El Museo
Nacional de Bellas Artes inauguró el 8 de octubre “César
Paternosto: la mirada excéntrica”, una exposición curada por el director
del Museo, Andrés Duprat, que reúne 38 obras del pintor, escultor e
investigador César Paternosto (La Plata, Argentina, 1931), creadas en
los años 60, 70 y 2000, varias de ellas, exhibidas al público por
primera vez.
“En la producción de
Paternosto -explica el curador-, la abstracción significa; abunda en
connotaciones físicas e ideales que solo una visión lateral permite
descifrar. Se trata de una geometría que reclama un pasaje al orden
oculto de las cosas”.
La experiencia visual que
plantea la producción de Paternosto -agrega Duprat- interroga sobre la
presencia de las formas en el mundo. Pero, además, “lleva a los límites
la bidimensionalidad de la pintura, apostando a la deconstrucción de las
convenciones pictóricas con una propuesta singular: trabajar sobre los
bordes del cuadro”.
César Paternosto, “Climax III”, 1965. Óleo sobre tela, 180 x 180 cm. Colección Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, La Plata
Uno de los núcleos de la muestra
reúne obras de los años 60, que se destacan por el uso del color y las
formas ondulantes, ritmos curvos de bandas coloridas que se recortan
contra el marco y parecen exceder los límites de la tela. Se exhibirán
“shaped canvases” y telas estructuradas que, si bien son autónomas,
coparticipan de una imagen solidaria, en colores planos y homogéneos.
En
1969, Paternosto propuso el concepto de la “visión oblicua”:
revirtiendo las jerarquías de los elementos del cuadro, el borde del
bastidor concentra el interés. “A fines de los 60, comencé una serie de
pinturas que se convirtieron en una dirección frecuente en mi trabajo -explica el artista-. En ese momento, se evidenció claramente para mí
que, poniendo el énfasis en ubicar lo pintado sobre los extremos
exteriores del bastidor de la pintura, y dejando la superficie frontal
en blanco, vacía de toda imagen, cuestionaba el hábito ancestral de
solamente experimentar las pinturas desde sus frentes. Esta situación me
develó la posibilidad de ʻlo lateral y ʻoblicuoʼ como modo de ver”.
Esta estrategia de pintar los cantos -plasmada en algunas de las piezas
que se exhibirán en la muestra- obliga al observador a desplazarse para
lograr la imagen total.
Colección del artista
“En estas obras, la idea
misma de cuadro como soporte es discutida -afirma Duprat-, telas en
blanco, con sus laterales pintados, proponen desplazar la mirada. Lo que
el artista denomina ʻvisión oblicuaʼ es una mirada excéntrica que
refiere también a su voluntad de ampliar el repertorio del arte por
fuera del canon occidental”.
Además, la exposición incluirá piezas creadas en los años 70, que se caracterizan por su impronta geométrica y minimalista.
Muchas
de las obras de la muestra -provenientes de la colección del artista, y
de colecciones públicas y privadas, como el Bellas Artes, el Museo
Emilio Pettoruti, el Museo de Arte Moderno y la colección Eduardo
Costantini- se exhibirán al público por primera vez.
César Paternosto, “Continuidad tectónica”, 2019. Pintura acrílica sobre madera. Colección Museo Nacional de Bellas Artes
Novedad
de la exposición, en la sala 40 del Museo se presentará una instalación
de sitio específico inédita, titulada “Deconstrucción pictórica”, que
es la consumación de la pintura-objeto del artista. Extremando sus
postulados, permitirá a los visitantes sumergirse en una de las
creaciones de Paternosto a escala monumental: cada vista de la
instalación propone tantos subcuadros como personas la recorran,
revirtiendo las jerarquías para que sea el espectador quien complete el
sentido de la obra. Acompañará la pieza una serie de trabajos en papel
realizados por el autor en las últimas décadas.
También
se exhibirá en la sala 38 una pieza de pintura acrílica sobre madera
concebida específicamente para esta exposición, “Continuidad tectónica”,
que pasará a integrar la colección del Bellas Artes.
