Malba – Fundación Costantini acaba de incorporar al recorrido de su colección permanente la obra Concetto Spaziale (Concepto espacial), 1962, del artista Lucio Fontana (Argentina, 1899 – Italia, 1968). La pieza –cedida en comodato al museo por Eduardo Costantini- enriquece así el guión curatorial del patrimonio en exposición, con un artista clave para entender el arte conceptual de fines de los años 60 y figura decisiva en la historia del arte internacional.
La obra nos introduce en la pintura espacialista de Fontana, series de óleos llamados por el artista como “tagli”, tajos (aquellos en los que la tela es rasgada del derecho y del revés) y “buchi”, agujeros (aquellos en los que la tela es perforada con orificios que generan figuras semejantes a mandalas o constelaciones). Estas marcas manifiestan su búsqueda permanente de la definición del espacio en el plano pictórico. En su operación, interrumpe la espacialidad bidimensional de la tela y pone en jaque la idea del cuadro como una superficie capaz de albergar una “ventana al mundo” a partir de una representación de lo real. Fontana hace evidente la trampa de la pintura y abre una posibilidad hacia otra dimensión antes inexplorada.
Particularmente en esta pieza, de 1962, se acentúa la expresividad a partir de la manipulación de la textura, en un tratamiento de lo gestual con herramientas y con sus manos, cuando la pintura aún está fresca. La tela presenta una combinación de tajos desgarrados y agujeros que producen una superficie que revigoriza el pasado de Fontana como escultor, el contacto con la materia y el volumen. Un poder visceral y muscular traducido en una experiencia visual única.
La obra nos introduce en la pintura espacialista de Fontana, series de óleos llamados por el artista como “tagli”, tajos (aquellos en los que la tela es rasgada del derecho y del revés) y “buchi”, agujeros (aquellos en los que la tela es perforada con orificios que generan figuras semejantes a mandalas o constelaciones). Estas marcas manifiestan su búsqueda permanente de la definición del espacio en el plano pictórico. En su operación, interrumpe la espacialidad bidimensional de la tela y pone en jaque la idea del cuadro como una superficie capaz de albergar una “ventana al mundo” a partir de una representación de lo real. Fontana hace evidente la trampa de la pintura y abre una posibilidad hacia otra dimensión antes inexplorada.
Particularmente en esta pieza, de 1962, se acentúa la expresividad a partir de la manipulación de la textura, en un tratamiento de lo gestual con herramientas y con sus manos, cuando la pintura aún está fresca. La tela presenta una combinación de tajos desgarrados y agujeros que producen una superficie que revigoriza el pasado de Fontana como escultor, el contacto con la materia y el volumen. Un poder visceral y muscular traducido en una experiencia visual única.