Caloi. Clemente, 1978 |
Al cumplirse el 40º aniversario de la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol de 1978,
el Parque de la Memoria - Monumento a las Víctimas del Terrorismo de
Estado explora la compleja trama de narrativas que se entretejieron en
torno a la organización y la realización del torneo en plena dictadura
cívico-militar (1976-1983).
Afiche COBA. Alain Le Quernec |
No fue esta la primera vez que el deporte y su potencial propagandístico
serían utilizados para camuflar la realidad: el dictador Benito
Mussolini legitimó su régimen fascista a partir del Mundial de Fútbol
que se llevó a cabo en Italia en 1934 y, dos años más tarde, en 1936, el
régimen nazi de Adolf Hitler implementó una importante estrategia
comunicacional para presentar la imagen de una Alemania pacífica ante
miles de espectadores y periodistas extranjeros durante las Olimpíadas
de Verano en Berlín. Deporte, fervor popular y nacionalismo extremo
conllevan una larga tradición de usos y abusos por parte de quienes
detentan el poder.
Marcos López. El jugador. Fotografía sobre papel, 30 x 40 cm. Colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina
Con el fin de organizar el evento pero también con el afán de proyectar
una imagen “positiva” para acallar las fuertes críticas que, desde el
extranjero, la Argentina recibía por la sistemática violación de los
derechos humanos, la Junta Militar puso en marcha el “Operativo Copa del
Mundo 1978”, una serie de acciones nucleadas en torno al Ente
Autárquico Mundial 78 (EAM 78) que incluyó, entre otras, la remodelación
de tres estadios (River, Vélez y Rosario Central), la construcción de
otros tres (Córdoba, Mar del Plata y Mendoza), la puesta en valor de la
infraestructura aeroportuaria y hotelera, la remodelación de Canal 7
(que pasó a llamarse Argentina Televisora a Color) y la contratación de
la afamada empresa publicitaria estadounidense Burson-Marsteller y
Asociados, creadora del eslogan que pasó a la historia como una
verdadera vergüenza nacional: “Los argentinos somos derechos y humanos”.
Diana Dowek. Argentina 78. Tríptico en acrílico, alambre de acero, tela, madera, 150 x 450 cm. Colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina
Así, entre goles y tortura, entre canciones de cancha y desapariciones,
en junio de 1978 la Argentina ganaba su primera Copa del Mundo y esa
anhelada e inédita victoria deportiva, festejada por una multitud que
recuperaba las calles proscripticas desde el golpe de Estado, quedaba
atrapada en una contradicción imposible de saldar.
La exhibición “Tiren papelitos”: El Mundial '78 entre la
fiesta y el horror se propone recuperar la complejidad y el espesor de
un tiempo atravesado por profundos contrasentidos. Desde su
título, intenta dar cuenta de las tensiones que la sociedad argentina
experimentó por entonces y del modo en que, con ingenio y creatividad,
se articularon formas de lucha y resistencia. “¡Tiren papelitos,
muchachos!” fue la irreverente consigna que Clemente, el entrañable
personaje del humorista y dibujante Caloi, lanzó como respuesta al
discurso oficial encarnado en la voz del relator periodístico José María
Muñoz, quien exhortaba a la población a vivir el Mundial de manera
“limpia” y “ordenada”, sin arrojar papeles festivos que “ensuciaran” o
“afearan” el espectáculo deportivo.
Rosana Fuertes. Juego de pelota. Serigrafías intervenidas con pintura acrílica, instalación de medidas variables, 1996/7
A partir de un esmerado trabajo de investigación realizado en
forma conjunta por Memoria Abierta, el colectivo de periodistas NAN y el
Parque de la Memoria, la muestra articula múltiples voces y utiliza
diversos materiales -testimonios audiovisuales, documentación de archivo
y obras de arte contemporáneo- con el fin de revisitar uno de los
períodos más problemáticos de la historia argentina reciente. El
hecho de que esta exposición coincida con la celebración de un nuevo
mundial de fútbol tampoco resulta casual. Mirar hacia el pasado puede
también arrojar luz sobre el presente y advertir sobre los riesgos que
corren los valores de la legítima práctica del deporte cuando son
utilizados como cortina de humo por los intereses de la política mal
entendida.
La muestra se puede visitar del 15 de junio al 20 de agosto de 2018 en la sala PAyS del Parque de la Memoria, ubicado en Av. Costanera Norte Rafael Obligado 6745, de lunes a viernes de 10 a 17 hs. y sábados, domingos y feriados de 11 a 18 hs. con entrada libre y gratuita.