En
ocasión de esta muestra, el Bellas Artes editará un catálogo bilingüe
español-inglés que incluye el cuerpo de obra, y textos de Duprat, del
director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo
Solana, y de la historiadora del arte María José Herrera, además de una
cronología de Paternosto escrita por el artista, con un recorrido
detallado de su trayectoria.
La exposición “César Paternosto: la mirada
excéntrica” podrá visitarse de martes a
viernes, de 11 a 20 hs. y los sábados y domingos de 10 a 20 hs. (lunes:
cerrado) hasta el 2 de febrero de 2020 en las salas
37 a 40 del primer piso del MNBA, Av. del Libertador 1473, Buenos Aires, Argentina.
El público
argentino o residente en el país podrá recorrer las muestras “César
Paternosto: la mirada excéntrica” y “Poesía Brossa” con entrada gratuita
todos los días. Para el público extranjero, la entrada general al
Museo, que incluye el ingreso a estas exposiciones, tiene un valor de
$200 (martes de 11 a 20 hs. y de miércoles a domingo de 18.45 a 20 hs.
gratis).
César Paternosto nació en La
Plata, Argentina, en 1931. Pintor, escultor y teórico, vivió en Nueva York
desde 1967 hasta 2004. Actualmente reside en Segovia, España.
En 1981, se realizó una retrospectiva parcial (1969-1980) de su trabajo en la Americas Society de Nueva York. En 2004, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia, en España, presentó una muestra antológica de su obra. En 2010, expuso “Pintura: La visión integral” en la galería Guillermo de Osma de Madrid y, convocado por el arquitecto Rafael Moneo, realizó la intervención pictórica “La llegada en el Vestíbulo de Llegadas del AVE”, Estación Atocha, Madrid. En 2017, organizó su exposición “Hacia una pintura objetual” en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza y expuso obra reciente en la Galería Guillermo de Osma.
En 1981, se realizó una retrospectiva parcial (1969-1980) de su trabajo en la Americas Society de Nueva York. En 2004, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia, en España, presentó una muestra antológica de su obra. En 2010, expuso “Pintura: La visión integral” en la galería Guillermo de Osma de Madrid y, convocado por el arquitecto Rafael Moneo, realizó la intervención pictórica “La llegada en el Vestíbulo de Llegadas del AVE”, Estación Atocha, Madrid. En 2017, organizó su exposición “Hacia una pintura objetual” en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza y expuso obra reciente en la Galería Guillermo de Osma.
Su obra fue incluida en las exposiciones “El
taller Torres García y su legado”, inaugurada en el Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (1991, itinerante); “América, Novia
del Sol”, Museo Real de Amberes, Bélgica (1992); “Artistas
latinoamericanos del siglo XX”, Expo Sevilla 1992 y que viajó al Museo
de Arte Moderno de Nueva York en 1993; “Extreme Abstraction”, en la
Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, Nueva York, 2005; “High Times, Hard
Times: New York Painting 1967-1975”, National Academy Museum, Nueva
York, 2007 (itinerante); “Identidad del Sur: arte argentino
contemporáneo”, The Smithsonian International Gallery, Washington DC;
“América fría. La abstracción geométrica en Latinoamérica”, 1934-1973,
Fundación Juan March, Madrid (2011). En 2018, participó de la exposición
“Géométries Sud”, en Fondation Cartier, París.
Sus
trabajos pertenecen a colecciones públicas y privadas como el Museo de
Arte Moderno y Museo Guggenheim de Nueva York; Museum of Fine Arts,
Boston; Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, Nueva York; Los Angeles
County Museum, LACMA; Jack S. Blanton Museum, University of Texas; y
Joseph H. Hirshhorn Museum, Washington D.C. En la Argentina, sus obras
están en las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, MALBA,
Museo de Arte Moderno y MACBA, en Buenos Aires; y en el Museo Nacional
de Bellas Artes de Neuquén, Museo Provincial de Bellas Artes Franklin
Rawson, San Juan; y Museo Superior de Bellas Artes Evita, Palacio
Ferreyra, Córdoba. En Europa, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía, Madrid; Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, Segovia;
Colección Baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza (Madrid); Colección Norman
Foster; Kunstmuseum de Berna, Suiza; Städtisches Museum Abteiberg
Mönchengladbach, Alemania. Y en Sudamérica, en el Museo de Arte
Contemporáneo y Museo de Bellas Artes, Caracas,y Colección Patricia
Phelps de Cisneros, Caracas, Venezuela.
