Miau Miau presenta la muestra "Stoa" de Luciana Rondolini y Diana Drake, que inaugura el sábado 27 de julio a las 18 hs. en Bulnes 2705, Ciudad de Buenos Aires.
"En el mundo griego clásico, la stoa era un espacio arquitectónico cubierto, limitado por una sucesión de columnas o pilares y ubicado en lugares públicos como el ágora, los gimnasios o los jardines. Protegidos del sol y de la lluvia, los ciudadanos se encontraban en ese espacio para intercambiar opiniones, cerrar negocios o recibir lecciones de filosofía (como las de Zenón, uno de los pilares del estoicismo). Espacio liminar, un adentro en el afuera, la stoa funcionaba como intersticio desde el que practicar la distancia y sostener una mirada crítica sobre la sociedad. Ese estado de tránsito e indefinición es el que reclaman Luciana Rondolini y Diana Drake para el arte, una práctica que desde su colocación excéntrica se propone reflexionar sobre nuestro presente.
Los cuidados dibujos en grafito de Rondolini son fruto del interés de la artista en el mundo de las celebridades como pantalla en la que se proyectan las obsesiones de nuestra sociedad. Su serie de homenajes a figuras reconocidas del firmamento pop (Justin Bieber, Lady Gaga) sostienen un equilibrio imposible entre la ternura y el cinismo, transformando cuerpos que nos son familiares en meros soportes de complejas construcciones en diamante. El lento tiempo orgánico que hace del carbón una joya invaluable convive en estos dibujos con el tiempo acelerado de las carreras musicales, en las que lo valioso se define y se redefine en cuestión de meses, de acuerdo con reglas económicas que en su capricho parecen obedecer a fuerzas naturales.
Diana Drake, por su parte, lleva el proceso natural de la cristalización al espacio artificial, y contenido, de su taller. Sogas, pedazos de tela, pequeñas ramitas caen presa del pulso químico de la artista, que parece dedicada a devolverle una belleza discreta a todas las cosas que la rodean. En su trabajo hay también una reflexión sobre las estructuras (las estructuras químicas que forman nuestro mundo, las estructuras simbólicas que le dan valor a los objetos y las personas) y una pregunta por los tiempos de la creación y la descomposición. ¿Cuál es la relación entre tiempo y valor? ¿Cuánto hay de humano y cuánto de natural en la creación de una obra de arte? Honrando los límites que impone la naturaleza, Drake trabaja con formas pre-existentes y procesos que como artista no puede controlar del todo: a la vez creadora y observadora, Drake deja que la materia trabaje, crezca, se acumule, estalle.
Reunidas en el espacio común de la galería, y recreando la distancia cercana de la stoa, las obras se nos ofrecen como espejos. El diálogo entre los cristales adheridos a los objetos más prosaicos de nuestro entorno y los diamantes que parecen devorar los rostros de las estrellas más inalcanzables nos lleva a preguntarnos por los procesos complejos que le otorgan valor a las cosas, y a reflexionar sobre el modo en que se crea valor en un mundo del arte cada vez más plegado a los brillos del espectáculo.