La galería Hoy en el Arte está presentando la muestra “Neogeometría” de los artistas César lópez Osornio y Jorge Pereira, hasta el 22 de noviembre de 2014.
Además, el 20 de noviembre participa del último Gallery Night de la zona de Retiro y Recoleta, con la presencia de los artistas.
“Hijos de la esperanza
No soy un teórico del arte. Solo soy un cronista que ama al arte y que con humildad cada día trato de aprender a mirar, a escuchar, a sentir y ¿por qué no?, también a vibrar y conmoverme frente a una obra. Sentir ese goce particular que puede ocasionarme y también su provocación.
Esto lo aclaro antes de cumplir con el pedido de dos amigos que mucho admiro, que me solicitaron que presentara su muestra pero también debo presentarlos a ellos, a César López Osornio y a Jorge Pereira. Ambos son hijos de La Plata, ciudad diseñada prolijamente en una mesa de dibujo con regla y escuadra, pero sin compás.
Un cuadrado cruzado por diagonales, con mucho verde y con perfume a tilo, quizás el acento poético que rompe la frialdad del calvinismo geométrico para teñir la mirada de cierto lirismo.
Cesar López Osornio. Serie ida y vuelta Nº 2, 2013 |
César y Jorge recorrieron caminos diferentes y son pintores reconocidos internacionalmente que, en otro tiempo, se los podría calificar de maestros, denominación que petrifica al presuntamente elogiado. Y sucede que a ninguno de los dos les cabe ese presunto honor, porque viven en continuo movimiento y son cambiantes como lo es la vida misma. Dueños de un oficio envidiable, conocedores del color y sus vibraciones, si bien guardan fidelidad al origen platense y a su geometría fundacional, ambos son hijos también de los años ’60 y por lo tanto, son hijos de la esperanza. Por eso son geométricos. Porque la geometría en plástica mira siempre el horizonte y hacia lo alto mientras que las corrientes expresionistas, muy valiosas ellas, se incrustan en el dolor existencial de una coyuntura histórica.
Jorge Pereira. Multiespacial, 2013, acrílico sobre madera |
Por eso presento hoy a dos amigos que contagian la esperanza en cada tela, en cada mudanza expresiva que siempre mantiene fidelidad geométrica, en los juegos visuales que proponen al espectador como en esta oportunidad en la que ambos se trepan a las tres dimensiones, como si sus relieves de tonalidades leves como los platenses estamos acostumbrados a ver nuestro paisaje urbano, con su niebla que atenúa la rigidez de sus líneas rectas y que hasta hace olvidar los números de sus calles.
Jorge y César también nos hacen olvidar de la frialdad de los planos y de las líneas y nos permiten a nosotros, espectadores, vivir la experiencia sensible de recrear las formas, de participar en el juego, de ser libres. La magnífica Marguerite
Duras se autodefinía como una enferma de esperanza. Y sí, es así, todos los que crecimos y nos formamos en los años 60, estamos enfermos de esperanza. Por eso miramos siempre el horizonte, apostamos a los cambios y amamos la libertad, que no es otra cosa que el compromiso con este tiempo que compartimos.” Lalo Painceira.