Del 27 de marzo al 16 de mayo de 2013, Miguel Angel Giovanetti presenta la exposición "Concepto Pentágono", con la curaduría de Raúl Santana, en la sala 2 del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, ubicado en Av. Poeta Lugones 411, ciudad de Córdoba.
Texto del catálogo de la exposición por Raúl Santana (Poeta y crítico de Arte, ex Director del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y del Palais de Glace) Setiembre de 2011.
Es fácil advertir que después de
las formas ovales, Giovanetti atisbó las posibilidades de ahondar
todavía más en la investigación del campo geométrico, y es posible que
los tondos de aquella etapa -con los que salía de la tradicional forma ortogonal-
influyeran para construir los soportes pentágonos que constituyen la
unidad óptica básica de la construcción del dodecaedro.
En este sentido hay que tener en
cuenta que, si bien la forma del pentágono aislado podría inscribirse en
arte Madí, por la multiplicación de ángulos que propicia aquella
tendencia en su cuestionamiento al soporte ortogonal, en el
proyecto de Giovanetti, los pentágonos son caras del dodecaedro como
figura espacial, presentadas como instalación al desplegarlas en el
muro.
En los fundamentos de este original
proyecto, gravitan antiguas concepciones que nos remiten a Pitágoras y
sus nociones sobre los números figurados que, asociados a la mística
del maestro de la magna Grecia, son el origen de la geometría y de su metafísica.
"Todo está ordenado según el
número" afirmaba el maestro, y designaba al universo salido del "caos", "cosmos" -palabra cuya invención se le atribuye- que significa 'mundo
ordenado armónicamente' que, de acuerdo a su filosofía, se presentaba con la
perfección del dodecaedro, isomorfo a la forma sideral. Sabemos que
Platón abrevó en aquellas fuentes pitagóricas, que estarían en la base
de su propia filosofía, en la que la geometría ocupa un lugar fundamental.
Pentagonos 4, pintura acrílica sobre tela |
Y si tenemos en cuenta que se ha dicho que la filosofía occidental son
notas al pie de página de las obras de Platón, podemos dimensionar hasta
qué punto, aquellas antiguas nociones han atravesado los siglos de la
historia del pensamiento occidental influyendo en todos los campos del
saber y en la teoría del arte.
La primera parte del proyecto fue la exhibición de los doce pentágonos del dodecaedro como formas ideales, tal como se presentó en abril del 2011 en Galería Ro. Otra vez aparecen las curvas coloridas, esta vez cuestionando la perfección del pentágono, que con sus inmutables cinco rectas perimetrales, avivan un diálogo de encuentros y desencuentros con estos dinámicos ornamentos que vienen a conmover a la figura ideal. Pero Giovanetti fue por más. En agosto del mismo año presentó una segunda parte del proyecto en el Centro Cultural Recoleta. Si la primera parte se tituló "Universos Paralelos" esta segunda parte fue "Fragmentar el Universo".
La muestra, integrada por dos dodecaedros expandidos por el muro, uno concentrado en si mismo, inmóvil, como resistiendo a los movimientos que lo atraviesan, y el otro, como un estallido, se expande por la pared; y como afirmó Giovanetti: "Comienzan a percibirse grietas, roturas, y quiebres". Además del juego formal que establecen las obras, ¿a qué obedece esta desarticulación de la paradigmática figura del dodecaedro? ¿será la afirmación de que las estructuras estables se han debilitado? Me atrevería a decir que sí, y que el cuestionamiento a la racionalidad geométrica también está en la base de las estructuras lógicas del pensamiento. "Fragmentar el Universo" es una metáfora contundente del mundo en que vivimos.
En él, todo anhelo por alcanzar totalizaciones o por ver cosas "claras y distintas" como pensó Descartes, son constantemente desbaratadas por una realidad que se hace y se deshace entre el caos y el orden.
La primera parte del proyecto fue la exhibición de los doce pentágonos del dodecaedro como formas ideales, tal como se presentó en abril del 2011 en Galería Ro. Otra vez aparecen las curvas coloridas, esta vez cuestionando la perfección del pentágono, que con sus inmutables cinco rectas perimetrales, avivan un diálogo de encuentros y desencuentros con estos dinámicos ornamentos que vienen a conmover a la figura ideal. Pero Giovanetti fue por más. En agosto del mismo año presentó una segunda parte del proyecto en el Centro Cultural Recoleta. Si la primera parte se tituló "Universos Paralelos" esta segunda parte fue "Fragmentar el Universo".
La muestra, integrada por dos dodecaedros expandidos por el muro, uno concentrado en si mismo, inmóvil, como resistiendo a los movimientos que lo atraviesan, y el otro, como un estallido, se expande por la pared; y como afirmó Giovanetti: "Comienzan a percibirse grietas, roturas, y quiebres". Además del juego formal que establecen las obras, ¿a qué obedece esta desarticulación de la paradigmática figura del dodecaedro? ¿será la afirmación de que las estructuras estables se han debilitado? Me atrevería a decir que sí, y que el cuestionamiento a la racionalidad geométrica también está en la base de las estructuras lógicas del pensamiento. "Fragmentar el Universo" es una metáfora contundente del mundo en que vivimos.
En él, todo anhelo por alcanzar totalizaciones o por ver cosas "claras y distintas" como pensó Descartes, son constantemente desbaratadas por una realidad que se hace y se deshace entre el caos y el orden.