Del 10 de septiembre al 1 de noviembre, Malba – Fundación Costantini presenta una exposición dedicada a la producción reciente del artista argentino Alfredo Prior, con una selección de 21 obras donde se destaca la materialidad de la pintura. Volcado a la abstracción, en esta muestra Prior trabaja sobre el color y sus diferentes formas de disolución, logrando superficies marmoladas, a veces opacas, a veces brillantes.
“Prior, el pintor narrativo, el artista conceptual, el autodefinido neomanierista, reluce ahora más abstracto que nunca. La obra morigera su pasión por las referencias y su tendencia irónica (…) Se desfonda. Pierde adrede las pistas que ayudaron a construir su gravitación. Y en este gesto que la aliviana, crece”, analiza la crítica Eva Grinstein en el ensayo del catálogo que acompaña la exposición.
A lo largo de toda su trayectoria, Prior siempre ha buscado modos de abrir y compartir la labor, superando los bordes del encierro endogámico inherente al acto de pintar. Acostumbra desafiar la soledad de la pintura multiplicándose hacia otras disciplinas: es un escritor que publica sus textos, un músico que toca con colegas artistas, un performer que no les retacea el propio cuerpo a sus ideas, un autor que colabora con otros e incluso consigo mismo, desdoblado en varias personalidades, como lo hizo en 1993 para la muestra “®”, en la galería Ruth Benzacar, donde se desplegó inventando ocho nombres ficticios.
Para titular la exposición, Alfredo Prior decidió apropiarse de un verso de Andrew Marvell, poeta y político inglés (1621-1678), hoy reconocido entre los poetas metafísicos ingleses del siglo XVII, junto a John Donne y George Herbert. “Un verde pensar bajo una sombra verde” es la línea que cierra una estrofa intermedia del poema El jardín (The garden) y plantea una tensión entre el mundo natural, representado por la figura idílica del jardín, y el mundo espiritual, sesgo del hombre que lo recorre atribulado por sus pasiones y devaneos.
Alfredo Prior (Bs. As, 1952), miembro destacado de la llamada “generación del 80”, fue protagonista de una efervescente acción artística en la Argentina de esa década. Con un maravilloso trabajo de texturas superpuestas, logradas con acrílicos, esmaltes y efectos abrillantados, nacen paisajes y mundos, a veces con la inclusión de figuras misteriosas con toques fantásticos. Durante los `90 conquistó un lugar privilegiado entre los artistas más jóvenes. En 1985 representó a la Argentina en la Bienal de San Pablo. Su obra se encuentra en numerosos museos y colecciones privadas tanto nacionales como internacionales.
“Prior, el pintor narrativo, el artista conceptual, el autodefinido neomanierista, reluce ahora más abstracto que nunca. La obra morigera su pasión por las referencias y su tendencia irónica (…) Se desfonda. Pierde adrede las pistas que ayudaron a construir su gravitación. Y en este gesto que la aliviana, crece”, analiza la crítica Eva Grinstein en el ensayo del catálogo que acompaña la exposición.
A lo largo de toda su trayectoria, Prior siempre ha buscado modos de abrir y compartir la labor, superando los bordes del encierro endogámico inherente al acto de pintar. Acostumbra desafiar la soledad de la pintura multiplicándose hacia otras disciplinas: es un escritor que publica sus textos, un músico que toca con colegas artistas, un performer que no les retacea el propio cuerpo a sus ideas, un autor que colabora con otros e incluso consigo mismo, desdoblado en varias personalidades, como lo hizo en 1993 para la muestra “®”, en la galería Ruth Benzacar, donde se desplegó inventando ocho nombres ficticios.
Para titular la exposición, Alfredo Prior decidió apropiarse de un verso de Andrew Marvell, poeta y político inglés (1621-1678), hoy reconocido entre los poetas metafísicos ingleses del siglo XVII, junto a John Donne y George Herbert. “Un verde pensar bajo una sombra verde” es la línea que cierra una estrofa intermedia del poema El jardín (The garden) y plantea una tensión entre el mundo natural, representado por la figura idílica del jardín, y el mundo espiritual, sesgo del hombre que lo recorre atribulado por sus pasiones y devaneos.
Alfredo Prior (Bs. As, 1952), miembro destacado de la llamada “generación del 80”, fue protagonista de una efervescente acción artística en la Argentina de esa década. Con un maravilloso trabajo de texturas superpuestas, logradas con acrílicos, esmaltes y efectos abrillantados, nacen paisajes y mundos, a veces con la inclusión de figuras misteriosas con toques fantásticos. Durante los `90 conquistó un lugar privilegiado entre los artistas más jóvenes. En 1985 representó a la Argentina en la Bienal de San Pablo. Su obra se encuentra en numerosos museos y colecciones privadas tanto nacionales como internacionales.