El jueves 15 de noviembre a las 19 hs. la galería de arte Isidro Miranda tendrá una inauguración triple en su Casa Central ubicada en Estados Unidos 726 del barrio de San Telmo.
"El jardín de las delicias" es una instalación coproducida por Nicolás Novali y Florencia Almirón. Esta primer muestra forma parte de un ciclo denominado El Semillero, destinado exclusivamente a los artistas más jóvenes y a las obras de carácter experimental, que se desarrollará a lo largo de 2008.
Dominique Breard realiza una suerte de reinterpretación del clásico "nada se pierde todo se transforma". Acumula listas de quehaceres, cartas escritas que nunca se entregaron, bocetos de proyectos, mapas y pensamientos descartados, para transformarlos en un bosque de hojas entretejidas que recrean la red de ideas cotidianas.
El llamado "boom" inmobiliario en el barrio de San Telmo (y extensible a gran parte de la ciudad) dio lugar a la proliferación de espacios tapiados, que por numerosos ya responden al orden de lo habitual, de lo invisible.
Pablo Rosales decide en su operatoria bloquear una vidriera, oponiendo el interdicto del vallado al espacio natural de la exhibición, a la transparencia. Sobre este tabique coloca luego sus trabajos en papel, en los cuales el artista interpreta "standards" de la historia del arte.
Las tres muestras podrán verse hasta el 12 de diciembre en el horario de martes a domingos de 12 a 19 hs.
"El jardín de las delicias" es una instalación coproducida por Nicolás Novali y Florencia Almirón. Esta primer muestra forma parte de un ciclo denominado El Semillero, destinado exclusivamente a los artistas más jóvenes y a las obras de carácter experimental, que se desarrollará a lo largo de 2008.
Dominique Breard realiza una suerte de reinterpretación del clásico "nada se pierde todo se transforma". Acumula listas de quehaceres, cartas escritas que nunca se entregaron, bocetos de proyectos, mapas y pensamientos descartados, para transformarlos en un bosque de hojas entretejidas que recrean la red de ideas cotidianas.
El llamado "boom" inmobiliario en el barrio de San Telmo (y extensible a gran parte de la ciudad) dio lugar a la proliferación de espacios tapiados, que por numerosos ya responden al orden de lo habitual, de lo invisible.
Pablo Rosales decide en su operatoria bloquear una vidriera, oponiendo el interdicto del vallado al espacio natural de la exhibición, a la transparencia. Sobre este tabique coloca luego sus trabajos en papel, en los cuales el artista interpreta "standards" de la historia del arte.
Las tres muestras podrán verse hasta el 12 de diciembre en el horario de martes a domingos de 12 a 19 hs.