
Juan Azcue referente indiscutible del diseño que se inició en los años 80 en Buenos Aires, fue protagonista del movimiento más importante que tuvo el interiorismo en esa década y que hoy continúa vigente.
La carrera de Juan Azcue como diseñador tuvo dos grandes etapas: una primera que emula estilos clásicos con el virtuosismo que lo caracteriza toda la vida; y la siguiente, en la que Juan se atreve al desafío de dar verdadero cauce a su talento. Entonces las vidrieras de Azcue Diseños se convierten en instalaciones que integran con maestría el carácter, la inteligencia, la originalidad, el humor, el espíritu de síntesis y la saludable irreverencia que caracteriza a cada una de las piezas allí exhibidas, tanto como a su autor.
En esos muebles confluyen la observación solitaria del mundo natural, la experimentación con diferentes tipos de maderas con esa cualidad manual y alegre que tiene el juego infantil; también los bocetos del aprendiz de dibujante que oscila entre la intuición acerca de su propio genio y una autoexigencia tortuosa.
Ese mobiliario también delata la fascinación por los movimientos de vanguardia que Juan Azcue recién llegado a la gran ciudad descubre y en los que se sumerge con avidez, porque eran el arte, la cultura y la bohemia que su pulsión estética le pedía a gritos.
Finalmente, si uno aguza la mirada estudiando esas creaciones también entiende que las lecciones de las luces y las sombras de la galería y las formas primitivas del mundo rural resultaron tan determinantes en su impronta creativa como lo fueron los estudios formales posteriores.
En esos muebles confluyen la observación solitaria del mundo natural, la experimentación con diferentes tipos de maderas con esa cualidad manual y alegre que tiene el juego infantil; también los bocetos del aprendiz de dibujante que oscila entre la intuición acerca de su propio genio y una autoexigencia tortuosa.
Ese mobiliario también delata la fascinación por los movimientos de vanguardia que Juan Azcue recién llegado a la gran ciudad descubre y en los que se sumerge con avidez, porque eran el arte, la cultura y la bohemia que su pulsión estética le pedía a gritos.
Finalmente, si uno aguza la mirada estudiando esas creaciones también entiende que las lecciones de las luces y las sombras de la galería y las formas primitivas del mundo rural resultaron tan determinantes en su impronta creativa como lo fueron los estudios formales posteriores.

La esencia creativa de Juan Azcue está basada estructuralmente en los muebles rurales y en piezas agrícolas con un enfoque de pensamiento con terminaciones netamente contemporáneas, por tal razón la muestra se divide en dos sectores: un sector llamado Campo, donde se verá plasmado a modo de ganado su colección de muebles y un sector denominado Despacho en el que se podrá apreciar el proceso de trabajo que hace valor y homenaje a los 40 años del diseñador en la gran ciudad.
"Hacer de un espacio una experiencia vital y estética es algo que Juan Azcue supo lograr con pocos recursos pero de manera extraordinaria. Sus muebles, interiores y escenografías lo legitiman a lo largo de más de 40 años como un creador notable; siempre marcando tendencia y el más alto nivel en el diseño argentino.
Trabajador meticuloso, amante del detalle y creador de modos hápticos siempre admirables, llenos de intuición, ingenio y riesgo. En sus icónicas piezas es posible descubrir guiños sutiles a destacados "form givers" de la modernidad como Mackintosh, Van de Velde, Hoffmann, Breuer o el irreverente y transgresor Grupo Memphis, y al mismo tiempo lograr con un minúsculo gesto, transformar una piedra, una rama caída o unos tientos de cuero en algo sorprendente. En sus palabras: "Sacarle el jugo a lo simple", "Hacer de lo ordinario, algo extraordinario".
Protagonista sobresaliente de Casa FOA por décadas, una de las estrategias más efectivas y consecuentes en la difusión del diseño y la arquitectura de interiores.
Hoy DArA, de la que fuera fundador y activo miembro, y el Museo Nacional de Arte Decorativo se unen para homenajear a uno de los más creativos, elegantes y audaces diseñadores argentinos, que con su hacer definió un modelo que debe ser tomado por las nuevas generaciones como ejemplo de lo que somos capaces cuando nos proponemos transitar seriamente el camino del esfuerzo, la rigurosidad, el tesón y la pasión." Arq. Martín Marcos, director del Museo Nacional de Arte Decorativo.
Trabajador meticuloso, amante del detalle y creador de modos hápticos siempre admirables, llenos de intuición, ingenio y riesgo. En sus icónicas piezas es posible descubrir guiños sutiles a destacados "form givers" de la modernidad como Mackintosh, Van de Velde, Hoffmann, Breuer o el irreverente y transgresor Grupo Memphis, y al mismo tiempo lograr con un minúsculo gesto, transformar una piedra, una rama caída o unos tientos de cuero en algo sorprendente. En sus palabras: "Sacarle el jugo a lo simple", "Hacer de lo ordinario, algo extraordinario".
Protagonista sobresaliente de Casa FOA por décadas, una de las estrategias más efectivas y consecuentes en la difusión del diseño y la arquitectura de interiores.
Hoy DArA, de la que fuera fundador y activo miembro, y el Museo Nacional de Arte Decorativo se unen para homenajear a uno de los más creativos, elegantes y audaces diseñadores argentinos, que con su hacer definió un modelo que debe ser tomado por las nuevas generaciones como ejemplo de lo que somos capaces cuando nos proponemos transitar seriamente el camino del esfuerzo, la rigurosidad, el tesón y la pasión." Arq. Martín Marcos, director del Museo Nacional de Arte Decorativo.