12 de junio de 2018

Primera muestra en Buenos Aires de Agustín Larco, un artista argentino autodidacta y viajero, que en 10 años recorrió 35 países


El miércoles 13 de junio a las 19 hs. se inaugura en Bensignor Gallery (Tte. B. Matienzo 2460, PB "1") la exposición de pinturas de Agustín Larco, destacado artista emergente argentino que ha expuesto en Context Art Miami en 2016 y 2017. Viajero empedernido, en diez años recorrió treinta y cinco países, de modo que su obra adquirió una identidad cosmopolita. Esta es su primera muestra en Buenos Aires. 

“Algunas de sus pinturas sobre tela toman el ímpetu del gran formato -expresa Mercedes Casanegra-. Su método gestual es producto de la improvisación contraria al proyecto premeditado, procedimiento que lo emparienta con la abstracción informalista que hizo eclosión en Europa y Estados Unidos a mediados de siglo veinte y que tuvo una fuerte representación local en Buenos Aires. Sin embargo, la producción de Agustín es de innegable raigambre contemporánea.” 

Y continúa la crítica: “Su personal utilización del color, a menudo saturado y brillante, tiene reminiscencias del arte Pop. Se vuelve evidente que Agustín no pretende seguir una línea ortodoxa en el uso de los materiales. Así, al óleo o el acrílico suma hidroesmaltes, aerosol o glitter, componentes heterodoxos, que permiten el juego de texturas y que colaboran en la composición de las imágenes”. 

Se trata de un artista plástico que hoy relaciona su pintura con su práctica musical. Es un hábil percusionista en Azul Dadá, una banda local y la pintura y la música son para él dos modalidades expresivas de un contiguo proceso creativo. 

Interesa relacionar el termino Dadá, denominación de una tendencia fundamental en el arte occidental, vecina del surrealismo, que tuvo lugar en Zurich y Nueva York en la segunda década del siglo XX. “Aquella fue deliberadamente antiestilística -dice Casanegra-, producto del convulsionado momento en torno a la primera guerra mundial en Europa. Hoy la historia es aún más compleja y el arte transita caminos intrincados, ampliados, e infinitos en el marco de esta era posmoderna”. 

El azar y hasta el error son bienvenidos a la hora de la conjugación de las formas, siempre abstractas y variadas. Y, el color, absolutamente protagónico, juega papeles diversos: conjugado, vibrante, disruptivo, disonante, acompasado, como los sonidos, producto de una descarga operada por toques manuales sobre el cuero tensado de un djembe, instrumento musical de percusión, a menudo ejecutado por el artista.