Del 19 de setiembre a 14 de octubre de 2012 se está presentando en el Marq - Museo de Arquitectura y Diseño Julio Keselman, ubicado en Av. del Libertador 999 esquina Callao, la
muestra “Réquiem para una ciudad perdida”, del artista conceptual alemán
Wolfgang Luh, una instalación que trabaja con los restos
arqueológicos del bombardeo de la ciudad alemana de Kassel durante la
Segunda Guerra Mundial.
En la noche del 22 al 23 de octubre de 1943, en medio de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Kassel fue destruida casi por completo. El episodio se conoce como la noche del bombardeo de Kassel. Infinidad de personas perdieron su vida y muchas familias fueron violentamente separadas. La patria de tantas obras de arte, la belleza de esta ciudad medieval, el magnífico edificio prusiano del teatro estatal, el tranvía, el castillo de Wilhelmshöhe con su gran cúpula y el imponente Palacio de gobierno, esa noche fueron víctimas de la lluvia de bombas. Sin embargo, de esos escombros surgió algo nuevo: después de la Segunda Guerra comenzaron las grandes obras de reconstrucción; para eso, antes hubo que despejar la zona y limpiar unos seis millones de metros cúbicos de escombros que fueron transportados y vertidos en las colinas de Weinberg y Rosenhang. Unos años después, el mismo terreno al que habían ido a parar los restos de la ciudad fue convertido en un parque público.
Hoy, a 68 años de la destrucción total de Kassel, todavía es posible encontrar en los senderos del parque innumerables pedazos de vajilla, fragmentos de azulejos y muchos otros elementos, todos ellos testigos del pasado de la ciudad.
Dice Wolfgang Luh acerca del parque situado en las colinas de Weinberg y Rosenhang: “Para mí estos dos lugares son un gran cementerio de sentimientos y dolor humanos. Como una gran fosa común, repleta de infinitos testigos mudos de miles de destinos y muestras de existencia humana. Cuando tomo uno de estos fragmentos en la mano para observarlo y contemplarlo de cerca, olvido todas las preguntas sobre culpa y penitencias. Entonces exploro a solas la historia de aquel añico encontrado y ensayo imaginarme que función y qué significado tenía”.
Hoy, a 68 años de la destrucción total de Kassel, todavía es posible encontrar en los senderos del parque innumerables pedazos de vajilla, fragmentos de azulejos y muchos otros elementos, todos ellos testigos del pasado de la ciudad.
Dice Wolfgang Luh acerca del parque situado en las colinas de Weinberg y Rosenhang: “Para mí estos dos lugares son un gran cementerio de sentimientos y dolor humanos. Como una gran fosa común, repleta de infinitos testigos mudos de miles de destinos y muestras de existencia humana. Cuando tomo uno de estos fragmentos en la mano para observarlo y contemplarlo de cerca, olvido todas las preguntas sobre culpa y penitencias. Entonces exploro a solas la historia de aquel añico encontrado y ensayo imaginarme que función y qué significado tenía”.
La obra de Wolfgang Luh se conoce en la Argentina. Luh ha participado en numerosas exposiciones y ferias de arte en nuestro país. En julio del 2000 fue invitado por el gobierno alemán para participar en la ceremonia oficial por el Día de la Independencia Argentina en la "Expo 2000", en Hannover, junto a la delegación oficial argentina. En mayo de 2002 recibió el reconocimiento y distinción del Primer Ministro del Estado Federado de Hesse, quien lo nombró embajador cultural de Hesse en Alemania y, especialmente, en el extranjero. Sus obras han sido expuestas en Centre G. Pompidou -París-, en la Fundación Andreani -Buenos Aires-, Archive of Visual Poetry -Miami Beach-, Galería Der Brücke -Buenos Aires-, en el Museo de Arte Moderno -Buenos Aires- y en el MoMa -Nueva York-, entre otros.
Se puede visitar de martes a domingos de 14 a 20 hs. con entrada libre y gratuita.