Artemercadoarte presenta la muestra "El espíritu de la materia" de Jardiel Valente, que inaugura el viernes 7 de setiembre a las 19 hs. en Velezuela 458, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
"Es vastamente conocida la frase de Miguel Ángel haciendo referencia a su particular visión sobre la forma en la que encaraba su labor: La estatua está dentro, sólo hay que quitar al mármol lo que le sobra. Lo cierto es que desde antes que Miguel Ángel develara su ocurrencia y por supuesto que también después muchos son los que han intentado ponerla en práctica con suerte diversa. Es indudable que se requiere una virtud para ver la escultura que esconde el material y más que indudable es envidiable la capacidad requerida para hacerla realidad. Claro que no sólo hace falta una adecuada capacidad técnica para conseguirlo, a ella hay que sumarle el ojo del artista y su búsqueda estética y/o conceptual. La valoración de cada una de estas habilidades ha ido fluctuando a través del tiempo según el paradigma apreciado en cada momento. De la interacción de estas virtudes es hija la obra, y sus méritos y beldades dependerán del talento que el artista posea para ejercerlas. Hasta aquí una síntesis (incompleta y parcial) acerca de los procesos que intervienen en la creación artística. Seguramente es en este momento donde nombrar la heterogénea formación de Jardiel forma parte de un activo de peso. A su educación clásica en carpintería se suman el aprendizaje con el escandinavo James Krenov que lo instruyó en los aspectos característicos de la carpintería nórdica o con Akito Mizota maestro japonés que lo introdujo en los secretos de la metódica y paciente labor oriental. Es reconocida sin peros la habilidad alcanzada por los artesanos japoneses en el manejo de la madera, sobre todo en lo concerniente a los ensambles, célebres por su originalidad y virtuosismo. Todo este bagaje, sumado a sus estudios de forja y herrería, ebanistería y tornería con maestros de igual prestigio le dan la capacidad técnica necesaria para convertirlo en un destacado escultor. Por otro lado y no menos importante que su formación técnica son sus estudios en filosofía y metafísica, religiones comparadas y simbología, de indudable presencia en sus obras. El hombre, como ser único y completo se deja intuir en el escultor.
Pero hay más, la obra de Jardiel no sólo es la labor destacada de un escultor técnicamente impecable o el resultado de las reflexiones de un trotamundos inquieto, culto y de fino gusto estético. No. Hay algo más, basta con ver en su profusa producción como responden los materiales, las maderas en torsión extrema, admitiendo calados imposibles; los metales cediendo su robustez; la luz despojada de sus caprichos; la resina perdiendo su casi inocultable condición artificial, hacen pensar en un pacto o más bien en un permiso o un reconocimiento de la materia hacia el escultor, un baile que fluye con naturalidad y armonía. O quizás como a un chaman en trance el espíritu de la materia se le revele, tome su cuerpo y guíe sus manos. Algo de esto hay, algo extraño e inexplicable. Juro que es verdad.
Su obra no me deja mentir". Hernán Raggi, Director ejecutivo de AMA