25 de abril de 2009

C a r l o s A l o n s o y C a r l o s D e l a M o t a en el Museo de Arte de Tigre

El martes 28 de abril, a las 18 hs., se inaugura en el Museo de Arte de Tigre una muestra conjunta de dos maestros del arte argentino, el pintor Carlos Alonso y el escultor Carlos De la Mota.
La exposición tiene también el carácter de un homenaje a Carlos Alonso, quien acaba de cumplir 80 años en febrero último. Merecido homenaje. Como dice Diana Saiegh, directora del Museo, "Alonso expresa sentimientos que nos sublevan a todos ante verdades colectivas y las plasma en sus obras como sólo los grandes e iluminados se animan a hacerlo".
Carlos Alonso
De Alonso se exhibirán retratos de grandes pintores del pasado, como Spilimbergo, Berni, Monet o Van Gogh; y de De la Mota, una selección de obras significativas en su vasta producción de esculturas y dibujos.
Ambos artistas son casi contemporáneos y oriundos de la misma geografía. Alonso nació en 1929 en Mendoza y De la Mota en 1924 en San Juan. Pero hay muchas otras circunstancias en común que justifican la feliz idea de reunirlos en una muestra, como son su fuerte compromiso con la realidad social que los rodeaba y con el oficio que habían elegido y su vínculo artístico con Spilimbergo.
Carlos De la Mota
"Tanto en la obra de Alonso como en la de De la Mota los elementos simbólicos de sus obras se manifiestan, también ocultan, velan y hasta subvierten las categorías culturales históricamente condicionadas" -expresa Diana Saiegh-. "Algunas se pierden, otras se desgastan, mientras que otras nuevas surgen. El espectador que se entrega a la reflexión ante las obras de estos dos grandes artistas vive, interpreta y comparte todo lo que se abre o se cierra a su alrededor, hasta experimentar el escalofrío de lo que se revela".
En 1944, a los 15 años, Carlos Alonso ingresó en la academia de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Cuyo y en 1950 fue a Tucumán para estudiar con Lino Enea Spilimbergo. En 1957 ganó el Primer Premio del concurso para ilustrar la segunda parte de Don Quijote de la Mancha, que editó Emecé, y en 1968 viajó a Florencia para trabajar en las ilustraciones de la Divina Comedia.
En esos años, se destaca en el panorama artístico argentino tanto por lo novedoso de su lenguaje como por su marcado compromiso político. Una actitud que provocó la censura de sus obras y hasta amenazas de bombas en las galerías. En 1976 se exilió en Roma y, luego, en Madrid. Regresó, en 1981, al año siguiente se radicó en Córdoba.
También el arte de Carlos de la Mota estuvo relacionado con el maestro Spilimbergo, ya que formó parte de su proyecto en el Instituto Superior de la Universidad de Tucumán. Asimismo, representó a nuestro país en el envío de 1954 a la Bienal de Arte de San Pablo y en 1966 viajó a Inglaterra con una beca del Fondo Nacional de las Artes.
Desde muy joven, recibió innumerables premios. Los más importantes fueron el Gran Premio de Honor del Salón Nacional, Medalla de Plata y adquisición de la escultura "El abrigo de pieles" y el Premio del Salón Municipal de Artes Visuales de la Ciudad de Buenos Aires.

Dice el curador de la muestra, Alberto Giudice: "A través de esta veintena de pinturas se despliega la relación de Carlos Alonso con el arte, con los maestros que admira (…) Su paleta los ha recreado una y otra vez. Pero no se trata sólo de retratos, sino de una reflexión profunda sobre el destino del oficio pictórico que Alonso inició en los años en los que precisamente se vaticinaba como inminente la muerte de la pintura. A través de los maestros que convoca, Alonso también se mira a sí mismo en su condición creadora".

Por su parte, Micaela Patania, quien seleccionó las obras de De la Mota, afirma que “su gran aporte a la escultura se centra en el desarrollo de un lenguaje de enorme originalidad y en su trabajo unipersonal. El repujado o batido, el soldado y remachado, los golpes de chapas en frío o en caliente para dar formas cóncavas y convexas, las texturas especiales, las plantillas y el pantógrafo en perfil para el corte de las planchas de una pulgada de espesor fueron saberes técnicos que practicó con gran dominio. En los ensamblajes posteriores incorporó con gran cuidado y creatividad elementos encontrados”.


La exposición se puede visitar hasta el 31 de mayo en el Museo de Arte de Tigre, Paseo Victorica 972 – Tigre, de miércoles a viernes de 9 a 19 hs. y sábados y domingos de 12 a 19 hs.