En noviembre, MALBA presenta la primera retrospectiva del artista
argentino Pablo Suárez (Buenos Aires, 1937-2006), una figura central y
dinamizadora de la escena local a lo largo de cuatro décadas, desde los
años 60 hasta los 2000.
La exposición propone repensar su rol y producción en diálogo con la tradición artística y cultural de nuestro país. Reúne una selección de 100 obras, entre pinturas, dibujos, objetos y esculturas, además de material de archivo inédito resultado del proyecto de investigación realizado por los curadores, Jimena Ferreiro y Rafael Cippolini, junto con el departamento de curaduría del museo.
Las obras provienen de importantes colecciones privadas y públicas
locales como el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires (MNBA),
el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), el Museo de Artes
Plásticas Eduardo Sívori, el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario
(MACRO) y la Fundación Klemm, entre otras.
Titulado Narciso plebeyo, el proyecto hace foco en los temas que aborda Pablo Suárez y en su particular enunciación discursiva, donde prevalece "lo plebeyo", como la perversión de la forma y síntoma de la cultura degradada, que se espeja en su biografía desclasada. Esta inscripción personal será una invitación para analizar la mitología personal de Suárez en relación con sus imágenes y con su lugar en la historia del arte argentino, central y marginal a la vez.
La exposición también destaca las influencias entre Suárez y otras generaciones, un aspecto central para entender su legado. En palabras de Rafael Cippolini: "La obra de Suárez no sólo construye una estrategia particularísima a partir de la tradición local, reinventando modos y maneras de maestros como Berni, Molina Campos o Raquel Forner al utilizarlos como herramientas para entender las coyunturas del presente, sino que a partir de su colaboración y diálogo permanente con artistas mucho más jovenes, influenciándolos e influenciándose, fue construyendo futuro: Suárez es hoy una escuela en expansión", sostiene. “Creo que no se pueden entender los años 90 sin Pablo Suárez y que además, en sus últimas dos décadas de producción, la influencia de artistas como Gordín, Pombo y Harte es insoslayable.”
La exposición inaugura el 22 de noviembre a las 19 hs. Una hora antes, a las 18 hs., los curadores de la muestra
Jimena Ferreiro y Rafael Cippolini, conversarán en el auditorio sobre
los principales ejes en los que trabajaron y compartirán con el público
algunas posibles lecturas de la obra de Suárez. Entrada libre y gratuita hasta agotar la capacidad de la sala.
Tickets disponibles en recepcióna partir de las 17 hs. del mismo día.
La exposición propone repensar su rol y producción en diálogo con la tradición artística y cultural de nuestro país. Reúne una selección de 100 obras, entre pinturas, dibujos, objetos y esculturas, además de material de archivo inédito resultado del proyecto de investigación realizado por los curadores, Jimena Ferreiro y Rafael Cippolini, junto con el departamento de curaduría del museo.
Exclusión, 1999. Resina epoxi, 189,6 x 199,7 x 32,5. Colección Malba © Todos los derechos reservados
Titulado Narciso plebeyo, el proyecto hace foco en los temas que aborda Pablo Suárez y en su particular enunciación discursiva, donde prevalece "lo plebeyo", como la perversión de la forma y síntoma de la cultura degradada, que se espeja en su biografía desclasada. Esta inscripción personal será una invitación para analizar la mitología personal de Suárez en relación con sus imágenes y con su lugar en la historia del arte argentino, central y marginal a la vez.
Narciso de mataderos, 1984/5. Instalación, yeso pintado, mueble cómoda de madera pintada y espejo, 214 x 140 x 97. © Todos los derechos reservados |
Para
escapar de la exigua realidad, 1999. Resina epoxi, pintura
acrílica,cemento y linterna, 100 x 116 x 65 cm. © Todos los derechos
reservados
Las plazas han sido históricamente lugares de encuentro y participación, espacios de iniciación al juego, de socialización y de expresión política cuyo origen puede rastrearse en el ágora griega, el ámbito de congregación ciudadana en el que se discutían las leyes y se destacaban los mejores oradores de cada polis. Argote, sin embargo, no se regodea en las referencias de autoridad ni en los discursos estandarizados que imperan en el debate público, sino que busca dar lugar a nuevas voces: las de los niños, los migrantes y los marginados. Su obra se vincula directamente con la historia política de su Colombia natal, pero también con la del resto de los países latinoamericanos y la de otras regiones del mundo en las que ha trabajado.
"Ternura radical" contempla la activación de espacios aledaños al museo como la Plaza Perú y el resto de la ciudad con afiches en la vía pública.