En 1972,
obtuvo el premio Guggenheim Fellowship; y también ha recibido becas de
la Pollock-Krasner Foundation (1990) y la Gottlieb Foundation (1991). En
2007, se le otorgó el Premio de Pintura “Francisco de Goya” de la Villa
de Madrid.
Ha documentado fotográficamente y
estudiado los sitios arqueológicos de Perú, Bolivia y México. Su libro
“Piedra abstracta-La escultura inca: una visión contemporánea” (Fondo de
Cultura Económica, Buenos Aires, 1989) fue traducido al inglés como
“The Stone and the Thread: Andean Roots of Abstract Art” (University of
Texas Press, 1996).
Fue curador de “North and South
Connected: An Abstraction of the Americas”, Cecilia de Torres Ltd.
(Nueva York, 1998), que luego se realizó ampliada como “Abstracción: El
paradigma amerindio”, en el Palais des Beaux-Arts de Bruselas (2001), y
viajó luego al Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).
Joan Brossa, "Kembo", 1986. Plástico y metal sobre madera.
Colección MACBA. Consorcio MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundació Joan Brossa. © Fundació Joan Brossa, Vegap, 2015. Foto: Martí Gasull
Colección MACBA. Consorcio MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundació Joan Brossa. © Fundació Joan Brossa, Vegap, 2015. Foto: Martí Gasull
El 8 de octubre, también abrió al
público la muestra “Poesía Brossa”, con obras del poeta y artista visual catalán Joan Brossa, en el centenario de su nacimiento, que podrá recorrerse en las salas 32
y 33.
Se presentan más de 50 piezas de su autoría, provenientes del MACBA Museu d'Art Contemporani de Barcelona, en colaboración con el Museo Nacional de Bellas Artes y el CCK, sedes de exhibición simultánea de las obras de Brossa en la Ciudad de Buenos Aires.
La selección de obras, a cargo de los curadores Teresa Grandas y Pedro G. Romero, revisa la producción de Brossa a partir de tres cualidades principales: la oralidad, lo performativo y la antipoesía, y abarca desde sus primeros libros hasta sus últimas indagaciones plásticas, atravesando el teatro, el cine, la música, las artes de acción y los gestos en los que fue pionero.
Exponente máximo de las vanguardias catalanas junto a Joan Miró y Antoni Tàpies, Brossa inició su práctica artística en la década de 1940, en un contexto sociopolítico marcado por la dictadura franquista y en una situación cultural caracterizada por la ausencia de propuestas innovadoras. Desde entonces, llevó a cabo un trabajo de renovación estética fundamentado en la investigación literaria y artística, utilizando la lengua catalana como medio de expresión, aun estando prohibida.
“La poesía visual de Brossa -afirma Andrés Duprat, director del Bellas Artes- procede de sus experiencias con la escritura ensoñada al estilo surrealista. En ese estado de latencia entre la conciencia difusa y las pulsiones más primarias, se cuece otra cosmovisión en la que tienen cabida paradojas, contradicciones, incoherencias y desmesuras, capaces de modificar nuestra percepción ordinaria del mundo. Con esa perspectiva, Brossa produce objetos enigmáticos en los que el cruce entre poesía, arte, humor y drama barren los límites genéricos”. A lo largo del recorrido, la muestra recoge aspectos destacables del universo del artista, como la crítica a la mercancía, el concepto poético del lenguaje y la lectura de Brossa como antipoesía.
Además, también se proyectará en sala el filme “No compteu amb els dits” (1967), con guión de Brossa y Pere Portabella, la primera y una de las más fructíferas colaboraciones del artista con el cineasta. La cinta permite revisar la imbricación de lenguajes en la práctica de Brossa y, en ella, “cada uno de los fotogramas es un ir y venir por su trabajo, sus textos, sus imágenes, subilingüismo constante, que cruza intemporalmente su obra”, explican los curadores.
"Poesía Brossa” podrá visitarse hasta el 8 de diciembre de 2019.