La artista plástica Karina El Azem está presentando la exposición "Una certeza persiste" en la sala J del Centro Cultural Recoleta, hasta el domingo 9 de
diciembre.
Se trata de una selección de sus
obras recientes en diálogo con algunas piezas de series producidas
en diferentes momentos de su trayectoria. El Azem propone una apropiación visual de la sala mediante una
lectura ligada discursivamente a la problemática del delito, vinculada con
diferentes indagaciones sobre el ornamento y la belleza.
En el texto crítico el curador de la muestra, Rodrigo Alonso, lo
explica así:
"En 1908, Adolf Loos publica su famoso ensayo Ornamento y delito.
En él condena la vocación decorativa del Art Nouveau, con su gusto por lo
impuro, lo superfluo y lo híbrido. Para el arquitecto vienés, estas cualidades
contradicen el desarrollo formal de las artes y su creciente búsqueda de
precisión y simplicidad.
La obra de Karina El Azem prolonga y actualiza muchos de estos
debates, mediante estrategias formales y conceptuales que le permiten analizar,
desarrollar y reflexionar sobre al menos cuatro tópicos derivados de este
conflicto legendario: la correspondencia entre delito y ornamento; la
tensión entre la superficie y lo que pulsa debajo de ella, o las posibles
connotaciones que desata; la cuestión del sujeto en relación con el diseño y el artista como productor social.
En su obra, la correlación entre ornamento y delito aparece con
una literalidad que transita de lo banal a lo siniestro. El uso de balas,
sangre, perdigones y otros materiales que remiten sin ambages al universo
criminal, como base para la creación de patrones decorativos, pone de manifiesto
una imbricación íntima de elementos cuya asociación no es evidente. La
repetición de las municiones destacadas en su regularidad formal enfatiza su
naturaleza serial, como todo fruto de un aparato industrial para la cual no
existe, desde su perspectiva eminentemente económica, ninguna diferencia entre
producir el placer o la muerte. En otras obras, como las piezas de sangre y
luminol, es el sistema criminal mismo el que se pone en tela de juicio, en sus
procedimientos e imprecisiones.
Se establece una tensión entre la primera impresión visual y el
descubrimiento de la trama que los conforma. Desde lejos, éstos se presentan
como una imagen, por lo general geométrica, uniforme y armónica, que en la
cercanía adquiere otro sentido. La relación entre el diseño aparentemente inocuo
y la contundencia de los materiales que lo componen deja un espacio abierto a la
interpretación que invita a pensar sobre unos universos que parecían separados
por completo.
Así, finalmente, se impone una reflexión sobre el lugar del
artista como productor social. No ya sobre la medida en que su trabajo refleja
aquello que sucede en el mundo, sino sobre el sentido mismo de su práctica de
cara a la conformación política de la sociedad en la que vive. Teniendo en
cuenta que aquélla forma parte inevitablemente de ésta, de sus imposiciones
mercantiles y sus sobredeterminaciones ideológicas, pocos caminos parecen más
adecuados que el que El Azem emprende: el de una visualidad y una discursividad
críticas."
La muestra se puede visitar de lunes a viernes de 14 a 21 hs. y sábados, domingos y feriados de 12 a 21 hs., con entrada libre y gratuita, en Junín 1930, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.