60 obras de arte de 3 artistas porteños invaden el espacio y lo desfiguran en una experiencia totalmente asombrosa. Por primera vez, José Piuma, Diego Perrotta y Marcelo Bordese derraman su ansiedad, su sensibilidad y su delicadeza en Tokio.
La muestra está organizada y comisariada por Antoine Frémon de Iwamon, art & Investments por invitación del Instituto Cervantes de Tokio.
Los tres artistas concibieron esta muestra como un grito íntimo del lejano país del gaucho Martín Fierro a la tierra del Sol Naciente. Llegan a Tokio llenos de curiosidad, con un mar de interrogaciones y muchas expectativas. Quieren adentrarse en la manera en la cual se conciben los vínculos entre el Bien y el Mal, la lucha entre Dios y el Diablo y las relaciones complejas entre el amor y la muerte en el Japón de hoy.
Los tótems eróticos de piedra, hierro y madera, las imágenes de cultos corruptos y los ambiguos símbolos religiosos se repiten en las obras de los tres artistas. Este diálogo hace surgir una atmósfera de recogimiento y transmite sentimientos profundos. Al mismo tiempo, el humor y el gusto profundo por la vida que aflora sutilmente en las obras presentadas transmiten al espectador una experiencia fuerte y lúdica.
La muestra está organizada y comisariada por Antoine Frémon de Iwamon, art & Investments por invitación del Instituto Cervantes de Tokio.
Los tres artistas concibieron esta muestra como un grito íntimo del lejano país del gaucho Martín Fierro a la tierra del Sol Naciente. Llegan a Tokio llenos de curiosidad, con un mar de interrogaciones y muchas expectativas. Quieren adentrarse en la manera en la cual se conciben los vínculos entre el Bien y el Mal, la lucha entre Dios y el Diablo y las relaciones complejas entre el amor y la muerte en el Japón de hoy.
Los tótems eróticos de piedra, hierro y madera, las imágenes de cultos corruptos y los ambiguos símbolos religiosos se repiten en las obras de los tres artistas. Este diálogo hace surgir una atmósfera de recogimiento y transmite sentimientos profundos. Al mismo tiempo, el humor y el gusto profundo por la vida que aflora sutilmente en las obras presentadas transmiten al espectador una experiencia fuerte y lúdica.