9 de octubre de 2019

El Museo Nacional de Bellas Artes presenta las exposiciones “César Paternosto: la mirada excéntrica” y "Poesía Brossa”


El Museo Nacional de Bellas Artes inauguró el 8 de octubre “César Paternosto: la mirada excéntrica”, una exposición curada por el director del Museo, Andrés Duprat, que reúne 38 obras del pintor, escultor e investigador César Paternosto (La Plata, Argentina, 1931), creadas en los años 60, 70 y 2000, varias de ellas, exhibidas al público por primera vez.

“En la producción de Paternosto -explica el curador-, la abstracción significa; abunda en connotaciones físicas e ideales que solo una visión lateral permite descifrar. Se trata de una geometría que reclama un pasaje al orden oculto de las cosas”.
La experiencia visual que plantea la producción de Paternosto -agrega Duprat- interroga sobre la presencia de las formas en el mundo. Pero, además, “lleva a los límites la bidimensionalidad de la pintura, apostando a la deconstrucción de las convenciones pictóricas con una propuesta singular: trabajar sobre los bordes del cuadro”.

César Paternosto, “Climax III”, 1965. Óleo sobre tela, 180 x 180 cm. Colección Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, La Plata
Uno de los núcleos de la muestra reúne obras de los años 60, que se destacan por el uso del color y las formas ondulantes, ritmos curvos de bandas coloridas que se recortan contra el marco y parecen exceder los límites de la tela. Se exhibirán “shaped canvases” y telas estructuradas que, si bien son autónomas, coparticipan de una imagen solidaria, en colores planos y homogéneos.

En 1969, Paternosto propuso el concepto de la “visión oblicua”: revirtiendo las jerarquías de los elementos del cuadro, el borde del bastidor concentra el interés. “A fines de los 60, comencé una serie de pinturas que se convirtieron en una dirección frecuente en mi trabajo -explica el artista-. En ese momento, se evidenció claramente para mí que, poniendo el énfasis en ubicar lo pintado sobre los extremos exteriores del bastidor de la pintura, y dejando la superficie frontal en blanco, vacía de toda imagen, cuestionaba el hábito ancestral de solamente experimentar las pinturas desde sus frentes. Esta situación me develó la posibilidad de ʻlo lateral y ʻoblicuoʼ como modo de ver”. Esta estrategia de pintar los cantos -plasmada en algunas de las piezas que se exhibirán en la muestra- obliga al observador a desplazarse para lograr la imagen total.

César Paternosto, “Work sheet”, 1972. Emulsión acrílica sobre papel. 
Colección del artista
“En estas obras, la idea misma de cuadro como soporte es discutida -afirma Duprat-, telas en blanco, con sus laterales pintados, proponen desplazar la mirada. Lo que el artista denomina ʻvisión oblicuaʼ es una mirada excéntrica que refiere también a su voluntad de ampliar el repertorio del arte por fuera del canon occidental”.

Además, la exposición incluirá piezas creadas en los años 70, que se caracterizan por su impronta geométrica y minimalista.
Muchas de las obras de la muestra -provenientes de la colección del artista, y de colecciones públicas y privadas, como el Bellas Artes, el Museo Emilio Pettoruti, el Museo de Arte Moderno y la colección Eduardo Costantini- se exhibirán al público por primera vez.

César Paternosto, “Continuidad tectónica”, 2019. Pintura acrílica sobre madera. Colección Museo Nacional de Bellas Artes
Novedad de la exposición, en la sala 40 del Museo se presentará una instalación de sitio específico inédita, titulada “Deconstrucción pictórica”, que es la consumación de la pintura-objeto del artista. Extremando sus postulados, permitirá a los visitantes sumergirse en una de las creaciones de Paternosto a escala monumental: cada vista de la instalación propone tantos subcuadros como personas la recorran, revirtiendo las jerarquías para que sea el espectador quien complete el sentido de la obra. Acompañará la pieza una serie de trabajos en papel realizados por el autor en las últimas décadas.
También se exhibirá en la sala 38 una pieza de pintura acrílica sobre madera concebida específicamente para esta exposición, “Continuidad tectónica”, que pasará a integrar la colección del Bellas Artes.

