El miércoles 6 de agosto, a las 12,30, se inaugurará en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero la muestra “Imágenes Sudamericanas. Del arte precolombino a los continuadores del universalismo constructivo”, un apasionante recorrido por la construcción estética en la Argentina desde los tiempos precolombinos hasta la actualidad.
La exposición, curada por Oscar Moreno, está integrada por 52 obras entre pinturas, esculturas, suplicantes, cerámicas y metales. Las más antiguas pertenecen a primitivas culturas del noroeste argentino que integran el patrimonio del Museo de Ciencias Naturales de La Plata y del Ministerio de Relaciones Exteriores. La muestra se completa con trabajos de los pintores Adolfo Nigro y Alberto Delmonte y el escultor Julián Agosta.Adolfo Nigro (1942) es un artista que decidió no ser contemporáneo de sí mismo, sino de una época anterior, lo que surge de una primera lectura del primitivismo de su obra. Obra que reconoce la formación del artista cerca de Gurvich, discípulo de Torres García, pero también de la presencia del mundo precolombino y del arte popular. Dice Andrea Giunta: “como Gambartes o Grela, asume la temática de un lugar y desde allí articula su mensaje. Nos habla de las raíces y la memoria, de la permanencia de las formas, construye sobre el pasado propio –su vida junto al río– una mitología regional. Ajeno a las propuestas de modelos consagrados en los centros hegemónicos, Nigro inventa una manera de nombrar cosas, encuentra el discurso de nuestro entorno, avanza en el descubrimiento de América.”Alberto Delmonte (1933-2005) fue uno de los más importantes artistas argentinos. Su obra es identificable siempre y en cualquier lugar. Ello se debe, en el decir de Alberto Bellucci, en el prólogo al catálogo de la muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes del año 2005 “a una doble pertenencia, por un lado, a la raza de los artistas –en el sentido de aceptar trabajar siempre con el “meollo” del arte, esto es, plano, línea y color, ajeno a toda figuración extra artística– y, por otro, a la raíz cultural precolombina.”Julián Agosta (1935-2007) fue un artista notable, sus esculturas, de muy buena factura técnica se nos imponen por lo enigmático de sus formas y la potencia latente de sus contenidos. Florencia Salas decía del constructivismo de Agosta: “sin negarse nunca a sí mismo adquiere formas cada vez menos rígidas. Crea un simbolismo personal, tan íntimo, tan complejo, que a fuerza de ser suyo es universal, porque al fin y al cabo a todos nos mueven las mismas fuerzas, el amor, el dolor, la vida, la muerte.”
“Así están presentados todos los actores de la muestra –sintetiza Jozami-. ¿Por qué exhibirlos juntos? Porque estamos convencidos de que existe en las formas y en la construcción no sólo una misma inspiración creadora, sino una manera única de comprender una realidad que universaliza el discurso estético”.
La exposición, curada por Oscar Moreno, está integrada por 52 obras entre pinturas, esculturas, suplicantes, cerámicas y metales. Las más antiguas pertenecen a primitivas culturas del noroeste argentino que integran el patrimonio del Museo de Ciencias Naturales de La Plata y del Ministerio de Relaciones Exteriores. La muestra se completa con trabajos de los pintores Adolfo Nigro y Alberto Delmonte y el escultor Julián Agosta.Adolfo Nigro (1942) es un artista que decidió no ser contemporáneo de sí mismo, sino de una época anterior, lo que surge de una primera lectura del primitivismo de su obra. Obra que reconoce la formación del artista cerca de Gurvich, discípulo de Torres García, pero también de la presencia del mundo precolombino y del arte popular. Dice Andrea Giunta: “como Gambartes o Grela, asume la temática de un lugar y desde allí articula su mensaje. Nos habla de las raíces y la memoria, de la permanencia de las formas, construye sobre el pasado propio –su vida junto al río– una mitología regional. Ajeno a las propuestas de modelos consagrados en los centros hegemónicos, Nigro inventa una manera de nombrar cosas, encuentra el discurso de nuestro entorno, avanza en el descubrimiento de América.”Alberto Delmonte (1933-2005) fue uno de los más importantes artistas argentinos. Su obra es identificable siempre y en cualquier lugar. Ello se debe, en el decir de Alberto Bellucci, en el prólogo al catálogo de la muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes del año 2005 “a una doble pertenencia, por un lado, a la raza de los artistas –en el sentido de aceptar trabajar siempre con el “meollo” del arte, esto es, plano, línea y color, ajeno a toda figuración extra artística– y, por otro, a la raíz cultural precolombina.”Julián Agosta (1935-2007) fue un artista notable, sus esculturas, de muy buena factura técnica se nos imponen por lo enigmático de sus formas y la potencia latente de sus contenidos. Florencia Salas decía del constructivismo de Agosta: “sin negarse nunca a sí mismo adquiere formas cada vez menos rígidas. Crea un simbolismo personal, tan íntimo, tan complejo, que a fuerza de ser suyo es universal, porque al fin y al cabo a todos nos mueven las mismas fuerzas, el amor, el dolor, la vida, la muerte.”
“Así están presentados todos los actores de la muestra –sintetiza Jozami-. ¿Por qué exhibirlos juntos? Porque estamos convencidos de que existe en las formas y en la construcción no sólo una misma inspiración creadora, sino una manera única de comprender una realidad que universaliza el discurso estético”.