocupan el imaginario poético de artista. Se trata de una serie de pinturas en óleos y esmaltes sobre tela realizadas en España y Argentina entre los años 2006 y 2015 que dan cuenta de la fuerza de la imagen como disparador textual.
"La instalación propuesta para Todo lo que se escribe puede ser una pintura (Pinturas Parlantes III) es una catársis de mi trabajo pictórico con la ciudad que vuelvo a habitar, las relaciones atravesadas por la tecnología y la imposición de la agenda del poder sobre nuestra cotidianeidad y subjetividad."
“Te creo, te destruyo” de Matías Ercole en la sala 10
La muestra está conformada por una serie de dibujos que se rebelan contra su lugar tradicional para conquistar el espacio de la sala. El artista plantea un interés en pensar aquello que no es natural ver. Se detiene en ese momento en el que algo impensado se presenta como posible.
Las obras de Matías Ercole surgen de las tensiones entre "lo imposible-posible", y abordan esos límites donde la representación linda con la abstracción. Una imagen bloqueada, vacía, negra, que rompe el hechizo verosímil de la mimesis, buscando involucrar la experiencia del espectador.
La muestra está conformada por una serie de dibujos que se rebelan contra su lugar tradicional para conquistar el espacio de la sala. El artista plantea un interés en pensar aquello que no es natural ver. Se detiene en ese momento en el que algo impensado se presenta como posible.
Las obras de Matías Ercole surgen de las tensiones entre "lo imposible-posible", y abordan esos límites donde la representación linda con la abstracción. Una imagen bloqueada, vacía, negra, que rompe el hechizo verosímil de la mimesis, buscando involucrar la experiencia del espectador.
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| Obra de la joyera chilena Carol Neumann |
“Lo inesperado de lo cotidiano. Joyería Contemporánea” en la sala 11
La muestra presenta el trabajo de dieciocho joyeras contemporáneas de México y Argentina que exhiben más de cincuenta piezas como resultado del foco puesto en situaciones inesperadas, dentro de la cotidianeidad de sus rutinas urbanas.
A través de la combinación de técnicas y materiales no convencionales con otros de la joyería tradicional, cada artista utiliza el lenguaje que le es más funcional a la idea.
Cada mirada posibilita un nuevo enfoque y una constante resignificación de los objetos. Materias, formas, colores, encuentros y resoluciones que generan nuevas visiones y significados, arrojando luz donde algo pasaba desapercibido.
Todas las exposiciones se puede visitar hasta el 31 de julio en Junín 1930, Buenos Aires, Argentina.
La muestra presenta el trabajo de dieciocho joyeras contemporáneas de México y Argentina que exhiben más de cincuenta piezas como resultado del foco puesto en situaciones inesperadas, dentro de la cotidianeidad de sus rutinas urbanas.
A través de la combinación de técnicas y materiales no convencionales con otros de la joyería tradicional, cada artista utiliza el lenguaje que le es más funcional a la idea.
Cada mirada posibilita un nuevo enfoque y una constante resignificación de los objetos. Materias, formas, colores, encuentros y resoluciones que generan nuevas visiones y significados, arrojando luz donde algo pasaba desapercibido.
Todas las exposiciones se puede visitar hasta el 31 de julio en Junín 1930, Buenos Aires, Argentina.
Más información en: www.centroculturalrecoleta.org.