César Paternosto, “Sin título”, 1966. Óleo sobre aglomerado. Colección privada
En ocasión de esta muestra, el Bellas Artes editará un catálogo bilingüe español-inglés que incluye el cuerpo de obra, y textos de Duprat, del director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, y de la historiadora del arte María José Herrera, además de una cronología de Paternosto escrita por el artista, con un recorrido detallado de su trayectoria.

La exposición “César Paternosto: la mirada excéntrica” podrá visitarse de martes a viernes, de 11 a 20 hs. y los sábados y domingos de 10 a 20 hs. (lunes: cerrado) hasta el 2 de febrero de 2020 en las salas 37 a 40 del primer piso del MNBA, Av. del Libertador 1473, Buenos Aires, Argentina.
El público argentino o residente en el país podrá recorrer las muestras “César Paternosto: la mirada excéntrica” y “Poesía Brossa” con entrada gratuita todos los días. Para el público extranjero, la entrada general al Museo, que incluye el ingreso a estas exposiciones, tiene un valor de $200 (martes de 11 a 20 hs. y de miércoles a domingo de 18.45 a 20 hs. gratis).

César Paternosto nació en La Plata, Argentina, en 1931. Pintor, escultor y teórico, vivió en Nueva York desde 1967 hasta 2004. Actualmente reside en Segovia, España.

En 1981, se realizó una retrospectiva parcial (1969-1980) de su trabajo en la Americas Society de Nueva York. En 2004, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia, en España, presentó una muestra antológica de su obra. En 2010, expuso “Pintura: La visión integral” en la galería Guillermo de Osma de Madrid y, convocado por el arquitecto Rafael Moneo, realizó la intervención pictórica “La llegada en el Vestíbulo de Llegadas del AVE”, Estación Atocha, Madrid. En 2017, organizó su exposición “Hacia una pintura objetual” en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza y expuso obra reciente en la Galería Guillermo de Osma.

César Paternosto
 
Su obra fue incluida en las exposiciones “El taller Torres García y su legado”, inaugurada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (1991, itinerante); “América, Novia del Sol”, Museo Real de Amberes, Bélgica (1992); “Artistas latinoamericanos del siglo XX”, Expo Sevilla 1992 y que viajó al Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1993; “Extreme Abstraction”, en la Albright-Knox  Art Gallery, Buffalo, Nueva York, 2005; “High Times, Hard Times: New York Painting 1967-1975”, National Academy Museum, Nueva York, 2007 (itinerante); “Identidad del Sur: arte argentino contemporáneo”, The Smithsonian International Gallery, Washington DC; “América fría. La abstracción geométrica en Latinoamérica”, 1934-1973, Fundación Juan March, Madrid (2011). En 2018, participó de la exposición “Géométries Sud”, en Fondation Cartier, París.

Sus trabajos pertenecen a colecciones públicas y privadas como el Museo de Arte Moderno y Museo Guggenheim de Nueva York; Museum of Fine Arts, Boston; Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, Nueva York; Los Angeles County Museum, LACMA; Jack S. Blanton Museum, University of Texas; y Joseph H. Hirshhorn Museum, Washington D.C. En la Argentina, sus obras están en las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, MALBA, Museo de Arte Moderno y MACBA, en Buenos Aires; y en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, San Juan; y Museo Superior de Bellas Artes Evita, Palacio Ferreyra, Córdoba. En Europa, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, Segovia; Colección Baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza (Madrid); Colección Norman Foster; Kunstmuseum de Berna, Suiza; Städtisches Museum Abteiberg Mönchengladbach, Alemania. Y en Sudamérica, en el Museo de Arte Contemporáneo y Museo de Bellas Artes, Caracas,y Colección Patricia Phelps de Cisneros, Caracas, Venezuela.

