El jueves 30 de agosto a las 19 hs. se inaugura en el Centro Cultural
Borges la muestra “Un placer secreto”, colección de platos intervenidos
por Pacho O’Donnell, con la curaduría de Rodrigo Alonso.
Se trata de una verdadera primicia ya que es la primera vez que esta destacada personalidad de la cultura argentina muestra al público el resultado de sus recientes incursiones en el mundo de las artes plásticas.
Se trata de una verdadera primicia ya que es la primera vez que esta destacada personalidad de la cultura argentina muestra al público el resultado de sus recientes incursiones en el mundo de las artes plásticas.
El punto de partida de estos trabajos son platos de barro comunes
que, según O’Donnell, aparecen como consecuencia de su amistad y
admiración por el artista uruguayo Carlos Páez Vilaró. Sobre esos
soportes, el artista ha aplicado pintura, escrito palabras o frases y
adherido tornillos, bulones, tuercas, arandelas, eslabones de cadenas,
relojes y llaves, entre otros objetos.
En palabras de Alonso: “este material engarza múltiples connotaciones,
tanto plásticas como emotivas. Por una parte, es una superficie
utilizada por numerosos artistas modernos y contemporáneos, desde Pablo
Picasso a Marta Minujin. Por otra, remite a la práctica de la pintura de
souvenirs, a esas reliquias exhibidas en las paredes de los hogares de
antaño como ventanas abiertas a geografías lejanas, que muchas veces
representaban lazos emocionales con antepasados y tradiciones.”
Y continúa el curador: “Hay otros dos objetos que suelen repetirse y que aportan unas remisiones específicas: los anteojos, por su relación con la mirada, y los relojes, en tanto representantes de la inexorabilidad del tiempo. A partir de estos elementos se despliegan campos de relaciones que se plantean como una interpelación hacia el espectador. No hay en estas obras una mera investigación plástica, sino, por el contrario, un acontecimiento expresivo, comunicativo, a través del cual Pacho O’Donnell encuentra una nueva vía para ejercer la tarea constante de la interrogación.”
Y continúa el curador: “Hay otros dos objetos que suelen repetirse y que aportan unas remisiones específicas: los anteojos, por su relación con la mirada, y los relojes, en tanto representantes de la inexorabilidad del tiempo. A partir de estos elementos se despliegan campos de relaciones que se plantean como una interpelación hacia el espectador. No hay en estas obras una mera investigación plástica, sino, por el contrario, un acontecimiento expresivo, comunicativo, a través del cual Pacho O’Donnell encuentra una nueva vía para ejercer la tarea constante de la interrogación.”
O´Donnell, por su parte, cuenta que “… ya adolescente, en mi tiempo de
hippie en Europa, compré un plato turístico que reproducía el don
Quijote de Picasso. Mi primera compra de arte que cuidé obsesivamente a
lo largo de mi viaje para que, inevitable, se rompiera al volver a
Buenos Aires”.
Y continúa “El trabajo con platos fue ocupando, a medida que los años pasaban, un espacio cada vez mayor en mi necesidad de expresarme. Es decir de buscarme y a veces encontrarme. Hoy mi placer secreto deja de ser secreto, empujado por amistades que me estimulan a superar prevenciones y mostrar el resultado de lidiar horas y horas con acrílicos, tornillos, poscas, pasadores, pinceles, cadenas, poxipol.”
Y continúa “El trabajo con platos fue ocupando, a medida que los años pasaban, un espacio cada vez mayor en mi necesidad de expresarme. Es decir de buscarme y a veces encontrarme. Hoy mi placer secreto deja de ser secreto, empujado por amistades que me estimulan a superar prevenciones y mostrar el resultado de lidiar horas y horas con acrílicos, tornillos, poscas, pasadores, pinceles, cadenas, poxipol.”
La muestra permanederá hasta el 23 de septiembre y se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 21 hs. y domingos y feriados de 12 a 21 hs. en Viamonte 525, Buenos Aires, Argentina.