16 de junio de 2016

Buenos Aires Fine Arts presenta Katábasis del artista colombiano Raúl Zuleta


La galería Buenos Aires Fine Arts presenta las pinturas del reconocido artista colombiano, caricaturista e historiador Raúl Zuleta. Como artista plástico, su búsqueda hacia nuevos soportes responde a su pregunta por una apertura de la pintura, expansión y nuevos límites. Su estilo remite al expresionismo abstracto, por el cuerpo y la estética que representan los colores que maneja en su obra.
 

Katábasis es una palabra de origen griego (κατὰ, "abajo" βαίνω "avance"). Evocado en los mitos de Orfeo y Eurídice, Ulises o Dante, supone un descendimiento del hombre a los infiernos, a la muerte propia. Más allá de su significación literal, se trata de un viaje a lo más profundo del hombre mismo, un acto de autorreflexión, aquel lugar donde confluyen nuestras incertidumbres, temores, miedos, pesadillas, dolores, traumas, locura. Es por tanto un descenso hacia las zonas más oscuras de la existencia humana.
Tal experiencia extrema llevada de la mano del arte puede ser convertida en genialidad, en un auténtico acto artístico.
 

Además, el concepto de Katábasis no se restringe solo al descendimiento, sino que el término se completa cuando hay un ascenso, es decir un Anábasis, una elevación gradual de nuevo a la vida, al mundo, a la luz, a la claridad. Para muchos no existe un verdadero Katábasis, si enseguida no hay un acto de resurrección, de resurgimiento; pues Katábasis implica al igual que el ave fénix experimentar la muerte para renacer. 
Tocar fondo y volver a resurgir. Por tanto es un acto de transformación. De este modo, las pinturas dejan de lado toda prefiguración y son resueltas desde la acción pictórica sin ninguna clase de inhibición, para que sea la intuición, lo inconsciente, -el pathos: esa fuerza interna- lo que genere impulsos corporales que se traducen en manchas, rayones y salpicaduras de pintura sobre el lienzo. Asimismo, cada una de las pinturas presenta una versión particular de aquella experiencia, es decir, que se trata de una visualización externa de lo que sucede en lo interno, por tanto, es un develarse a través de la pintura misma.
 

Por otra parte, se plantea una selección puntual de colores. El dorado actúa como el punto unificador de la serie y le da una connotación espiritual a estas pinturas, con lo cual este desfogue pictórico posee una trascendencia mayor muy cercana a una experiencia mística, de ahí que esta serie no puede concebirse como una simple abstracción que solo se queda en los efectos visuales logrados sino que prefigura un trasfondo espiritual. En retrospectiva, con esta nueva exhibición de estas piezas, comienza el Anábasis, para completar ese ciclo transformador.”
La muestra se puede visitar hasta el 8 de julio, de lunes a viernes de 14 a 20 hs. en Cuba 1930, Belgrano, Buenos Aires, Argentina.