El martes 21 de setiembre a las 19 hs. se inaugura en el Centro Cultural Borges, una notable exposición de arte Madí, con obras de artistas de Madí Internacional, del Grupo Buenos Aires y de Carmelo Arden Quin, uno de los creadores del legendario movimiento.
Con la curaduría de Sofía Müller y César López Osornio, se exhibirán obras de Ira Bernardi, Dominique Binet, Gäel Bourmaud, Jean Branchet, Franco Cortese, Joël Froment, Aldo Fulchignoni, Gall George, Vicenzo Mascia, Giusseppe Minoretti, Mori Mitsuoko, Gianfranco Nicolatto, Antonio Perrotelli, Frangi Reale, y Sato Saturo, entre otros artistas.
Con la aparición en 1944 de “Arturo, Revista de Artes Abstractas”, dirigida por Carmelo Arden Quin, Rothfuss, Gyula Kosice y Edgar Bayley, se inician en Argentina no sólo las primeras manifestaciones de un arte abstracto de corte geométrico, sino también un movimiento cultural sin precedentes hasta entonces. Los artistas plásticos que la impulsan, formarán luego movimientos rivales, dentro de los alcances del arte concreto: Madí y Arte Concreto-Invención, ambos fundados en 1945.
El movimiento Madí, lanzado en Buenos Aires en 1946 por Carmelo Arden Quin e integrado por Gyulia Kosice, Rothfuss y Martín Blazco, entre otros, proclamaba la posibilidad de pintar estructuras poligonales planas, cóncavas o convexas, planos articulados, amovibles, animados por movimientos lineales, giratorios o de traslación, de esculpir sólidos con espacios vacíos y movimientos de articulación.
Nuevas rupturas y la marcha a París de Arden Quin será el punto de arranque del movimiento Madí en su segunda época. A partir de 1948, el movimiento se expande por distintos países, se mantienen las postulaciones e inquietudes pero los artistas internacionales aportarán al movimiento sus peculiaridades, sus experiencias, sus colores locales y la singularidad de su entorno.
“MADI es un movimiento unificador de las inquietudes geométricas, a la vez que utiliza el color como elemento de comunicación plástica –escribe el historiador de arte español Martín Páez Burruezo-. Un arte no representativo, laberinto de encuentros, imaginativo, participativo, expresión razonada en la búsqueda de una profundización de la percepción. MADI es ambiciosa ruptura, regeneradora de un nuevo lenguaje…”.
Como escribió el artista uruguayo Bolivan Gaudí, “La obra MADI se caracteriza por su originalidad morfológica y conceptual: la supresión del marco tradicional y la supremacía de la forma en el espacio absoluto. (…) Es una verdadera revolución intelectual, donde el “cuadro” estalla, la forma se libera e instala en el espacio total donde la poligonalidad múltiple se impone. La obra MADI no soporta obras proyectadas, ni colores en ‘degradé’, ni aspereza, ni materia. Privilegia colores lisos y la integridad de la forma, la superficie neta. Todo eso hace que el objeto se encuentre en todo su esplendor. El arte MADI es abstracto, no representativo, no figurativo, concreto, tangible, real”.
La exposición se puede visitar hasta el 31 de octubre de lunes a sábados 10 a 21 hs y domingos de 12 a 21 hs. en el Centro Cultural Borges, Viamonte esq. San Martín, Buenos Aires, Argentina.
Con la curaduría de Sofía Müller y César López Osornio, se exhibirán obras de Ira Bernardi, Dominique Binet, Gäel Bourmaud, Jean Branchet, Franco Cortese, Joël Froment, Aldo Fulchignoni, Gall George, Vicenzo Mascia, Giusseppe Minoretti, Mori Mitsuoko, Gianfranco Nicolatto, Antonio Perrotelli, Frangi Reale, y Sato Saturo, entre otros artistas.
Con la aparición en 1944 de “Arturo, Revista de Artes Abstractas”, dirigida por Carmelo Arden Quin, Rothfuss, Gyula Kosice y Edgar Bayley, se inician en Argentina no sólo las primeras manifestaciones de un arte abstracto de corte geométrico, sino también un movimiento cultural sin precedentes hasta entonces. Los artistas plásticos que la impulsan, formarán luego movimientos rivales, dentro de los alcances del arte concreto: Madí y Arte Concreto-Invención, ambos fundados en 1945.
El movimiento Madí, lanzado en Buenos Aires en 1946 por Carmelo Arden Quin e integrado por Gyulia Kosice, Rothfuss y Martín Blazco, entre otros, proclamaba la posibilidad de pintar estructuras poligonales planas, cóncavas o convexas, planos articulados, amovibles, animados por movimientos lineales, giratorios o de traslación, de esculpir sólidos con espacios vacíos y movimientos de articulación.
Nuevas rupturas y la marcha a París de Arden Quin será el punto de arranque del movimiento Madí en su segunda época. A partir de 1948, el movimiento se expande por distintos países, se mantienen las postulaciones e inquietudes pero los artistas internacionales aportarán al movimiento sus peculiaridades, sus experiencias, sus colores locales y la singularidad de su entorno.
“MADI es un movimiento unificador de las inquietudes geométricas, a la vez que utiliza el color como elemento de comunicación plástica –escribe el historiador de arte español Martín Páez Burruezo-. Un arte no representativo, laberinto de encuentros, imaginativo, participativo, expresión razonada en la búsqueda de una profundización de la percepción. MADI es ambiciosa ruptura, regeneradora de un nuevo lenguaje…”.
Como escribió el artista uruguayo Bolivan Gaudí, “La obra MADI se caracteriza por su originalidad morfológica y conceptual: la supresión del marco tradicional y la supremacía de la forma en el espacio absoluto. (…) Es una verdadera revolución intelectual, donde el “cuadro” estalla, la forma se libera e instala en el espacio total donde la poligonalidad múltiple se impone. La obra MADI no soporta obras proyectadas, ni colores en ‘degradé’, ni aspereza, ni materia. Privilegia colores lisos y la integridad de la forma, la superficie neta. Todo eso hace que el objeto se encuentre en todo su esplendor. El arte MADI es abstracto, no representativo, no figurativo, concreto, tangible, real”.
La exposición se puede visitar hasta el 31 de octubre de lunes a sábados 10 a 21 hs y domingos de 12 a 21 hs. en el Centro Cultural Borges, Viamonte esq. San Martín, Buenos Aires, Argentina.