“Esta muestra refiere a la memoria representada a través de una puesta en escena que da cuenta de un espacio tan rico y misterioso como es un bosque; que me conecta con mis orígenes de descendencia nórdica.
El bosque despierta en mi, el amor y admiración por la naturaleza. En mis recorridos me surgió un aluvión de susurrantes historias que dieron lugar a la concepción de esta muestra.
Encuentro que representa un templo sagrado, místico, enigmático, como la vida misma. El árbol, como hecho de la naturaleza, surge de sus raíces más profundas, ocultas en la tierra, a veces, al descubierto. Esas raíces son en las que indago a través de mis obras como una necesidad de descender hasta los fundamentos de la vida.
Como en el devenir, el árbol se gesta y sale a la faz de la tierra con fuerza para convertirse en un árbol. Elevando su tronco, alzando sus ramas al cielo, entrecruzándose, tal vez, con otros árboles, generando así un gran entramado. Como en todo proceso de crecimiento, siempre llega lentamente su ocaso: las hojas y ramas caen siguiendo las mutaciones temporales.
El árbol como eje del mundo es rodeado por el conjunto de cielos de la manifestación universal.”


Sus obras siguen exponiéndose en diferentes salones, galerías y museos nacionales.
La muestra se puede visitar hasta el 28 de diciembre, de miércoles a sábados de 11 a 19 hs. y domingos de 10 a 18 hs. en Av. del Libertador 17426, San Isidro, Buenos Aires, Argentina.