En 1972, obtuvo el premio Guggenheim Fellowship; y también ha recibido becas de la Pollock-Krasner Foundation (1990) y la Gottlieb Foundation (1991). En 2007, se le otorgó el Premio de Pintura “Francisco de Goya” de la Villa de Madrid.

Ha documentado fotográficamente y estudiado los sitios arqueológicos de Perú, Bolivia y México. Su libro “Piedra abstracta-La escultura inca: una visión contemporánea” (Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1989) fue traducido al inglés como “The Stone and the Thread: Andean Roots of Abstract Art” (University of Texas Press, 1996).

Fue curador de “North and South Connected: An Abstraction of the Americas”, Cecilia de Torres Ltd. (Nueva York, 1998), que luego se realizó ampliada como “Abstracción: El paradigma amerindio”, en el Palais des Beaux-Arts de Bruselas (2001), y viajó luego al Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).
Joan Brossa, "Kembo", 1986. Plástico y metal sobre madera.
Colección MACBA. Consorcio MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundació Joan Brossa. © Fundació Joan Brossa, Vegap, 2015. Foto: Martí Gasull 
El 8 de octubre, también abrió al público la muestra “Poesía Brossa”, con obras del poeta y artista visual catalán Joan Brossa, en el centenario de su nacimiento, que podrá recorrerse en las salas 32 y 33.
Se presentan más de 50 piezas de su autoría, provenientes del MACBA Museu d'Art Contemporani de Barcelona, en colaboración con el Museo Nacional de Bellas Artes y el CCK, sedes de exhibición simultánea de las obras de Brossa en la Ciudad de Buenos Aires.
La selección de obras, a cargo de los curadores Teresa Grandas y Pedro G. Romero, revisa la producción de Brossa a partir de tres cualidades principales: la oralidad, lo performativo y la antipoesía, y abarca desde sus primeros libros hasta sus últimas indagaciones plásticas, atravesando el teatro, el cine, la música, las artes de acción y los gestos en los que fue pionero.
Exponente máximo de las vanguardias catalanas junto a Joan Miró y Antoni Tàpies, Brossa inició su práctica artística en la década de 1940, en un contexto sociopolítico marcado por la dictadura franquista y en una situación cultural caracterizada por la ausencia de propuestas innovadoras. Desde entonces, llevó a cabo un trabajo de renovación estética fundamentado en la investigación literaria y artística, utilizando la lengua catalana como medio de expresión, aun estando prohibida.  
Joan Brossa, "L'ou del caos", 1988. Cerámica y metal sobre madera.
Colección MACBA. Consorcio MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundació Joan Brossa. © Fundació Joan Brossa, Vegap, 2015. Foto: Martí Gasull
“La poesía visual de Brossa -afirma Andrés Duprat, director del Bellas Artes- procede de sus experiencias con la escritura ensoñada al estilo surrealista. En ese estado de latencia entre la conciencia difusa y las pulsiones más primarias, se cuece otra cosmovisión en la que tienen cabida paradojas, contradicciones, incoherencias y desmesuras, capaces de modificar nuestra percepción ordinaria del mundo. Con esa perspectiva, Brossa produce objetos enigmáticos en los que el cruce entre poesía, arte, humor y drama barren los límites genéricos”. A lo largo del recorrido, la muestra recoge aspectos destacables del universo del artista, como la crítica a la mercancía, el concepto poético del lenguaje y la lectura de Brossa como antipoesía. 
Además, también se proyectará en sala el filme “No compteu amb els dits” (1967), con guión de Brossa y Pere Portabella, la primera y una de las más fructíferas colaboraciones del artista con el cineasta. La cinta permite revisar la imbricación de lenguajes en la práctica de Brossa y, en ella, “cada uno de los fotogramas es un ir y venir por su trabajo, sus textos, sus imágenes, subilingüismo constante, que cruza intemporalmente su obra”, explican los curadores. 
"Poesía Brossa” podrá visitarse hasta el 8 de diciembre de 2019.