22 de agosto de 2018

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat presenta la segunda entrega del proyecto "Explorando la Colección"


En el año del décimo aniversario de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, el proyecto Explorando la Colección surge con el objetivo de difundir y profundizar el conocimiento sobre las obras de su acervo.
El ciclo comprende tres instancias en el año en las cuales se investiga y exhibe una obra de la colección en diálogo con una producción de un artista contemporáneo. Forman parte del proyecto, conciertos musicales y actividades para niños.
En esta edición se seleccionó dos obras de Gyula Kosice y con la curaduría de Marina Oybin, la artista Marcela Cabutti realizó un site-specific para la exhibición.
La muestra podrá visitarse desde el 24 de agosto al 7 de octubre de 2018 de martes a domingos de 12 a 20 hs. en Olga Cossettini 141, Buenos Aires, Argentina.

"Relieve suspendido" de Gyula Kosice
 Kosice en la Colección Fortabat porLaura Lina 
 
"Relieve suspendido (1998) es una talla directa sobre plexiglás, material con el que el artista experimenta ya en sus obras de finales de la década de 19401. Si bien es una pieza tardía, continúa con los lineamientos que atraviesan toda su producción: estructuralmente se alinea al planteo del marco recortado desde su formato irregular y la incisión de la luz a través de la cualidad translúcida del material, la cual crea además diferentes juegos de reflexión entre el entorno, el espacio y las distintas texturas que componen la pieza. Por otro lado, y como consecuencia de ese mismo efecto textural y lumínico, se produce una suerte de superposición de planos que parecen contener cierta ilusión de movimiento.
Continúa con la ruptura de las formas tradicionales de producir, independizando la idea de relieve con su soporte tradicional parietal y trasladándolo al espacio, expandiendo de esta manera la propia visualidad de la obra. Si bien Kosice utiliza la noción de suspensión en sus investigaciones en torno a la Ciudad Hidroespacial (que se constituye de por sí como un ambiente suspendido), la idea de un relieve suspendido produce, cuanto menos, una tensión semántica entre ambos conceptos.
Kosice no es ajeno a la dimensión poético-conceptual que imprime a través de varios de los títulos (que muchas veces modifica) con los que denomina a sus obras, donde el juego de palabras agrega además otra capa de sentidos posibles.
 
"Simbiosis" de Gyula Kosice
En 1988, el Comité Organizador de los XXIV Juegos Olímpicos de Seúl le encarga al artista un monumento que bautiza como Victoria, y que da inicio a una serie de obras en las cuales indaga en torno a las superficies torsionadas: 'Comenzaba mi investigación a través de una superficie laminar recortada según determinadas formas, en general dinámicas. Luego iba doblando dicha silueta plana hasta transformarla en una entidad articulada que albergaba en sí un espacio'
Dentro de esta génesis formal (que partirá de obras monumentales pero que incluye diferentesformatos) puede inscribirse Simbiosis (1997): tres planchas ovaladas dispuestas de manera sucesiva se torsionan e insertan (las primeras dos, de forma paralela, y la tercera, de manera oblicua) unas en otras hasta constituir un todo orgánico, y que presentan, a su vez, distintas oquedades en cada una de las planchas: la primera posee una cavidad ovalada que abarca gran parte de la superficie de la plancha, en la segunda esta apertura se va afinando hasta casi convertirse en una hendidura, y en la última solo pervive esta hendidura estrecha, dando cuenta de este proceso simbiótico y asociativo entre las partes que la componen. Kosice realiza varias versiones de esta misma pieza (algunas en otras medidas y en otros materiales, como el bronce). Desde el punto de vista biológico, los organismos simbiontes que participan de ese vínculo asociativo obtienen un beneficio mutuo. En algunas de sus versiones Kosice llamó a esta obra Simbiosis-encuentro. Quizás ese concepto encierre una de las claves que lo obsesionaron desde los tempranos años 40: cuáles son nuestras posibilidades de vincularnos, de beneficiarnos mutuamente, de construir y habitar un (nuevo) mundo más justo, y por ende, más feliz".

Escultura de cristal de Marcela Cabutti
 Universos potenciados por Marina Oybin
 
"Exuberantes flores fuera de escala y una exótica fauna de seres antropomorfos, insectos y colibríes gigantes habitan el deslumbrante cosmos de Marcela Cabutti. La artista dio vida a una nueva especie de luciérnagas y libélulas hechas con cristal de Murano, metales y sistemas eléctricos. Investigó y creó con aire y luz: primero, objetos de plástico inflable; luego, de cristal traslúcido. Con cristal soplado, hizo fascinantes gotas gruesas que dan la impresión de flotar, paisajes infinitos, besos, lluvias negras, geometrías del cielo y arqueologías del amor.
Artífice de obras con agua y luz, Gyula Kosice comenzó a gestar su sueño espacial ya en 1944, cuando aseguró: “El hombre no ha de terminar en la Tierra”. Fundador de la revista Arturo, el autor del Manifiesto Madí y maestro del arte cinético y lumínico creó una ciudad hidroespacial con sello inconfundible. No sólo imaginó lugares para habitar en las alturas, sino que además mostró y explicó su proyecto con envidiable pasión. Poco importa que resulte inviable poner en órbita una ciudad a mil quinientos metros de altura: pionero, Kosice imaginó desde el arte nuevos vínculos sociales y personales. En las células hidroespaciales, los hidrociudadanos podrán unir sus hábitats (viviendas espaciales móviles y acoplables) con las de otros y, cuando lo deseen, regresar a la Tierra en viaje fugaz: Simbiosis condensa ese sueño que desveló a Kosice."