Se realizó la primera Bienal de Arte en la Antártida y al regreso se presentaron las conclusiones en una conferencia en el Faena Art Center
En la conferencia de prensa que se celebró en el Faena Art Center de Puerto Madero, organizadores, artistas, científicos, funcionarios, partners y amigos celebraron el fin de una experiencia única e innovadora para el mundo del arte.
Antarctic Biennale es un proyecto único, que reúne a una tripulación de más de 100 artistas, arquitectos, científicos, investigadores, filósofos y visionarios tecnológicos de distintas partes del mundo en una travesía de 12 días a la Antártida, con el objetivo de plasmar su arte en el majestuoso lienzo blanco que propone el Continente Antártico.
La cooperación y el intercambio fueron pilares fundamentales de esta expedición ideada por Alexander Ponomarev que busca diseñar una plataforma intercultural e interdisciplinaria para el diálogo sobre el futuro de los “espacios compartidos” como la Antártida, los océanos y el Cosmos.
Antarctic Biennale es un proyecto único, que reúne a una tripulación de más de 100 artistas, arquitectos, científicos, investigadores, filósofos y visionarios tecnológicos de distintas partes del mundo en una travesía de 12 días a la Antártida, con el objetivo de plasmar su arte en el majestuoso lienzo blanco que propone el Continente Antártico.
La cooperación y el intercambio fueron pilares fundamentales de esta expedición ideada por Alexander Ponomarev que busca diseñar una plataforma intercultural e interdisciplinaria para el diálogo sobre el futuro de los “espacios compartidos” como la Antártida, los océanos y el Cosmos.
El ministro de cultura de la Nación Pablo Avelluto, abrió la conferencia de prensa y destacó: “Esta misión tiene una transcendencia difícil de medir. Es notable como permitió combinar distintas áreas afines al arte, con un gran espíritu de cooperación y llevando más allá los límites de la innovación, la creatividad, las vanguardias y las maneras de expresar el arte”.
La Bienal de la Antártida contó con la participación de dos artistas argentinos: Tomás Saraceno, y Joaquín Fargas.
Joaquín Fargas presentó una instalación robótica creada y producida en conjunto con la Universidad Maimónides: Glaciator, que consta de dos robots alimentados a energía solar que con sus pasos ayudan a compactar y recristalizar la nieve para que esta se convierta en hielo y se adhiera a la masa del glaciar.
La pérdida de masa de los glaciares por la fusión del hielo en agua es el efecto más alarmante del calentamiento global, en este sentido Glaciator trabaja acelerando el proceso de formación de hielo, con la finalidad de conservar el hielo de los glaciares, adicionando nieve para que se regeneren y recuperen la masa que perdieron.
La misión final de Glaciator es generar conciencia sobre el cambio climático, el derretimiento de los hielos y sus consecuencias sobre el planeta. Este trabajo complementa otros ya realizados por el artista e ingeniero en la Antártida, donde en 2011 instaló sus obras “Extinción-Creación” y “Don Quijote contra el cambio climático”.
La pérdida de masa de los glaciares por la fusión del hielo en agua es el efecto más alarmante del calentamiento global, en este sentido Glaciator trabaja acelerando el proceso de formación de hielo, con la finalidad de conservar el hielo de los glaciares, adicionando nieve para que se regeneren y recuperen la masa que perdieron.
La misión final de Glaciator es generar conciencia sobre el cambio climático, el derretimiento de los hielos y sus consecuencias sobre el planeta. Este trabajo complementa otros ya realizados por el artista e ingeniero en la Antártida, donde en 2011 instaló sus obras “Extinción-Creación” y “Don Quijote contra el cambio climático”.
Mientras que Tomás Saraceno dijo sobre la experiencia: “Creo que la colaboración es el futuro. Estoy muy feliz de haber formado parte de este proyecto que logró articular distintas disciplinas de una manera tan maravillosa. La idea de ese bote que fue a la Antártida es dar cuenta que todos nosotros estamos juntos en un mismo bote que se llama Planeta Tierra. En el momento que empezamos a trabajar juntos, a compartir, y a inventar un futuro basado en la colaboración, la participación y la generosidad, las posibilidades son ilimitadas”.
El alma mater detrás de la Antarctic Biennale es Alexander Ponomarev: artista multidisciplinario, navegante e ingeniero náutico que en los últimos 30 años ha organizado más de 100 proyectos artísticos, exhibiciones y eventos en algunos de los lugares más remotos del planeta, como distintos océanos, el Ártico, la Antártida y el desierto del Sahara. Sobre Antarctic Biennale dijo: “La Antártida es el último continente libre que no pertenece a ningún país, y según los tratados internacionales está destinado exclusivamente a las actividades creativas y a la investigación científica en pos de la humanidad. Como el arte, la Antártida es pura, difícil de alcanzar y misteriosa. Este sublime continente es como una hoja blanca de papel en la que artistas de diferentes países y nacionalidades intentarán escribir las nuevas reglas de cooperación”.
Inspirado por los valores de cooperación internacional y la búsqueda creativa, el proyecto también contó con el apoyo de Kaspersky Lab como main partner.
Inspirado por los valores de cooperación internacional y la búsqueda creativa, el proyecto también contó con el apoyo de Kaspersky Lab como main partner.